Ponencia

Vocación liberadora de la filosofía y neoliberalismo

Hoy, en Chile, la preocupación prioritaria de los educadores y, en particular, de los profesores de Filosofía, debe ser la restauración de la educación pública, porque es la única que puede alcanzar a la gran masa de los pobres e impedir la intensificación de la degradación de las nuevas generaciones populares que están en situaciones sin salida, sin refugio, sin socialización, sin dignidad.

Vocación liberadora de la filosofía y neoliberalismo

Autor: Hervi Lara

Por Hervi Lara Bravo

1.- Dice Friedrich von Hayek que “fue la evolución de la propiedad, de los contratos, de la libertad con respecto a lo que pertenece a cada uno, lo que se transformó en lo que yo llamo civilización”, (porque) “gradualmente, se fue reconociendo como derecho, que cada individuo tiene sus dominios privados que puede usar para alcanzar sus propios propósitos”. Es por ello, agrega, que “en relación al altruismo y la solidaridad, estamos obligados a olvidarlos, para dar paso al desarrollo de la civilización”. (Puesto que) “todo lo que podemos llamar individualismo significa abandonar la obligación de compartir” (1).

Su “traducción” al medio nacional lo ha expresado quien fuera director del diario “El Mercurio”, Arturo Fontaine, en su texto “Más allá del Leviatán” (1980). Allí expresó el pensamiento neoliberal a ser implantado frente al riesgo del igualitarismo y del Estado de bienestar: “En nombre de la igualdad, no pocos demócratas sinceros consienten en otorgar al Estado facultades ilimitadas, encargándole la redistribución de la riqueza a través de los impuestos y de los gastos sociales, permitiéndole que restrinja la libertad económica por medio de la legislación y a través de la tolerancia frente a la coacción sindical, y autorizando que el Estado se convierta en capitalista al explotar actividades económicas que se consideran socialmente útiles. En nombre de la igualdad restringen la libertad”. Y el entonces director de la prensa del gran empresariado enfatizó que “el mercado se mueve gracias a las preferencias libres de los sujetos y carece por tanto de coacción. Es, además, impersonal, porque se rige por reglas no discriminatorias que amparan el interés común de todos los que en él operan” (2).

Es así como se ha relativizado la democracia; se ha instaurado el mercado como instrumento de comprensión de todos los fenómenos del mundo y de la vida; y se ha desembocado en una antropología individualista. Como paso previo, se ha obstaculizado y suprimido a las organizaciones sociales; el sistema político se ha fundamentado en el mercado, subordinándose a éste; se ha reducido el Estado y, con ello, se ha destruido la educación pública y se ha tergiversado su significado; y el detrimento, en vías de colapso, de la educación pública ha debilitado la vigencia y la enseñanza de la Filosofía.

Inicio esta conversación sobre la Vocación Liberadora de la Filosofía y la Educación Neoliberal con las citas anteriores, porque es ésta la ideología subyacente en nuestra sociedad, en nuestra cultura y en el actual sistema educacional. No se puede hablar de educación, de Filosofía y de neoliberalismo sin considerar el contexto histórico y cultural en el que nos desenvolvemos. Y para que no nos demos cuenta de lo extemporáneo de lo que hacemos hoy como Profesores de Filosofía, los detentadores del poder nos encadenan con técnicas pedagógicas en el interior de la sala de clases, como si las aulas escolares no estuvieran en este mundo. Lo ratifica José Ortega y Gasset, al afirmar que la escuela, como institución normal de un país, depende mucho más del aire en que íntegramente flota, que del aire pedagógico, artificialmente producido dentro de sus muros (3). En Chile, lo que “flota en el aire” es que “la libertad económica es un fin en sí misma. Es también medio para la libertad política” (4).

2.- La educación es formación de la conciencia ética. Pareciera ser ésta la noción más precisa de educación. Al hablar de educación se concluye que la educación es ética, es decir, es reflexión filosófica para la acción en la búsqueda del bien común conforme a la razón. El bien es universal. Luego, se infiere que, si la educación es formación de conciencia ética porque cada acto se proyecta en los otros, se debe partir del supuesto de que la persona humana es un ser social, a diferencia del individuo egoísta propiciado por el neoliberalismo. Es nuestra premisa mayor como cultores y profesores de Filosofía. Pero la noción dominante hoy es la del individuo que compite con los demás por la propiedad en medio del mercado. Los profesores de Filosofía concebimos a la educación como conciencia ética y, en consecuencia, estamos nadando contra la corriente en una cultura en la que no se distingue entre el bien y el mal. Y en la que el mal se presenta como bien. Luego, los profesores de Filosofía pensamos acerca de nuestra responsabilidad frente a estructuras que no son personas, pero que sí afectan la existencia de las personas.

3.- Educación es conciencia, porque es necesario darnos cuenta de los acontecimientos históricos, de su genealogía, de su proyección y de su significado. Es ética, porque es una reflexión filosófica sobre el proceso formativo, discerniendo respecto de su bondad o maldad. Más directamente: si humaniza o deshumaniza. Si humaniza, la educación se implicaría con los valores básicos de una sociedad democrática, esto es, de una sociedad impregnada de igualdad y de participación. Porque nuestra profesión es en favor de la regeneración de la sociedad y de la cultura envilecida, dada la convicción de que “el intelectual debe subordinarlo todo a la verdad y la proclamación de la verdad es, desde el punto de vista político y desde todos los demás puntos de vista, su más alta misión” (5).

4.- Se atribuye a Sócrates el origen de la ética. Para él, el bien es el conocimiento. El mal es la ignorancia. Para hacer el bien, es necesario conocer. Allí está la misión del educador: estimular al discípulo hasta que reconozca la ignorancia y saque a la luz la verdad que se encuentra en el alma (o interioridad) de cada persona. Por tanto, el medio para alcanzar la verdad, lo que es y no lo que aparenta ser, es la educación. Esto es formación de la conciencia y no una instrumentalización de las personas.

5.- Platón afirma que el bien está en la Idea, en la esencia. El mal está en lo sensible. La Idea o esencia o alma o razón o espíritu, esto es, lo no sensible, lo que no es cuantificable, lo que no se debe tratar como objeto, lo gratuito, lo que no tiene precio mercantil, es el bien. Luego, la educación como objeto de mercado no es educación. El lucro en la educación no debe tener cabida.

6.- Aristóteles dice que el bien es la felicidad, es decir, a lo que tiende toda persona. La felicidad es pensar bien y actuar bien. Como el bien es de las personas y las personas son seres sociales, el bien se manifiesta en la economía, la política y el derecho. Es, entonces, válido afirmar que “el intento de comprensión enuncia que lo que es, es. El ensayo de justificación establece que lo que es, debe ser. La voluntad de transformación proclama que lo que es, será” (6). Los pensadores clásicos nos ayudan a discernir sobre la realidad contemporánea.

7.- El concepto de ser humano como ser social se rompió en la modernidad. Entonces surgió la idea de individuo, desde el Yo pienso de Descartes, extendiéndose con el calvinismo y la idea de predestinación. De allí nace el capitalismo, la ciencia positiva, la concepción de progreso, la industrialización, el sistema financiero, hasta el actual neoliberalismo. Es lo que han difundido von Hayek, Milton Friedman y que la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile ha difundido como dogma de fe, en detrimento y contraposición de la fe cristiana que dice postular. Y las demás universidades y el sistema educacional han asumido como propios.

8.- Por esta ideología, en todos los países de América Latina los profesores hemos sido implacablemente perseguidos por considerársenos “elementos subversivos”. Miles de entre nosotros han sido dejados en la cesantía, encarcelados, torturados, relegados, exiliados, vejados, ejecutados, degollados, hechos desaparecer. Ayotzinapa es uno de los ejemplos del último período. Las oligarquías se han esmerado en aquello y sus lacayos no han omitido momento alguno para tratarnos como inferiores, para denostarnos, humillarnos, criticarnos, burlarse públicamente de la situación opresiva que padecemos y, además, culpándonos del bajo nivel escolar.

9.- No se toma en cuenta que los organismos económicos internacionales han destinado a la educación como la principal reproductora de la desigualdad. Para ello, nos han obligado a abandonar la reflexión filosófica cambiándola por un modelo economicista bajo rótulo de despolitización, “encastillándonos” en la sala de clases, al margen de la creación de cultura y de la historia, lo que es acompañado por una proliferación de cursos de especializaciones técnicas, innumerables asesorías pedagógicas descontextualizadas y con la permanente amenaza de cesantía y de tratos arbitrarios. De esto son cómplices y autores intelectuales y materiales los expertos, los especialistas, los pseudo académicos, los burócratas, los consultores, los asesores, los investigadores. Es así por la intencionada y progresiva destrucción de la educación en general y de la educación pública en particular, lo que conlleva la pérdida de sentido de la vida de las presentes y futuras generaciones. Así se ha impuesto el neoliberalismo: rompiendo la reflexión filosófica y la ética.

10.- Con la globalización neoliberal se ha producido una ruptura del éthos de la sociedad occidental y hoy también de la sociedad mundial. No hay espacio para la Filosofía, no hay ética y, por tanto, no hay educación en nuestra cultura. Estamos creyendo que educamos en un mundo que en realidad ya no existe.

11.- La violencia, el terrorismo, la criminalidad, la droga, la corrupción no son los problemas de fondo, sino sólo indicadores de un problema más radical y más profundo por la ausencia de reflexión filosófica: la ruptura del éthos, de la conciencia ética que posibilita la convivencia humana. Las respuestas del sistema son más cárceles, más leyes represivas, más policías y militares en las calles. Por eso los discursos de las autoridades no tienen efecto: porque no se dirigen a las raíces de los problemas.

12.- Las sociedades más afectadas con la crisis ética son las que han adoptados con mayor entusiasmo el modelo de sociedad de Estados Unidos y del Primer Mundo. El llamado “crecimiento económico”, las modernizaciones, los ajustes, no solucionan el problema, sino que lo acrecientan. La concentración de la riqueza ha subordinado a la política, lo que ha conducido a una democracia sin contenido. Se ha impuesto la prioridad absoluta de lo económico y de un único sistema de economía y de convivencia, que es un sistema basado en la violencia. Así se ha envilecido la cultura.

13.- Como el egoísmo y el individualismo han sido puestos por encima de la persona, del ser humano como ser social, las elites y sus satélites carecen de solidaridad. Se encierran en sí mismos. Emerge así una sociedad dividida, en la que no hay contacto entre la clase “superior” y la clase “inferior”. Hay exceso de información, pero no hay comunicación. La asociación, el sindicato, la lucha de clases, que eran formas de contacto social, ya no son posibles porque el trabajador no sabe quién dirige, quién manda, no sabe cómo funciona la sociedad en la que está físicamente, pero a la que racional y espiritualmente no está integrado. “Detrás de la racionalidad económica neoliberal hay una concepción del ser humano que delimita la grandeza del hombre y de la mujer a la capacidad de generar ingresos monetarios. Exacerba el individualismo y la carrera por ganar y poseer, y lleva fácilmente a atentar contra la integridad de la creación. En muchos casos desata la codicia, la corrupción y la violencia. Y, al generalizarse en los grupos sociales, destruye radicalmente la comunidad. Se impone así, primordialmente, un orden de valores donde prima la libertad individual para acceder al consumo de satisfacciones y placeres; que legitima, entre otras cosas, la droga y la pornografía sin restricciones. Una libertad que rechaza cualquier interferencia del Estado en la iniciativa privada, que se opone a planes sociales, desconoce la virtud de la solidaridad y sólo acepta las leyes del mercado. (…) Comúnmente, los dirigentes de nuestras sociedades, articulados a estos movimientos de globalización y embebidos en la aceptación indiscriminada de las razones del mercado, viven como extranjeros en sus propios países. Sin dialogar con el pueblo, lo consideran obstáculo y peligro para sus intereses, y no como hermano, compañero o socio. Esta concepción considera normal que nazcan y mueran en la miseria millones de hombres y mujeres incapaces de generar ingresos para comprar una calidad de vida más humana. Por eso los gobiernos y las sociedades no experimentan escándalo frente al hambre y la incertidumbre de multitudes desesperanzadas y perplejas ante los excesos que usa sin pensar en los demás, los recursos de la sociedad y de la naturaleza” (7).

14.- Aunque débilmente, la integración social la daba la educación pública, que transmitía valores como la nación y el trabajo. La nación y el trabajo eran valores comunes. El trabajo era fuente de dignidad. Pero el neoliberalismo globalizado ha roto el espíritu de la nación y del trabajo, porque ha globalizado sólo a las élites. Las grandes masas, las mayorías, han quedado marginadas.

15.- Las élites del mundo entero se contactan entre sí, pero no se contactan con sus propios pueblos. Viven en los alrededores de las ciudades en paraísos artificiales que abandonan para viajar a los paraísos turísticos o a los paraísos fiscales que son el símbolo de la ruptura de la solidaridad. No pagan impuestos. Quieren un Estado débil que sólo garantice privilegios y que reprima el desorden. No se interesan por la educación pública, ni por la salud, ni por la vivienda, ni por la previsión. No tienen idea de cómo viven sus propios pueblos.

16.- Los pueblos están excluidos, rechazados, marginados, envilecidos, sin solidaridad hacia nada ni de nadie. El trabajo era un medio de socialización. En la globalización (o neoliberalismo o sociedad del conocimiento) no existe estabilidad del trabajo ni identidad profesional. El trabajo es sólo mercancía. Ha perdido su dignidad. Por tanto, en los lugares de trabajo no se generan formas de solidaridad. Ya no hay derechos sindicales. Y al no haber dignidad del trabajador, los jóvenes quedan sin referencia de valores.

17.- Hoy no existe éthos cultural. Este estaba en el inconsciente de la sociedad, constituyendo el alma de la cultura, el fondo desde donde preceden las normas y los valores, los cuales se transmiten por el testimonio, a través de símbolos, mitos, sabiduría popular. Es la base de la ética. Una ética sólo racional, sin transmisión testimonial, no penetra en la vida, ni en los actos, ni en los comportamientos. El ejemplo de la coherencia en el decir y el hacer de la familia y de los profesores es fundamental para la formación de valores. Estos hoy obedecen al mercado. Luego, los comportamientos ya no son éticos, sino que obedecen al mercado: hago no lo que debo hacer, sino lo que conviene.

18.- La educación concebida como formación de la conciencia ética, tiene como fin la transmisión del éthos cultural, del espíritu del pueblo. La educación pública era preparación para realizar un trabajo, para realizarlo como ciudadano de una sociedad democrática. Pero en la era de la globalización neoliberal ya no hay éthos cultural, no hay ética, no hay espíritu, Por tanto, no hay educación. La familia no educa porque los padres no saben qué transmitir a los hijos. Los abandonan a sí mismos. Les dan cosas e instrucción, pero no valores. Porque el mercado, además, dificulta e impide que los padres estén presentes.

19.- Las escuelas son centros de preparación para el mercado. Pero todos los niños y jóvenes de clase baja saben desde el comienzo que en esa competencia son “perdedores”. El sistema educacional de hoy es para los que van a vencer en el mercado del trabajo. Para la mayoría es inútil lo que la escuela enseña, porque no otorga preparación para la vida que verdaderamente se tendrá que vivir. Se ha logrado así el objetivo de la despolitización y uno de sus principales medios es el “cedazo” ejercido por las pruebas internacionales estandarizadas. En consecuencia, hoy no existe educación y menos aún educación pública.

20.- El Estado ha dejado a la educación pública en decadencia porque no le ve sentido. Los técnicos que las empresas requieran son preparados por instituciones privadas más integradas al mercado. El único conocimiento que se valora es el conocimiento en torno al mercado. Toda la información que transmiten los medios se refiere al mercado, para seleccionar y orientar la producción y dar a los capitales mejores rendimientos. La tecnología y la ciencia benefician a los que las aprovechan económicamente, haciendo de ellas nuevas mercancías. No se transmiten ni racionalidad ni valores éticos, porque perturban el juego del mercado.

21.- Para los estudiantes, más importantes que los mensajes de la escuela son los que difunden la televisión y las redes digitales. La televisión difunde la forma de vida de la clase alta. El éthos de la clase alta es el narcisismo: el individuo no se refiere a sí mismo, sino a la imagen que proyecta. De ahí la necesidad de consumir para existir.

22.- Los Estados no pueden desarrollar la educación pública ni respetar los derechos humanos mientras los gobiernos están asociados y son dependientes del FMI, del BM, de la OMC, de las corporaciones transnacionales y de sus representantes nacionales, entidades ajenas a la ética y que tienen en sus manos los destinos de la humanidad. A modo de ejemplo: The Goldman Sachs Group fue acusado del fraude de las hipotecas subprime y de ser parte del origen de la crisis financiera griega al haber ocultado cifras del déficit público. J.P. Morgan, acusado de prácticas delictivas en su gestión de bonos hipotecarios durante la crisis subprime de 2008 al no informar a los organismos controladores de sus prácticas. HSBSC Securities lavó dinero de los cárteles mexicanos y de otras organizaciones criminales.

23.- ¿Qué hacer para reconstituir la reflexión filosófica y una ética enraizada en un nuevo éthos cultural? Las Iglesias no convencen con sus discursos moralizantes y anacrónicos. La Iglesia Católica está más asociada a las clases alta y media alta. Está “inculturada” a esas clases exceptuando a sectores muy reducidos que no tienen mayor injerencia en las decisiones ni en las líneas orientadoras. Las sectas que proliferan en América Latina han sido impulsadas por el poder económico mundial en función del individualismo y apoliticismo neoliberales. La solidaridad la han confinado a obras asistenciales a las que la clase alta otorga limosnas para corregir los defectos que consideran transitorios del sistema económico, el cual “chorreará” a todos en la medida en que se incremente la acumulación de capital. Piensan que el Estado es el problema. Por su parte, el Estado está presionado por el FMI, el BM, la OMC, los TLCs y las transnacionales. Se denuncia la corrupción de las instituciones estatales, pero nunca la corrupción de las empresas privadas.

24.- Sin embargo, se olvida que el Estado fue el creador de la economía, del trabajo, de los servicios sociales. Fue el principal agente de la educación y no se le puede reemplazar en relación a la posibilidad un nuevo éthos cultural para difundir y universalizar valores. Hoy el Estado es débil, por lo que necesita y debe apoyarse en la organización de los movimientos populares para sobrevivir y cumplir sus funciones esenciales y no sólo “subsidiarias”.

25.- ¿Cómo recrear la educación enraizada en la reflexión filosófica y la ética? Es necesario crear una cultura del encuentro, síntesis entre lo local y lo global, porque “si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos, cada vez en mayor número, para este mismo desarrollo se exige más todavía pensadores de reflexión profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí mismo”. (…) “Así se podrá realizar, en toda su plenitud, el verdadero desarrollo, que es el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas” (8).

26.- Siguiendo este razonamiento, el profesor de Filosofía (a diferencia del tecnócrata) tiene conciencia del significado político de su profesión. Frente a la sociedad, promueve la cultura. Frente a la persona, construye en sí cultura. Esto lo hace promoviendo utopías, sentido de la vida, humanizando, integrando, cohesionando al pueblo al que pertenece (9).

27.- La intencionalidad es en la conciencia del profesor de Filosofía, adquirida por la razón y la experiencia, lo que da paso a la sabiduría. La sabiduría permite discernir entre las posibilidades hacia el educando y que dependen del profesor: ascender a la plenitud de la humanización o descender a la nihilidad o el sin sentido. La reflexión filosófica y la educación tienen como fin la humanización que se expresa en la dignidad humana a través del diálogo con el mundo. Ello desemboca en la libertad, esto es, “descolonizar la mente del oprimido de la presencia del opresor” (10). Hoy, en Chile, la preocupación prioritaria de los educadores y, en particular, de los profesores de Filosofía, debe ser la restauración de la educación pública, porque es la única que puede alcanzar a la gran masa de los pobres e impedir la intensificación de la degradación de las nuevas generaciones populares que están en situaciones sin salida, sin refugio, sin socialización, sin dignidad.

28.- El porvenir está en los movimientos y organizaciones de voluntarios, abiertos a todos, dominados por una preocupación ética, capaces de liberarse de las estructuras económicas imperantes. Ello implica una visión crítica del neoliberalismo, del mundo actual y de la economía de mercado. La gran masa no tiene capacidad de darse cuenta de lo que está sucediendo. Hay que suprimir las fronteras al interior de las sociedades para que las élites vean lo que pasa en el infierno que dejaron formarse al lado de sus paraísos. Hay que seguir la dinámica de los trabajos voluntarios, de campañas de alfabetización, de Médicos sin Fronteras, del Movimiento por el Cierre de la Escuela de las Américas, de las radios y canales de televisión comunitarios, etc. Una visión crítica del neoliberalismo exige estudio profundo de las disciplinas filosóficas, a fin de buscar y orientar el sentido de la existencia antes que la humanidad se autodestruya.

29.- El valor fundamental de una nueva ética fruto de la reflexión filosófica es la relación humana: ser capaz de relacionarse, de comunicarse personalmente, de crear convivencia. No es la comunicación de la red de medios tecnológicos, porque esa es la comunicación del mercado. Esa despersonaliza. Lo que vale es la comunicación y el testimonio personales y que posibilitan la socialización, la organización para una vida en comunidad. Porque el neoliberalismo sólo permite la competencia y la lucha de todos contra todos. Hoy sólo triunfa el que actúa sin ética.

30.- Sólo las organizaciones sociales democráticas, el pueblo organizado, informado, educado racionalmente y unido, pueden transformar el sistema imperante. Los profesores de Filosofía, también organizados, debemos exigir una reforma universitaria que reivindique la misión de la universidad como centro de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad, lo que implica la presencia de académicos solventes intelectual y éticamente. Crear talleres de reflexión filosófica buscando precisar la conceptualización y, a la vez, denunciar la corrupción de las actuales instituciones de educación. Sistematizar y difundir las experiencias inéditas, de tal manera de que toda la sociedad se entere de la labor extraordinaria y bella de los profesores. Participar de organizaciones sociales, culturales, gremiales y políticas, estableciendo vínculos internacionales con entidades afines. Enfatizar la formación de buenos hábitos, como educación humana básica: urbanidad, higiene, autodisciplina. Desarrollar la formación ética en el sistema escolar y a través de medios de comunicación locales. Denunciar la impunidad de los delitos de lesa humanidad y prevenir las violaciones de derechos humanos a través de la difusión del Derecho Internacional. Implementar permanentes columnas sobre el derecho a la filosofía en medios de prensa, de tal manera de que se reconozca nuestra presencia y la relevancia de la reflexión filosófica en el sistema educacional y en la vida pública.

31.- Los derechos humanos son expresiones éticas y han sido reducidos a no ser molestados por nada ni por nadie, lo que se manifiesta en el egoísmo. Es así como la situación actual es de barbarie. No hay alternativa: enseñanza de la Filosofía en la educación pública humanizante o barbarie. La gratuidad es lo único que puede restaurar la relación humana entre personas. Y la gratuidad se opone a la ideología del mercado. Pero no debemos olvidar la tarea más directa de los educadores: la educación humana básica para transmitir la responsabilidad personal. Enseñar y reflexionar sobre la vida. Y lo esencial para la vida es saber relacionarse, comunicarse y pensar por sí mismos.

32.- Los conceptos de dignidad, identidad y memoria a través de la reflexión filosófica abren caminos para romper el silencio de los “condenados de la tierra”. Porque la humanidad tiene derecho a vivir humanamente y un paso básico es que los pueblos digan su palabra. Los profesores de Filosofía tenemos derecho a un lugar en el mundo, en el mundo en el que se nos quiere acallar de manera similar a la sabiduría de los pueblos originarios: para el poder, nuestro silencio es su deseo. Callando dejaremos de existir. Hablamos contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido. El neoliberalismo niega la enseñanza de la Filosofía, niega el diálogo y al negar nuestra palabra de profesores de Filosofía, niega nuestro derecho a ser. Decir nuestra palabra es una exigencia de encuentro de humanidad, lo que implica un término de las opresiones. Es la vocación liberadora de la enseñanza de la Filosofía.

Por Hervi Lara Bravo

Profesor de Filosofía / Red de Profesores de Filosofía (Reprofich).

    Ponencia presentada en el coloquio «Estados generales de Filosofía en Chile: enseñanza, investigación, institución», que se realizó en Valparaíso los días 5 y 6 de junio de 2025.

    Convocatoria: Instituto de Filosofía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso / Facultad de Humanidades, Universidad de Playa Ancha / Instituto de Filosofía, Universidad Austral de Chile / Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas, Universidad Católica del Maule / Asociación Chilena de Filosofía (Achif) / Red de Profesores de Filosofía de Chile (Reprofich).

    NOTAS

    1. Friedrich von Hayek, Los Fundamentos de una Sociedad Libre. En “Estudios Públicos” N° 3, junio de 1981, Santiago de Chile, pág. 69. ↩︎
    2. Arturo Fontaine. Texto mimeografiado. ↩︎
    3. Cfr: La Filosofía de la Educación de Ortega y Gasset – Una mirada actual / Raquel Hidalgo Esteban / Tesis de pedagogía / Universidad de Valencia, España, 2011. ↩︎
    4. Milton Friedman: Declaraciones a la prensa, 1966. ↩︎
    5. José Ferrater Mora, Unamuno. Bosquejo de una filosofía / Editorial Losada, Buenos Aires, 1944, pág. 30. ↩︎
    6. José Ferrater Mora, Cuestiones Disputadas – Ensayos de filosofía / Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1955, pág. 71. ↩︎
    7. El Neoliberalismo en América Latina. Carta de los Superiores Provinciales Latinoamericanos de la Compañía de Jesús / Ciudad de México, 14 de noviembre de 1996. ↩︎
    8. Pablo VI, Populorum Progressio. Carta encíclica sobre el desarrollo de los pueblos. Roma, 1967, N° 20. ↩︎
    9. En referencia al pensamiento de Santo Tomás de Aquino en torno a la educación: “Para que un hombre pueda caminar rectamente por la vía de la salvación, tres cosas debe hacer aquel a cuyo cuidado ha sido confiado: Ordenarlo rectamente hacia el fin, a los que se llama dirigir; emplear toda cautela para que no se extravíe, lo cual tiene por nombre regir; reducirlo al recto camino, si se hubiera apartado de él a lo cual se llama corregir”. (En: Ángel González Álvarez, Filosofía de la Educación, Escuela Española, Madrid, 1956, pág. 50, s.). ↩︎
    10. Esa Escuela Llamada Vida – Diálogo de Paulo Freire con Frei Betto / Editorial Legasa, San Pablo, 1985. ↩︎

    Las expresiones emitidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.

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