Este 9 de junio, las comunidades mapuche lafkenche del territorio de Quidico (Región del Bío bío) denunciaron un nuevo acto de violencia y atropello a su espiritualidad: la irrupción de un operativo militar en el Ngüillatuwe de la comunidad Lorenzo Quintrileo, un espacio ceremonial sagrado para el pueblo mapuche.
El operativo, liderado por un contingente de infantería de marina de las Fuerzas Armadas chilenas, incluyó el uso de fusiles, un helicóptero que se «posó» en el lugar sagrado y la instalación de cuatro vehículos blindados. Según lo descrito por los originarios, la operación conjunta, que involucró al denominado “Grupo Tarea de Arauco”, terminó con la destrucción de elementos esenciales del espacio ceremonial, como el rewe y el kuni, fundamentales para la celebración del Wiñol Tripantu, el año nuevo mapuche.
El video que denuncia la profanación militar en Quidico
“Estas acciones militares dejaron graves problemas, ya que se destruyó el rewe y kuni que la comunidad tenía en el lugar y que se usarían en el Wiñol Tripantu”, denunciaron las comunidades firmantes del comunicado. “¿Qué opinaría la ciudadanía si este evento se realizara en una iglesia?”, preguntaron con indignación.
El Ngüillatuwe no es un sitio cualquiera: es un lugar sagrado donde la machi realiza ceremonias y la comunidad se conecta con su espiritualidad y los Ngen del territorio. De acuerdo al comunicado, lo ocurrido no solo es una afrenta a su religiosidad, sino que también constituye un acto de «racismo» institucional y una vulneración de derechos protegidos por tratados internacionales, como el Convenio 169 de la OIT.
“Emplazamos y responsabilizamos a las autoridades políticas del Ministerio del Interior, por este actuar racista que cometen sus fuerzas de control y orden, las cuales están desplegadas en la zona desde el año 2022 bajo esta figura de ‘estado de excepción’, pero que no generan ningún clima de paz y entendimiento, sino que con estos hechos provocan una sensación de intranquilidad en la ciudadanía”, subrayan las comunidades. “El respeto a nuestra espiritualidad y costumbres es el piso mínimo para una buena relación, no la antigua técnica de la zanahoria y el garrote que hoy, otra vez más, queda en evidencia”, recalcaron.

La denuncia se suma a un historial de militarización y hostigamiento que enfrentan las comunidades mapuche en la región desde la declaración del estado de excepción en 2022, una política que ha convertido la convivencia en los territorios en un permanente «estado de sitio». Mientras el Gobierno sostiene discursos de diálogo, la realidad de los pueblos originarios sigue marcada por la violencia de Estado.
Firman el comunicado las comunidades mapuche lafkenche Lorenzo Quintrileo, Francisco Namoncura, Agustina Lincopi Huenchunao, Juan Huenulao, Gerónimo Ancalao, Miguel Yevilao, José Antipi, Antonio Paillao y Manuel Collio, cuyo texto puedes revisar a continuación:
