La obra basada en la novela de la escritora y Premio Nacional de Literatura Damiela Eltit, Sumar, se presentará los días 30, 31 de mayo y 1 de junio en el Teatro del Parque Cultural de Valparaíso y se prepara para sus funciones en Santiago y en Europa. La iniciativa cuenta con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras.
Una reflexión sobre las tensiones sociales y políticas que atraviesan nuestras sociedades, la repetición, la derrota y cómo y qué podemos reconstruir desde allí, es lo que presenta “SUMAR, archivos del fracaso” la nueva obra del Centro de Investigación Teatro La Peste, que está basada en la novela publicada el año 2018 de la escritora chilena y Premio Nacional de Literatura, Diamela Eltit.
Esta instancia se enmarca en los 25 años de vida de la destacada agrupación escénica de Valparaíso, y cuenta con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, reconocida dentro de las Compañías de Trayectoria de Artes Escénicas, Convocatoria 2024.
Esta creación de La Peste busca generar interpelaciones y provocaciones en el público. A través de una propuesta escénica inquietante, la obra invita a reflexionar sobre temas profundos y complejos, sin intención de adoctrinar, sino que generar preguntas y compartirlas en colectivo, creando un espacio para la reflexión y el debate. Eso acompañado de mucho humor, la que se presenta también como herramienta para subrayar contradicciones y absurdos de una realidad donde todo está mercantilizado y las vidas se ven atrapadas en una repetición constante sin posibilidad de avance.
En conversación con El Ciudadano, sus cuatro co directores, Katty López, Daniella Misle, Gabriela Arancibia y Danilo Llanos se refirieron al proceso creativo de su última producción, analizaron el panorama nacional y se refirieron a cómo han sido estos 25 años de trabajo en la escena teatral nacional, desde Valparaíso para el mundo.
¿Cómo nace la idea de llevar un texto a las artes escénicas?
DL: El texto al cual alude es una novela de Diamela Eltit, publicada en el año 2018, y cuando fue leída, esa novela, en el año 2018, tuvo el interés de mi parte, y así se lo plantea la compañía, de trabajar ese material. Pasó muchísimo tiempo y muchas cosas en el país y en el mundo para definitivamente poder poner en escena esto, y ha tenido varias etapas. Primero el deseo de hacerla, y de buscar las posibilidades para poder materializar ese proyecto, después una serie de residencias que apuntaron a hacer un traslado de ese material a una dramaturgia, y ahora estamos ya terminando la etapa de la puesta en escena, que fue también un proceso más breve, pero súper intenso.
La obra de Diamela Eltit se llama Sumar, sin embargo, su puesta en escena se llama SUMAR archivos del fracaso, entonces quería saber cómo se relaciona la idea del fracaso con la obra, y con la experiencia tanto colectiva como individual de ustedes.
DL: O sea, yo creo que más que una cuestión que va relacionada a lo que decía de que han pasado muchas cosas en Chile y en el mundo que nos hicieron esta provocación de poner esa bajada de nombre a la obra. Nosotros no estamos haciendo una adaptación de la novela, estamos siendo detonados por ella, por lo que plantea, y en esa pasada hacemos un ejercicio de constatación, diría yo. Constatación respecto de un momento, una época, un segmento histórico que creemos nosotros que como impulso, como deseo, como intenciones de conseguir cosas, fracasó. Y habría que, a propósito de las preguntas que pueda la obra generar, nosotros no tenemos las respuestas, de ver qué se hace ahora.
¿Cómo se relaciona con el contexto actual sociocultural que vive el país, previo a las elecciones? Hay un ambiente también particular hoy en día para estrenar esta obra. Entonces, ¿cuál es esa relación? ¿Cómo ven ese vínculo? ¿Cómo dialogan en el fondo ese contexto con el contexto actual?
DM: La obra de Diamela, la novela, hace una lectura de un momento de Chile que es bueno como volver a mirar en el contexto actual. Como dice Danilo, más que tener las respuestas de cómo se sigue adelante después de ciertos fenómenos sociales, más bien tiene que ver con, por lo menos, volver a preguntarnos dónde estamos, dónde estamos parados, cómo se sigue o cómo se piensa o se imagina un lugar nuevo, un futuro nuevo. Y cómo se asumen también los fracasos que en el fondo son parte del aprendizaje y muchas veces te dan un sustento como en la vida para saber volver a pararte y cómo continuar. Así que yo creo que principalmente es una obra que permite volver a poner este tipo de tema, de lo político, de lo social, sobre la mesa para repensar hacia dónde vamos justamente en este contexto actual que tú también mencionas.
La obra tiene, si bien toma temas sociales bien complejos y transversales de la sociedad, tiene también cierto humor que está bien presente durante todo el desarrollo de la propuesta. ¿Por qué el humor y cómo el humor es una herramienta para justamente hacer llegar estos mensajes que ustedes están tratando de poner?
DL: Tal vez quiero quedarme en lo último que señalan. Nosotros no tratamos de dar ningún mensaje. Tratamos de poner en escena un par de cosas y los mensajes serán construidos, las respuestas, las preguntas serán construidas por quienes ven la obra. Eso por un lado. Y por otro, el sentido del humor es algo que también a nosotros nos parece súper provocador porque permite también dinamizar la coyuntura. Dinamizarla no desde el lugar de la indiferencia sino que todo lo contrario, genera también una posibilidad de interpelar la herramienta del humor y que a su vez permita darle una vuelta a la coyuntura e ingresar a ella con mayor peligro. Y eso nos parece muy entretenido porque además a nosotros nos ponen un lugar coyuntural. Actoralmente a la chiquilla, a los chiquillos, al Daniel Antivilo, la Katty López, la Daniella Misle ahí ellos contarán su proceso actoral. Pero desde el punto de vista de la dirección nos genera un problema de cómo abordar estos materiales. Esta novela que la de Damiela Altit la escribe el año 2018 antes que ocurriera todo y un montón de cosas. No solamente en Chile sino que en el mundo. Antes de todo. Por lo tanto la reflexión que se hizo con la novela en ese entonces y que queríamos ponerla en escena, hoy es muy distinta. Por lo tanto hay que atravesarla por distintos procedimientos escénicos y uno de ellos, y que nos parece peligroso siempre porque es provocador, porque es entretenido, es el humor.
DM: Yo creo que la obra es provocadora a través del humor y a través de otros elementos que se integran desde el texto. Creo que la obra es provocadora y también creo que el humor es una estrategia de resistencia muchas veces. Entonces me parece que en estos contextos tan fuertes como el que plantea el mundo de la obra, el humor también aparece como una forma de poder seguir adelante de alguna manera.
Esta obra se enmarca en los 25 años de la peste. ¿Cuáles ustedes creen que han sido como compañía los principales aprendizajes de estos 25 años?
DM: Oh, 25 años. Es que 25 años es mucho tiempo. Por lo tanto también los aprendizajes son súper diversos. Yo creo que finalmente aquí hay un grupo de personas que para lograr en el fondo mantenernos durante 25 años siendo una compañía existe de fondo como un respeto y un amor, una admiración mutua que nos permite como base fundamental poder sostener todo este tiempo un trabajo que no es fácil y seguir juntos y seguir trabajando activamente durante todo este tiempo. Pero obviamente también hay muchos más aprendizajes de por medio en tanto tiempo.
GA: Sí, yo creo que es importante también ver en la ciudad, o cómo van cambiando las cosas, cuál es la oportunidad. Ver las cosas como una oportunidad, no un problema sino que cómo, dónde está, no sé si es una solución pero esa fisura que queda, ahí uno entra. Y eso hemos hecho durante estos 25 años.
Y esa fisura que tú comentas, cómo la pueden ver o cómo la han visto durante estos 25 años. No es la misma fisura probablemente, ¿no?
GA: Por ejemplo, no había sala en Valparaíso y durante 14 años hicimos el Encuentro Teatro Porteño Independiente donde logramos mantener en los veranos vivo la escena local y dar a conocer qué es lo que estaba pasando, cuáles eran los temas, cuáles eran las dramaturgias, quiénes dirigían. Eso, en vez de decir, ‘oh, no hay sala’, es decir, ‘¿qué hacemos? ¿Dónde entramos?’ Juntas de vecinos, canchas, cerros, calles, escaleras, no sé. Todo lo que podía pasar.
O sea, son 25 años también de resistencia?
GA: Sí
Y cómo crees que ha evolucionado, cambiado el público teatral estos 25 años según su experiencia?
GA: Creo que se ha envejecido.
KL: Y se ha sumado también porque durante este tiempo, claro, se han abierto espacios de formación y ha crecido bastante la gente que ha estudiado artes escénicas o la gente que llega de otros lugares también a vivir de las artes escénicas o a intentar hacerlo aquí en Valparaíso. Entonces, claro, es lo que dice la Gaby, hay un público que está con nosotros desde siempre, desde hace 25 años, pero también hay gente nueva que está siendo público o porque tiene un nexo directo con las artes o porque tiene interés y porque son parte de la ciudad o incluso porque han escuchado de La Peste y también tienen interés en conocer qué estamos haciendo.
DL: Me quedo dando vueltas sobre la idea de la resistencia. Yo diría que es la insistencia. Resistir es como que siempre estás ahí (luchando), y la insistencia, la porfía también puede tener vínculo, pero por una cuestión casi como de espíritu movilizador, insistir es algo que por lo menos a mí, visualizando todo en retrospectiva, es algo que nosotros hemos hecho. Insistir, insistirnos también, y convocar a gente para seguir insistiendo.
¿Y insistir en qué?
KL: En el deseo que tenemos. Yo diría, porque para mí, siento que uno de nuestras fuerzas es sentir que podemos hacer lo que deseamos, como hacer realidad algún sueño, algún deseo, una pulsión. Siento que en ese sentido no tenemos como un freno material, no sé cómo explicarlo, tengamos algo o no tengamos algo. Creo que ese es nuestro gran potencial, además de todo lo que han dicho evidentemente. El deseo es tan fuerte, es lo que yo decía el otro día también, cuando hicimos lo de la conmemoración de los 25 años allá en Maestranza, que nuestro deseo por trabajar pudiera ser hasta obsceno en el sentido de que va más allá de incluso lo que nosotros podríamos tener como racional.
GA: Como dimensionar, claro.
KL: Sí, creo que eso es súper bonito. Y todo lo demás, porque además tenemos un trabajo de familia inmenso, ya inamovible, como es una palabra que se usa un montón en el texto Sumar.
DL: Claro, y ese deseo se expande y se materializa en cuestiones concretas. El deseo de crear de forma vehemente, el deseo de compartir, de generar espacios de formación, el deseo de convocar a compañeros y compañeras para trabajar en distintos contextos, el deseo de mostrar nuestro trabajo, el deseo de no detenerse. Y eso es muy evidente. Nosotros lo reconocemos también nosotros, más allá de la cuestión meramente como teatral, así como aprendizaje, no, hemos aprendido algo, algo como de la disciplina teatral, es una cuestión que es más conceptual, porque es el deseo.
DM: Que nos ha permitido hacer muchas cosas y nos ha permitido, como yo creo que es bonito lo que decía, no sé si lo dijo la Katty o el Danilo, como esto de cumplir sueños. Como que en el fondo siento que hemos podido justamente hacer teatro. Ya es como algo que es difícil ser actor, actriz, en Valparaíso, fuera de la capital. Creo que por eso siento también tanto agradecimiento hacia mis compañeras y compañeros, en el sentido de que hemos podido hacer todo esto porque estamos juntos, porque insistimos, porque queremos hacerlo, y esto nos ha permitido hacer más de 30 obras de teatro, inventar un encuentro que tuvo 14 años funcionando, generar espacios de formación, viajar fuera de nuestra región, dentro del país, fuera del país, como a mostrar nuestro trabajo, y todo eso en el fondo es nuestro ímpetu y nuestro querer hacer, y se logra hacer en esta pequeña comunidad, justamente por eso, porque somos una pequeña comunidad, un trabajo colectivo que permite que hagamos y que hayamos logrado esto. Además, diciendo también que en el fondo, la otra vez sacaba como la cuenta, que pienso que alrededor del 70, 80% de nuestro trabajo y de toda nuestra producción ha sido un trabajo autogestionado. Entonces, sí, creo que lo hemos logrado con mucho esfuerzo y mucho cariño también por lo que hacemos.
GA: Y agradecer siempre a todos los colegas que han creído en nosotros. La otra vez cuando sacamos la cuenta, decíamos que yo creo que alrededor de 180 personas a lo largo de nuestra historia han sido parte del trabajo de La Peste. Y eso es súper lindo, gente con la que todavía tenemos vínculo, gente que siempre ha creído en los proyectos, organizaciones, personas, instituciones, pero sobre todo los y las colegas. Eso ha sido un material humano hermoso que nos ha permitido también situarnos donde estamos hoy.
KL: Sí, hemos trabajado mucho. Yo creo que eso también es súper importante mencionarlo porque yo siento que en distintas, por supuesto en distintas etapas, momentos y con distintas condiciones, pero yo creo que nosotros trabajamos igual de intensamente que trabajábamos en el primer año en que nos juntamos a hacer La Peste y teníamos 25 años menos. Creo que nuestro nivel de trabajo es algo que nos ha permitido también eso, porque trabajamos mucho con placer absoluto, pero es trabajo.
¿Cómo creen que ha ido mutando el proceso de creación durante estos 25 años? ¿Se enfrentan de manera distinta a la idea cero, al disparador, a los textos? ¿Cómo ha ido creciendo ese trabajo?
DL: Si pudiésemos hablar como de un sello o de una característica, es que puede ser muy básico, pero es que los procesos son todos distintos. No tenemos una fórmula, no tenemos un ABC de trabajo. Las primeras obras las dirigió la Katty López, después me tocó dirigir a mí, me ha tocado dirigir a mí bastante, la Katty volvió a dirigir y en eso hemos hecho cosas colectivas, hemos hecho trabajos con dramaturgias ya escritas, hemos levantado dramaturgias de la escena, por primera vez estamos abordando una novela que no sabíamos cómo diantres se hacía y eso es muy seductor primero para nosotros, porque todo lo que hacemos nosotros es primero que nos haga sentido a nosotros sin saber mucho cómo lo vamos a hacer y vamos inventando, yo digo siempre que más que inventar qué vamos a hacer, me gusta mucho inventar el cómo lo vamos a hacer. Por eso me interesan a mí, nos interesa a todos y a toda la compañía como de abrir los procesos, porque también compartir el cómo se crea, porque ahí también hay un ejercicio efervescente, misterioso, de extravío total, que además es bonito para mí, es súper bonito primero de ver, como yo como artista, de estar viéndolo en otros lugares y por cierto de que otros lo vean. Entonces yo creo que hemos pasado por distintos procesos, distintos procedimientos y eso es muy bacán, entonces podríamos enumerar y pormenorizar cada uno de esos procedimientos desde el pueblo, desde Las Brutas en adelante hasta ahora y ni uno se parece al otro y eso es muy bacán.
GA: Sí, también creo que el proceso creación también ha conllevado a que en este momento nosotros nos situemos ya no tan solo como en el ámbito de producir un contenido como artístico, sino que como cuando yo nos dicen, nosotros tenemos un plan de gestión, somos una institución sólida que se piensa en sus distintas áreas de una manera consolidada y eso yo creo que cuando lo logré ver con distancia dije, wow, tenemos una responsabilidad súper grande en nuestras manos, porque trabajamos con mucha gente, trabajamos con mucho ámbito y empieza a tener cada ámbito una preponderancia en el tiempo de dedicación y eso conlleva a que nosotros cuatro dediquemos suficiente tiempo a la creación y también a la gestión.
Recién hablaban, por ejemplo, algunas dificultades que han tenido como la ausencia de salas o la distancia con la región Metropolitana que está todo súper centralizado allá. ¿Qué otras dificultades creen que han podido sortear durante este tiempo? ¿Cómo lo han hecho? ¿Qué tan difícil es hacer teatro en región, por ejemplo?
KL: Es que yo creo que las dificultades como de las artes son más o menos las mismas como en la historia, yo creo. Por lo tanto es como todo lo que estás diciendo, el que no existan espacios, el que no exista como el reconocimiento, una educación en torno a la importancia de las artes, el que no existan como políticas contundentes o un apoyo estatal que sea más que un apoyo, es como el reconocimiento de la importancia de aquello. Entonces creo que lo que atraviesa es como una historia muy larga en relación a donde estamos, que es Chile. Y desde ahí, yo creo que, creo que es como lo habitual sobre todo eso. Y además, estando en Valparaíso, que fíjate que yo siento que para nosotros, más que una dificultad ha sido como un motor, como un potencial el estar aquí y no en Santiago. Hemos construido algo que sí de alguna forma está enraizado, no sé si tiene una identidad de Valparaíso, pero sí tiene un lugar. Y creo que eso para nosotros ha sido importante. Creo que el asunto de las salas es algo crucial, como espacios, ni siquiera diría únicamente salas de teatro, sino que espacios en donde uno pueda situarse y poder trabajar de manera tranquila, tener espacios para hacer residencias creativas, para poder crear con calma como que creo que eso es muy diferente, sería todo muy distinto. Quizás facilitaría las cosas, potenciaría las cosas.
Aparte del estreno, ¿qué otras cosas se vienen para La Peste en marco de los 25 años, en marco de la circulación de SUMAR también? ¿Cuáles son los próximos hitos que tienen como compañía?
GA: Bueno, primero sigue nuestra escuela, que tiene un primero y segundo año, y eso además nos tiene súper contentos, porque son súper power los chiques. Bueno, tenemos gira al norte, gira al Sur, con las obras Inmolar y Violentos, preparándonos fuertemente en eso, también con una red de trabajo importante. También viene la página web, el libro de La Peste, y la gira de SUMAR que nos espera en febrero.
DL: Sí, estrenamos SUMAR, bueno, a propósito de lo que sea la Katty, hemos ensayado un montón, caleta, caleta, y vamos a tener, que es algo que ocurre en la ciudad, tres funciones. Y eso es tristísimo, siempre. Ensayamos mucho, todos los grupos de todas las compañías, se ensaya mucho, se trabaja, y después tienes una, dos, tres funciones. Pero las vamos a tener, y va a ser groso. Y estrenamos acá, después en GAM, en noviembre una temporada, después en Teatro Mil, en enero, y después nos vamos de gira a Europa, fundamentalmente a Valencia, a España, y ahí vamos a tener una gira por varias ciudades de España con SUMAR, archivos del Fracaso.