Nuestra capacidad para escribir a mano está menguando y podría deberse a las nuevas tecnologías

La ciencia dice que no hay una sola manera correcta de tomar un lápiz, pero la pérdida de la habilidad caligráfica es un problema y los expertos advierten la importancia de abordarlo con seriedad.

Con el auge de la tecnología de pantallas táctiles, parece que la escritura a mano está en declive, tanto en el uso diario como en los entornos educativos.

Según un informe reciente emitido en el Reino Unido, algunos niños incluso están teniendo dificultades para sostener correctamente bolígrafos y lápices.

«Los niños no van a la escuela con la fuerza y ​​la destreza manuales que tenían hace 10 años», dijo a The Guardian la terapeuta ocupacional pediátrica de la fundación ‘Heart of England NHS Trust’, Sally Payne.

«Los niños que ingresan a la escuela usan lápiz, pero cada vez les cuesta más sostenerlo porque no tienen las habilidades fundamentales de movimiento», explicó la experta.

La escritura a mano involucra un uso de los músculos de nuestras manos de manera diferente a los movimientos de deslizamiento y golpeteo que usamos para navegar en los dispositivos electrónicos.

Pero cuando se trata de escribir en una hoja, el agarre «correcto» del lápiz es mucho más antiguo que el iPhone y la ciencia muestra que hay más de una forma de sostener correctamente un lápiz.

En 1996, una revisión de varios estudios publicados en los años ’80 sobre la escritura a mano, concluyó que «las variaciones en el agarre de la escritura» no parecen afectar la claridad o rapidez con la que los niños pueden escribir, aunque recomendó realizar más pruebas sobre esta idea.

Cuatro formas funcionales maduras de tomar un lápiz: trípode dinámico, cuadrípode dinámico, trípode lateral y cuadrípode lateral. (Schwellnus et al., AJOT, 2012)

 

Un estudio de 2012 con 120 estudiantes de cuarto grado reveló que entre los cuatro tipos básicos de agarre considerados «maduros», no hay uno que sobresalga como la mejor elección.

«Este hallazgo se suma al creciente cuerpo de evidencia de que los agarres alternativos pueden ser aceptables para una escritura rápida y legible», concluyó el equipo de aquella investigación.

Esto significa que si su hijo o hija no está haciendo un perfecto «trípode dinámico», esto no es motivo de preocupación. Hasta ahora los estudios no parecen mostrar que las pantallas táctiles tengan algo que ver con el desarrollo de las diferentes formas correctas de tomar un lápiz.

Dicho esto, lo que es un problema real es la disgrafía motora, es decir, problemas para escribir debido a la falta de habilidades motrices finas. Esto sí es algo que los padres querrían abordar con la ayuda de un terapeuta ocupacional.

Cuando hablamos sobre el declive de la escritura a mano, parece que la mayor parte de esta preocupación se refiere al arte de escribir en cursiva, uniendo una letra tras otra con líneas, curvas y bucles.

Pero los investigadores y docentes ni siquiera están de acuerdo en la utilidad de escribir hábilmente en cursiva. Algunos aseguran que es beneficioso para el cerebro mientras otros argumentan que es obsoleto e inútil.

«Un problema es que la escritura a mano es muy individual en cómo se desarrolla en cada niño», dijo a The Guardian Mellissa Prunty, terapeuta ocupacional pediátrica de la Universidad Brunel de Londres.

Prunty recalca la importancia de la investigación, para no correr el riesgo de hacer demasiadas suposiciones sobre los ‘cuándo’ y ‘cómo’ de la habilidad de un niño o niña para escribir a mano. Si no puede escribir a la edad esperada, es importante intervenir si la causa se relaciona con la tecnología.

El Ciudadano, vía Science Alert

 

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