Aquí está la explicación de por qué olvidas las cosas en el segundo en que entras a buscarlas

¿Qué era lo que estaba buscando? ¿Qué vine a hacer aquí? No, no perdiste la cabeza. A todos nos pasa y ésta es la razón.

cara de duda

Olvidas las llaves en el mesón de la cocina otra vez. No hay problema, vas y las recuperas. Caminas hasta la cocina y cuando llegas ahí, ya te olvidaste y terminas preguntándote qué es lo que ibas a buscar y por qué fuiste a la cocina. En menos de 30 segundos, te las arreglaste para olvidar todo el propósito de lo que hacías en ese momento. Pero no hay que preocuparse, no es algo que te pase sólo a ti y no estás perdiendo la cordura; no es Alzheimer, no es amnesia, no es nada de eso. Es algo que se suele llamar ‘efecto umbral’ y que indica que, de hecho, tu cerebro está funcionando bien.

Los científicos solían pensar que la memoria era como un mueble archivador, que funcionaba guardando cada experiencia en un fichero, de manera independiente. Luego, creían, uno iba a buscar ese fichero y abría el archivo, que permanecía guardado en su lugar. Era una imagen fácil y ordenada de la memoria, pero era errada. El cerebro es mucho más complicado y sofisticado que eso; más parecido a un computador súper equipado, con docenas de tareas y aplicaciones funcionando todas a la vez.

Un estudio de 2011 encontró que el ‘efecto umbral’ es el resultado de que muchas de estas aplicaciones están andando simultáneamente. Los investigadores les enseñaron a 55 estudiantes universitarios a jugar juegos de computador en los que tenían que moverse por una edificación virtual, recolectando y llevando objetos de una habitación a otra. Cada vez que los participantes atravesaban el espacio, una imagen de un objeto aparecía en la pantalla. Si ese objeto era el que ellos estaban llevando o el que habían dejado, los participantes debían clickear ‘sí’. A veces, estas imágenes aparecían después de que los participantes habían caminado hacia dentro de una habitación; otras, aparecían mientras estaban en medio de una habitación. Luego, los investigadores construyeron una versión real de ese ambiente y condujeron el experimento otra vez, usando una caja para esconder los objetos que la gente iba llevando, para que así no pudieran volver a revisar.

Los resultados de ambos experimentos fueron los mismos: el simple acto de caminar a través de una puerta, hacía que los participantes olvidaran los que habían ido a hacer. No era un asunto de distancia. Los investigadores preguntaban «¿Es esto lo que llevas?» después de que las personas habían caminado cierta distancia dentro de una habitación y a cierta distancia entre habitaciones. Dentro de una habitación, sus memorias permanecían intactas, pero al cruzar el umbral de la puerta era como si la memoria hubiera sido una pizarra mágica que al sacudirla, se borraba todo.

Los investigadores concluyeron que los cerebros de los sujetos percibían los umbrales como una especie de punto de corte. Los recuerdos y movimientos que los estudiantes llevaban consigo en un contexto, «chocaban con la muralla» al cambiar de habitación. Al otro lado del muro había un nuevo contexto y un nuevo paisaje para la memoria. Los «computadores mentales» de los participantes estaban combinando las tareas de conciencia espacial, movimiento y memoria, pero cada una de estas tareas requiere de atención, y no se puede poner atención a todo de una sola vez.

¿Existe un modo de evitar el efecto umbral? Probablemente, aunque la ciencia no lo ha encontrado aún.

Fuente, mental_floss

Traducción, CCV, El Ciudadano

 

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