Cazador argentino muere aplastado por un elefante en Namibia

En mayo se supo que un conocido cazador sudafricano fue aplastado bajo un elefante herido de bala en Zimbabwe. Ahora, a un cazador argentino también le ha llegado su hora después de ser pisoteado por el animal al que pretendía matar.

Por Sofia Olea

16/08/2017

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Últimamente las personas que practican la caza mayor no están siendo muy afortunados con los elefantes. Aun armados hasta los dientes y equipados con vehículos, equipos de rastreo y otros artificios, los cazadores parecen estar descubriendo recién que a estos grandes animales salvajes no les gusta que les disparen.

En mayo se supo que un conocido cazador sudafricano fue aplastado bajo un elefante herido en Zimbabwe, al que habían disparado sus colegas. Ahora, a un cazador argentino también le ha llegado su hora después de ser pisoteado por el animal al que pretendía matar, informa IFLScience.

El pasado fin de semana, el cuerpo de José Monzálvez, un empleado de 46 años de una empresa petrolera, fue encontrado con heridas severas por compresión en un área privada de vida silvestre en Namibia.

Según los informes, el cazador y sus compañeros estaban acechando a una manada de elefantes, buscando una oportunidad para dispararles sin ser vistos. Uno de los elefantes lo vio merodeando alrededor y, reconociendo la amenaza que los humanos representan, se fue contra él. Evidentemente el hombre no fue lo suficientemente rápido para escapar del animal y terminó aplastado.

La gran mayoría de las veces los cazadores son muchísimos más propensos a matar a su objetivo que al revés, por lo que la caza es y seguirá siendo una actividad injusta para los animales. Sin embargo, y como lo demuestra este ejemplo, en ocasiones ocurre que el animal arremete contra el cazador, el que termina herido o muerto. Aunque la muerte de una persona es lamentable, no se puede culpar a un animal por defenderse.

En este caso no se trataba de caza ilegal, puesto que Monzálvez tenía una licencia para cazar elefantes en esa área. Aunque la caza furtiva es universalmente condenable, también existen algunos defensores ecológicos de la caza legal, quienes han argumentado que esta puede fomentar la conservación cuando es cuidadosamente administrada.

Sin embrago la evidencia que apoya esta postura es inestable. La mayoría de las veces, la caza mayor sólo involucra disparar a muerte a animales en peligro de extinción, los que terminan sus días destinados a enriquecer a sus captores.

El Ciudadano

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