Gas pimienta: Reportan «explosivo» aumento de su venta en armerías del centro de Santiago

En Chile, un 75% de la población ha sufrido acoso sexual callejero, de acuerdo a las cifras entregadas por un estudio del Observatorio contra el Acoso Callejero. Cuando se trata de mujeres la cifra sube a 85%, y el 70% de los casos ocurre cuando la víctima cruza la niñez o adolescencia.

Además, la mujer chilena fue la segunda que más vivió violencia de género en todo el continente durante 2018, y la tercera que más sufrió acoso sexual el mismo año.

Así, a falta de leyes estructurales que resguarden de verdad a las mujeres, y sobre todo tras la difusión del caso de la página Nido.org, se ha registrado un explosivo aumento de la búsqueda de otros métodos de resguardo, como la defensa personal -con karate o jiujitsu-, y sobre todo, la utilización del gas pimienta.

Sobre este último elemento, Ennio Magiola, presidente de la Asociación de Armerías de Chile, «actualmente lo único legal que puedes comprar para protección de ese tipo es el gas pimienta». Es que a pesar de que en portales de compra web y en populares barrios comerciales como Meiggs se pueden encontrar otro tipo de aparatos, como electrochoks, el experto dice que “son todos ilegales, ninguno está aprobado por el Banco de Pruebas de Chile, el Instituto de Investigaciones y el Control del Ejército de Chile”.

Los seguros, y por los que no se tendría ningún problema legal, son los comprados en una armería autorizada, donde, precisamente, se ha registrado un explosivo aumento en las ventas del gas pimienta, al menos en las que están ubicadas en el centro de la capital (sector Paseo Bulnes).

“Si el día de mañana tienes que usarlo y el gallo que le tiraste el gas lo apresaron, por ejemplo, te preguntarán dónde lo compraste y ahí se puede desencadenar un perjuicio si no es autorizado”, advierte Magiola.

Por otro lado, explica que los gases no autorizados pueden producir ahogo o irritación, ya que al no estar fiscalizados pueden funcionar esparciéndose en el aire, y no como un autorizado que “es un chorro”. De esa forma quién lo usa podría verse dañado y alcanzado por la sustancia irritante.

Estos aparatos tienen un alcance de 3 a 4 metros y sus efectos duran cerca de media hora. Además estos modelos dejan una mancha invisible en quien sea perpetrador de la agresión, que a luz ultravioleta puede ser identificada hasta tres días después del ataque.

“En Estados Unidos esto se usa mucho por la policía para identificar al autor”, dice el experto, que también confirma que su uso se da principalmente para autodefensa femenina. “Lo usan sobre todo las mujeres. También hay muchos papás maridos que compran para regalarle a las señoras, hijas, etcétera”.

Los precios -entre los $10 mil y los $36 mil- son tan variados como los modelos, que van desde el clásico, pasan por el que se cuelga en el hombro para salir a trotar y llegan hasta los pequeños de llavero. Pero no es llegar y comprarlos: “Cada vez que una persona compra un gas pimienta tiene que llenar una ficha, la cantidad que lleva y dejar una fotocopia de carnet de identidad”, puntualiza Magiola.

Fuente: Publimetro / Radio Bío Bío