La jefa de prensa de Kast que cobra del Estado: $1,5 millones para “asesorar” a una diputada mientras dirige la campaña presidencial

Mientras dirige la comunicación de la campaña de Kast, María Paz Fadel recibe $1,5 millones mensuales como asesora de una diputada. El cruce entre funciones electorales y fondos estatales prende las alertas.

La jefa de prensa de Kast que cobra del Estado: $1,5 millones para “asesorar” a una diputada mientras dirige la campaña presidencial

Autor: El Ciudadano

María Paz Fadel Arcuch, pieza clave del equipo comunicacional de José Antonio Kast, aparece en registros oficiales como asesora de la diputada republicana Chiara Barchiesi. Su sueldo, pagado con fondos públicos, abre una pregunta incómoda: ¿el Congreso está subsidiando la campaña del candidato de ultraderecha?

El doble sueldo que pocos quieren explicar

Hay preguntas que ningún comando quiere responder, y esta es una de ellas. La jefa de prensa del candidato presidencial José Antonio Kast, María Paz Fadel Arcuch, no solo maneja la estrategia mediática del líder republicano: define titulares, coordina apariciones y apaga incendios comunicacionales.

Paralelamente, según documentación oficial de la Cámara de Diputados, Fadel aparece contratada como asesora comunicacional de la diputada republicana Chiara Barchiesi, con una remuneración mensual de $1.500.000 pagados con recursos públicos.

Es decir, mientras diseña la comunicación de una campaña presidencial, cobra un sueldo del Congreso supuestamente por orientar la estrategia de una parlamentaria. Una mezcla perfecta entre propaganda política y fondos estatales.

¿Asesora parlamentaria u operadora electoral?

En el papel, el contrato de Fadel podría tener sentido: asesoría comunicacional para una diputada joven y de bajo posicionamiento. En la práctica, Fadel opera como vocera, filtro, estratega, mano derecha y blindaje mediático del candidato presidencial.

Un trabajo que, como cualquier periodista o político sabe, no se hace a media jornada, ni por teletrabajo, ni solo los fines de semana. Dirigir la comunicación de una campaña presidencial es vivir en estado de alerta permanente: teléfono en mano, crisis abiertas y mensajes calculados al segundo. Entonces, la pregunta cae por su propio peso: ¿cuándo y cómo ejerce funciones legislativas? Y lo más delicado: ¿se está financiando la campaña presidencial de Kast con recursos públicos destinados al trabajo parlamentario?

Lo que vuelve todo más incómodo para el Partido Republicano

El episodio sería un dato menor si no fuera por un detalle: el Partido Republicano ha construido su identidad en torno a la austeridad, el mérito y la cruzada contra el despilfarro estatal. Kast ha repetido hasta el cansancio que el Estado debe dejar de “mantener operadores políticos”.

Mientras tanto, su jefa de prensa cobra mensualmente del Congreso para “asesorar” a una diputada, mientras trabaja —a tiempo completo— para su campaña presidencial. La contradicción es evidente. Y políticamente, tóxica.

El blindaje del silencio

Hasta ahora, ni Kast, ni Barchiesi, ni el Partido Republicano, ni la propia Fadel han explicado:

  • Qué tareas concretas desarrolla para la diputada
  • Cuántas horas dedica
  • Qué entregables existen
  • Cómo compatibiliza esa labor con una campaña nacional

Tampoco han aclarado lo más sensible: si parte de su trabajo partidario o electoral se financia con recursos públicos asignados para la función legislativa. Porque si así fuera, estaríamos frente a una posible destinación indebida de fondos públicos, tema que suele terminar en Contraloría, reportajes y, a veces, fiscalía. El silencio, lejos de despejar dudas, las profundiza.

El problema no es solo legal. Es ético, político y simbólico.

En un contexto donde el país discute reducción del gasto, transparencia y abusos del Estado, descubrir que la campaña de Kast tiene sueldos cargados al Congreso no solo contradice su discurso: lo desnuda.

Revela una estructura que predica contra los privilegios, pero los usa cuando conviene. Que denuncia operadores políticos, pero los paga con plata del Estado. Que exige transparencia, mientras actúa como si nada ocurriera.

El equipo de El Ciudadano intentó comunicarse con Fadel, pero no obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.

La pregunta final, y tal vez la más brutal: mientras Kast promete terminar con la “política financiada por todos los chilenos”, su jefa de prensa cobra un sueldo mensual del Congreso. Entonces, ¿cuánto de la campaña presidencial del candidato republicano se está financiando —directa o indirectamente— con recursos públicos?

Y otra, aún más punzante: ¿pedir austeridad mirando al pueblo mientras se usa el Congreso como caja chica no es exactamente lo que la derecha moralista juró erradicar?


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