Ismenia Pauchard, basquetbolista chilena, sumó un hito histórico para nuestro país al ser incluida en la Clase 2026 del Salón de la Fama de la FIBA, máximo reconocimiento a nivel mundial. El anuncio consagra de manera póstuma a quien es considerada la mejor basquetbolista chilena de todos los tiempos y la primera mujer del país en recibir esta distinción.
Conocida como la “Abeja Reina”, Pauchard nació en 1932 y marcó una era tanto en la selección chilena como en Colo Colo. Inició su carrera en el Club Femae en 1951 y llegó al Cacique en 1954, donde jugó durante 18 años en distintos períodos, desempeñándose como pivote y transformándose en una figura irrepetible del básquetbol nacional.
Como integrante de Colo Colo conquistó 20 títulos de la Asociación de Santiago y un campeonato internacional en el torneo Estrellas Sudamericanas de 1957. Su impacto trascendió lo local: en los Mundiales FIBA de 1957 y 1964 fue la tercera máxima anotadora, posicionándose entre las mejores jugadoras del continente.
Su vínculo con Colo Colo no fue solo de trabajo, sino también identitario. En 1968, tras el receso de la rama, declaró a Revista Gol y Gol que “sigo y seguiré siendo colocolina. Llevo un ‘indio’ en el pecho en lugar de corazón”, frase que quedó grabada en la memoria deportiva del club.
Lamentablemente, Pauchard fue asesinada años después en 2004 en su casa del sector Lago Caburgua, en un crimen que conmocionó a todo el país. El autor fue condenado en 2005 a ocho años de prisión, según antecedentes judiciales recogidos por Biobío.
Karin Heerwagin, presidenta de FEBA Chile, tras conocer la distinción declaró: “Marca un hito en el básquetbol nacional y en el deporte femenino. Su trayectoria fue construida con talento y perseverancia en una época de escasas oportunidades”.
La ceremonia de investidura tendrá lugar el 21 de abril del próximo año en Berlín, instancia en la que también serán homenajeadas figuras como Sue Bird, Dirk Nowitzki y Hedo Türkoğlu.
Así, la figura de Ismenia Pauchard trasciende generaciones y camisetas, consolidándose como un símbolo del desarrollo del básquetbol femenino en Chile. Su ingreso al Salón de la Fama de la FIBA no solo reconoce sus logros deportivos, sino también el camino que abrió en un contexto de escasas oportunidades para las mujeres en el deporte.
A más de dos décadas de su fallecimiento, su legado sigue vigente en la memoria colectiva, en la historia de Colo Colo y en la identidad del básquetbol nacional, que hoy la ve ocupar el lugar que siempre le correspondió entre las grandes figuras del deporte mundial.

