La novena versión del Programa Español para Migrantes otorgó el reconocimiento a la perseverancia y constancia en el aprendizaje del idioma castellano de migrantes haitianos de Talca y Curicó. El programa nacido hace casi una década se ha convertido en una iniciativa única y de gran impacto territorial que demuestra que el lenguaje es también un puente.
La instancia de cierre de los cursos destacó este año por el trabajo conjunto a establecimientos educacionales de Curicó, tales como Escuela España, Centro Educativo Peumayén, Liceo Fernando Lazcano, Instituto Inglés, Liceo Politécnico Curicó, Liceo Tecnológico Nuevo Horizonte, Liceo Bicentenario Juan Terrier y Centro Educacional Apumanque, lo que permitió que más niños pudieran participar de las clases, aumentando en un 555% su participación.
La iniciativa impulsada desde 2016 por la Dra. Giselle Bahamondes, académica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule (UCM), junto a 8 voluntarios de la Escuela de Lengua Castellana y Comunicación, se ha convertido en un programa que refleja el espíritu de servicio de la UCM y se fortalece como una herramienta gratuita al servicio de migrantes de Talca y Curicó, y una herramienta concreta de integración social.
“Este año nuestro foco estuvo en estudiantes de distintos colegios de la comuna de Curicó que se sumaron a la iniciativa y se comprometieron a hacer un acompañamiento y seguimiento de los niños y adolescentes, en tanto nosotros trabajamos con ellos en la enseñanza del español. Esta alianza que hemos logrado con algunos colegios es un fuerte incentivo para que otros también se motiven y confíen en que el trabajo que desarrollamos es un trabajo serio y porque nos preocupa muchísimo que el aprendizaje sea integral y que la lengua castellana no sea un impedimento en su desarrollo”, destacó la académica UCM y coordinadora del programa.
En ese sentido, las distintas autoridades presentes y la misma coordinadora, Dra. Giselle Bahamondes, destacaron el trabajo de los docentes en formación ya que, en sus palabras, la enseñanza del idioma se da en un contexto muy desafiante y la participación en el programa deriva en un nuevo perfil de egreso.

Para la estudiante Romina Vásquez, esta práctica docente ha impactado de manera muy positiva su formación como profesora: “Creo que es una de las cosas más maravillosas que me ha pasado porque nos abrió nuevas puertas y nos mostró cómo se formula la enseñanza paso a paso. Entendimos que la educación es un progreso, y que en cada alumno hay una historia”.
En tanto, Losder Lebrun, estudiante destacado por la voluntaria Natalia Fuentes, se manifestó muy contento con su certificación: “Primero que todo agradezco mucho a las profesoras porque tienen mucha paciencia con nosotros. No es fácil aprender un idioma que no es tu lengua materna, pero fue muy hermoso y agradable. Cada idioma para nosotros es algo excepcional porque, aunque uno no quiera, cuando va a otro país necesitará del idioma”.

El Ciudadano