CARTA ABIERTA

Por el derecho a tener derechos: A detener al candidato del continuismo de la dictadura

Nunca habíamos estado en un escenario tan riesgoso en cuanto a retrocesos de lo avanzado en la conquista de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. Vivimos una crisis de la democracia a nivel internacional que ha instalado un escenario inédito de avance del conservadurismo y de sus expresiones más extremas y crueles, que ha llevado a experiencias traumáticas en países como Estados Unidos o Argentina.

Por el derecho a tener derechos: A detener al candidato del continuismo de la dictadura

Autor: El Ciudadano

En el marco de una nueva conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, y a días de la elección presidencial en la que el país debe elegir entre Jeanette Jara y José Antonio Kast, desde Londres 38, espacio de memorias, extendemos esta carta pública para advertir que nunca habíamos estado en un escenario tan riesgoso en cuanto a retrocesos de lo avanzado en la conquista de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales.

Vivimos una crisis de la democracia a nivel internacional que ha instalado un escenario inédito de avance del conservadurismo y de sus expresiones más extremas y crueles, que ha llevado a experiencias traumáticas en países como Estados Unidos o Argentina, donde se está arrasando con todo el sistema de derechos básicos construido durante décadas.

Hoy enfrentamos una amenaza: la posibilidad de la llegada al poder de un mandatario cuya consigna es el cambio, pero su política solo expresa continuidad, la continuidad de la dictadura expresada en su reivindicación y su receta para el presente; una combinación de punitivismo, ajuste económico y recorte en los recursos del Estado que afectará gravemente el sueldo mínimo, el derecho a la vivienda, a la educación, al agua, a la salud, los ingresos y las paupérrimas pensiones de las clases medias y precarizadas, revirtiendo las aún limitadas reformas que han atenuado algunas de las transformaciones impuestas a sangre y fuego en el pasado.

También se verán afectados los derechos civiles y políticos, especialmente la libertad de expresión, afectando, en particular, el derecho a la protesta, amenazado por propuestas como el «registro de vándalos», que no hace más que amedrentar y condicionar la libre expresión, un derecho básico que permite incidir en las decisiones colectivas, y en las políticas del Estado que determinan las vidas de todas y todos.

Lo anterior profundiza un proceso de estratificación de las personas; hay grupos precarizados que quedarán aún más excluidos y anulados de la participación social y el ejercicio de derechos; trabajadores temporales y por cuenta propia, pensionados, mujeres, indígenas y migrantes, entre otros.

Su carrera política ha estado marcada por estrechos vínculos con la clase empresarial y financiera, sus ataques a la libertad individual de los ciudadanos, los derechos sexuales y reproductivos, el rechazo a las organizaciones de derechos humanos, el impulso al negacionismo y la defensa irrestricta de los criminales de lesa humanidad condenados por la justicia. 

Recordamos su visita a Miguel Krassnoff en el penal de Punta Peuco, uno de los agentes operativos de la DINA, responsable de cientos de casos de tortura y desapariciones por los que ha sido condenado acumulando más de mil años de prisión. La sola posibilidad de su indulto y el de los demás condenados por similares delitos representa un daño para la sociedad en su conjunto y una grave señal de impunidad.

Su discurso es romper el continuismo respecto del actual gobierno pero no respecto de la dictadura, lo que es especialmente preocupante en relación al Plan Nacional de Búsqueda, política pública que debe seguir, más allá de quién esté en el poder. 

No se puede entender un país democrático sin hacerse cargo de sus deudas históricas en materia de verdad y justicia por los crímenes cometidos por el propio Estado, como es la desaparición forzada de 1469 personas, de las cuales resta saber aún qué pasó con más de mil de ellas.

Pero, de resultar electa la derecha dura, todos los ámbitos de la vida social se verían afectados. Nos preocupa especialmente el derecho a tener derechos, esto es el derecho a participar e incidir efectivamente en las decisiones de interés común, algo que si bien no existe plenamente en la actualidad, podría experimentar nuevos retrocesos y verse aún más afectado.

La defensa de los derechos humanos, entendidos en toda su amplitud, tiene que ver con la construcción de una sociedad donde la voz de todas las personas cuente, donde estas tengan la posibilidad de intervenir en los procesos de cambio. El proyecto de Kast representa, justamente, lo opuesto. Hoy, el único camino es la profundización de los aún limitados avances logrados en anteriores procesos de luchas.

Convocamos a la sociedad chilena a atender y accionar en consecuencia a la gravedad de este momento.

Llamamos a detener al candidato del continuismo de la dictadura, para avanzar en las transformaciones necesarias para construir una sociedad auténticamente democrática.

Londres 38, Espacio de Memorias


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