ENTREVISTA

Ignacio Ramonet: «La nueva derecha es una derecha del odio y su expresión más brutal la tenemos en Gaza»

"Hay un desarraigo en muchos países, donde las clases humildes, las clases modestas, las clases trabajadoras, no han visto reflejado en la práctica de los gobiernos de izquierda las esperanzas que ellos habían depositado en ellos", sostuvo el periodista en conversación con El Ciudadano, donde planteó además que una "expresividad de la violencia, del odio, la discriminación, de la voluntad de exterminio", es lo que caracteriza a la "nueva" extrema derecha.

Ignacio Ramonet: «La nueva derecha es una derecha del odio y su expresión más brutal la tenemos en Gaza»

Autor: El Ciudadano

El Ciudadano tuvo la oportunidad de conversar con el destacado periodista español Ignacio Ramonet, autor entre muchas otras publicaciones, del libro «100 horas con Fidel» (2006).

Tres temáticas coyunturales a nivel regional (Latam) y mundial abordamos con él: la situación actual de la Revolución en Cuba, el surgimiento y posibles proyecciones de los BRICS, y el auge y contenido de las «nuevas» extremas derechas.

-¿Cuál es para usted el significado del 26 de Julio en Cuba, y de la Revolución Cubana hoy?

La principal lección que se puede sacar del asalto al Cuartel Moncada al 26 de julio de 1953 es que se necesita audacia y creatividad en la acción, que es lo que demostró Fidel Castro, ¿verdad? Una tremenda valentía. Era evidente que en el papel era una operación muy arriesgada, casi suicida. Y sin embargo, Fidel decía que si él tuviera que volver a situarse en esas condiciones (…) decía que lo volvería a hacer porque todo estaba dispuesto para que fuese una gran victoria.

Aquello no se realizó por una casualidad. Fidel apuntaba eso muchas veces, pero hoy día, en cualquier lugar del mundo donde haya una dictadura, donde haya una explotación de la sociedad, del pueblo, donde haya un gobierno brutal con los ciudadanos, el método de Fidel, del asalto al Moncada, de armarse, de instalar una emisora de radio, de difundir la información sobre lo que está ocurriendo, eso sigue siendo válido, según Fidel.

Y yo pienso que Fidel tenía razón. El 26 de julio es una gran lección de que un pueblo no se resigna y no debe resignarse. En particular, claro que ello se sitúa en un momento de la historia: 1953, en que los pueblos están despertando. Es el principio del despertar después de la Segunda Guerra Mundial. Y esto ocurre como una prolongación de la victoria en China del 1 de octubre del ‘49, con la Revolución Socialista conducida por Mao. También se sitúa después del golpe de Estado contra Saddam en 1948. Es el principio de la descolonización y el 26 de julio del ‘53 es una etapa de la descolonización del mundo. Sorprende porque Cuba aparentemente no era un país colonizado, pero Fidel Castro demostró que sí, que era un país colonizado y neo colonizado y que necesitaba liberarse.

Y hoy, prácticamente cada día en Cuba es un 26 de julio o es uno cada diez o el 10 de septiembre es 26. Contra el bloqueo, contra las acciones, contra nuevos intentos de desestabilización. Y podemos decir que cada día Cuba sigue en rebeldía como como hace 72 años. ¿Entonces, qué lección podemos sacar de la vida cotidiana en Cuba? Así, para las luchas antineoliberales, antiimperialistas de hoy, Cuba está sometida a un bloqueo criminal, a medidas coercitivas unilaterales (…) es un castigo colectivo, independientemente de la diferencia que se puede tener con un gobierno, es un castigo colectivo que se le impone al conjunto de la ciudadanía cubana.

Es un enorme crimen y eso, evidentemente, tiene consecuencias, tiene muchas consecuencias en la vida cotidiana en Cuba. Consecuencias de dificultades, es un país que está bloqueado económicamente, comercialmente, financieramente, que no puede, aunque tenga los recursos, no . Se vio durante la Covid-19. A Cuba no se le permitía comprar mascarillas, aparatos para respirar, no se le permitió comprar las vacunas, y por eso las produjo. Entonces es un país heroico, es un gobierno heroico, en las condiciones en las que vive Cuba y a pesar de eso, sigue produciendo en términos de cultura, como pocos países del mundo. En términos de ciencia médica, de educación, de deporte.

Cuba efectivamente es un faro de dignidad y lo que toda persona normal debe hacer en este mundo es desear que se pare ese bloqueo, que se pare ese castigo.

Además es la realidad. Cada año en la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas, en septiembre, cuando se vota contra el bloqueo, hay unanimidad en el mundo entero excepto uno o dos países, para pedir, exigir, reclamar que Estados Unidos termine contra ese bloqueo criminal que causa víctimas todos los días porque faltan aparatos en los hospitales.

Cuba entonces da una lección efectivamente de dignidad, de identidad, una lección de soberanía, independencia y un ejemplo para el mundo.

-Desde su punto de vista, cree que los BRICS representan una alternativa genuina a la hegemonía occidental, ¿o usted ve ese proceso como algo que todavía está un proyecto complejo que todavía no sabemos exactamente dónde va?

Bueno, los BRICS son una especie de asociación sin regla. Por el momento no hay una, no hay una carta de los BRICS, no hay un manifiesto de los BRICS, una proclama. Es una organización, pero sí que es muy sintomática del mundo en el que estamos, esencialmente, países que deciden organizarse en común, articularse y establecer relaciones más estrechas entre ellos, en particular para depender menos de la dominación occidental.

Y también son un símbolo y una manifestación del debilitamiento del poderío occidental, porque el G7, por ejemplo, no tiene ningún país que no sea un país occidental, ¿verdad? Y que por otra parte, todas las grandes instituciones internacionales, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OMC, son organizaciones que confirman y consolidan el poder occidental.

Los BRICS no son, por ejemplo, únicamente países de izquierda o progresistas, son países de todo tipo de sistema político. Por ejemplo está Emiratos Árabes Unidos, pero está también China, Etiopía, está también Cuba actualmente. Entonces, esencialmente son países no occidentales y países que tienen como característica, casi todos ellos, el haber sido colonias.

Son países excolonias y son países no occidentales. Y el objetivo de los BRICS es de reequilibrar el mundo. El mundo no puede seguir siendo organizado según los criterios del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, que eran válidos evidentemente en aquel momento, pero 1945 es un mundo ampliamente colonizado y el mundo se descolonizó. Afortunadamente, y por consiguiente, hay un reclamo de que se construya un mundo multipolar, un mundo multicéntrico, pluricéntrico, un mundo con características que respeten y reflejen lo que es el mundo de hoy.

En su gran diversidad, los BRIC representan más de la mitad de la población del mundo, y prácticamente la mitad de la economía del mundo. Representan la mayoría de los grandes minerales del mundo, de las grandes riquezas en términos agrícolas, del mundo. Entonces, por consiguiente, ese mundo está reclamando ser reconocido y además no le pide nada a nadie.

Tienen su propio proyecto y yo creo que por eso hay una gran adhesión a los BRICS, porque no es una organización ideológica, sino que es una organización que tiene vocación de establecer un nuevo orden en el planeta, un nuevo orden mundial.

BRICS

-Para finalizar, me gustaría tocar el tema de la resistencia contra las nuevas derechas en todo el mundo.

Actualmente la nueva derecha está dominando en Europa. Donde no gobiernan, son la principal oposición. Y en Estados Unidos la nueva derecha está en el poder. Trump representa precisamente eso. En América Latina están al acecho en muchos países. En Chile están muy cerca de llegar al poder. Hemos visto como Bolsonaro y los Bolsonaro siguen teniendo un rol político muy importante en Brasil y así sucesivamente.

Estas derechas son el resultado de un contexto internacional. Una situación económica del fracaso, de la globalización, de la gran crisis del 2008, agravada por la crisis de la Covid que ha dejado expuestos a muchos Estados que no han tenido los recursos, no han tenido la voluntad de resolver los problemas, y también del fracaso de algunas izquierdas o nuevas izquierdas que se han comportado, digamos, como cualquier derecha.

Y por consiguiente, hay un desarraigo en muchos países, donde las clases humildes, las clases modestas, las clases trabajadoras, no han visto reflejado en la práctica de los gobiernos de izquierda las esperanzas que ellos habían depositado en ellos. A todo esto hay que sumarle el racismo que está de regreso, en particular en los países del norte, por la presencia de los inmigrantes.

Hay una gran campaña antiinmigrante. Trump es como el cabeza de de lanza de esta ofensiva anti-inmigrantes que desencadena un gran racismo, una gran xenofobia a nivel internacional. Es el regreso de la violencia, de la fuerza, el regreso del odio. Esta nueva derecha es una derecha del odio, una derecha también de la inhumanidad, como dice el Presidente Maduro, y su expresión más brutal la tenemos en Gaza, donde el gobierno ultraderechista, supremacista y racista de Israel está llevando a cabo la peor experiencia punitiva que tengamos noticia desde prácticamente el final de la Segunda Guerra Mundial.

Esa expresividad de la violencia, del odio, la discriminación, de la voluntad de exterminio, es lo que caracteriza a esta derecha nueva. Y vemos que muchos países democráticos no reaccionan con la radicalidad que habría que hacerlo, con la exigencia moral, ética, legal, que habría que hacerlo. Esta es la situación en la que estamos hoy en un mundo que cambia, evidentemente, y que cambia en alguna circunstancia, para mucho peor.

Entrevista por Denis Rogatyuk / El Ciudadano


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano