La verdad detrás de los recortes de Kast: Carter reconoce que los ajustes afectarían programas sociales sensibles

"Básicamente los 6.000 millones se dividen en tres tercios, aproximadamente 2.000 millones en recortes presupuestarios propiamente tal que evidentemente no los vamos a decir porque nos paralizan el país al día siguiente. Usted tiene claro, si usted dice ‘termino con el programa X’, se levanta ese programa. Vamos a tener la calle, la calle incendiada", dijo Carter.

La verdad detrás de los recortes de Kast: Carter reconoce que los ajustes afectarían programas sociales sensibles

Autor: El Ciudadano

La promesa de recortar 6 mil millones de dólares del gasto público se ha convertido en uno de los ejes del discurso económico de José Antonio Kast. Se presenta como una señal de austeridad y eficiencia del Estado, pero hasta ahora nadie explica con claridad qué programas, servicios o instituciones serían recortados para llegar a esa cifra.

En una entrevista reciente, el exalcalde de La Florida y vocero político del comando de Kast, Rodolfo Carter (senador electo por La Araucanía), dejó entrever por primera vez la razón de ese silencio.

«Básicamente los 6.000 millones se dividen en tres tercios, aproximadamente 2.000 millones en recortes presupuestarios propiamente tal que evidentemente no los vamos a decir porque nos paralizan el país al día siguiente. Usted tiene claro, si usted dice ‘termino con el programa X’, se levanta ese programa. Vamos a tener la calle, la calle incendiada», dijo Carter.

La frase funciona como una admisión explícita: los recortes están pensados, pero no se dirán antes de tiempo porque podrían generar resistencia social inmediata.

La arquitectura de los “6 mil millones”

Según Carter, uno de los tercios corresponde a 2 mil millones de dólares en recortes presupuestarios directos. Es decir, no solo eficiencia o reducción de burocracia, sino eliminación o disminución de programas hoy vigentes. Sin embargo, el comando no ha presentado ninguna lista pública de programas a eliminar ni un desglose por áreas como salud, educación, vivienda o seguridad social.

Lo que revela la confesión de Carter

La confesión despeja el punto central: el problema no es técnico, sino político.

Si admiten que revelar los recortes “incendiaría la calle”, reconocen también que ya saben qué quieren cortar, pero que su contenido sería tan impopular que prefieren mantenerlo oculto. En la práctica, se pide un mandato en blanco: se instala la cifra como símbolo de orden fiscal, mientras se reserva para después de la elección la discusión sobre qué beneficios, programas o servicios se verían afectados.

Una cifra sin detalle en un contexto sensible

En un país donde debates sobre pensiones, salud y derechos sociales son centrales, un recorte de esta magnitud no es neutro. Dependiendo de dónde caiga, podría implicar menos subsidios, menos inversión territorial, menos recursos para salud primaria o educación pública. La ausencia de detalle no elimina esos efectos, solo los esconde.

¿Y qué tipo de gobierno se proyecta?

La entrevista deja una señal clara: un proyecto que se compromete con recortes profundos, pero que reconoce que no puede explicarlos antes de gobernar porque habría rechazo inmediato. La transparencia queda supeditada a la conveniencia electoral.

En síntesis, la confesión de Carter no detalla qué se va a recortar, pero sí deja claro por qué no quieren decirlo: porque el impacto sobre programas sociales sensibles sería tan profundo que, en sus propias palabras, podría “paralizar el país al día siguiente”.

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