Son dos sacerdotes y un diácono

Puerto Montt: Iglesia dice que «no sabe» donde están los denunciados por abusos sexuales en la zona

Dos sacerdotes y un diácono que están siendo investigados en Puerto Montt por presuntos delitos sexuales ocurridos al interior de la Iglesia Católica en los últimos años, tienen en la actualidad un «paradero desconocido» para la institución religiosa, según consignaron varios medios locales esta semana

Por Absalón Opazo

26/08/2018

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Dos sacerdotes y un diácono que están siendo investigados en Puerto Montt por presuntos delitos sexuales ocurridos al interior de la Iglesia Católica en los últimos años, tienen en la actualidad un «paradero desconocido» para la institución religiosa, según consignaron varios medios locales esta semana.

El primero, Francisco Nuñez Calisto, fue notificado de la restricción en el ejercicio público por el administrador apostólico de la capital regional en julio de este año. A él se le investigaba desde septiembre de 2016.

Su par, Víctor Guerrero Díaz, fue declarado culpable de abuso sexual contra una menor de edad y se le suspendió temporalmente el sacerdocio, siendo reintegrado en 2006. Seis años después pidió su salida.

En tanto, el diácono Armando Zamora, denunciado por presuntos abusos cometidos en 1987 cuando era rector del Seminario en San José de la Mariquina, se encuentra en investigación por parte de la Fiscalía de Los Ríos y la misma Iglesia.

Respecto de estos tres indagados, el administrador apostólico, Ricardo Morales, confirmó que se desconoce en estos momentos cual es su paradero.

«Entiendo que el ministerio público inició una investigación contra Francisco Núñez y ha hecho indagatoria. Con respecto a Víctor Guerrero, la víctima se va a presentar en fiscalía, y sobre Armando Zamora entiendo que las víctimas hicieron la denuncia en fiscalía. Yo sé que Núñez está con su familia, pero de Guerrero y Zamora no sabemos nada», explicó a radio Bío Bío el administrador apostólico.

Finalmente, en un comunicado, la arquidiócesis manifestó su «disponibilidad» para encontrarse personalmente con víctimas de abusos cometidos por clérigos y se comprometieron a seguir cooperando con el poder persecutor.

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