Antropolikosas

¿Danko, por qué no investigas sobre los pewenche? son súper interesantes… No, compañera, tengo ganas de investigar sobre los chilenos

Por Director

08/12/2011

Publicado en

Columnas

0 0


¿Danko, por qué no investigas sobre los pewenche? son súper interesantes… No, compañera, tengo ganas de investigar sobre los chilenos. La antropología es el arte de conocer y buscar interpretaciones de un otro distinto. Además me parece que ustedes son súper interesantes, exóticos y tan complejos con sus rollos ceremoniales, nociones territoriales, sincretismo cultural, estructura socio-política, rituales matrimoniales, iniciaciones, fiestas, inmigraciones y vestimentas.

Por ejemplo, me parece tan interesante su vida que hasta me iría a vivir con ustedes un tiempo para buscar comprenderlos mejor ¿se podrá? Es sólo con fines científicos, nada más. Quizá por ahí salga algún librito o algún videito, pero nada más. ¿Con quién tendría que hablar si me interesa hacer un ramo sobre cultura chilena? Es que ustedes son tan culturales…

Perdonen si ofendo, pero el ejercicio es reflexionar sobre las actitudes de muchos y muchas, que siguen perpetuando una condición de poder y una relación colonialista entre chilenos y mapuche. Nada personal. La cosa es: ¿por qué? Una vez vi un video llamado BARBIKUAERIA (barbecue area) y me inspiró. Los Maori llegando a colonizar la tierra de los británicos, plantando banderas e imponiendo sus leyes y políticas. Años más tarde estudiándolos y sometiéndolos a la rigurosidad de “expertos antropólogos” que con suma objetividad son hasta capaces de vivir dentro de sus casas y hacer descripciones tan precisas y exentas de prejuicios sobre sus costumbres. Lo mejor eso si, sin folklorizarlos ni transformarlos en objeto…

¿Y qué tal si los mapuche hacemos el mismo ejercicio? Ya lo veo: ¨PAZIFIKACION ECHILE¨. Más de alguno quedaría perplejo. Pero creo que cosas así son muy necesarias para romper la hegemonía del sujeto-objeto que hoy nos tiene en condición de ratas de laboratorio. Quizá ahí la necesidad política de crear una escuela de antropología mapuche que ayude a regular la necesidad de ser protagonistas de nuestra historia propia.

“Yo pensé que vendrías con una manta a exponer hoy” prosiguió mi compañera. “La cosa es que siguiendo esa lógica ustedes tendrían que haber venido de huaso, o de alemán o de judíos o vascos” respondí ¿o es que acaso los chilenos creen haber inventado los ternos, chaquetas y zapatos tan elegantes que se exigen para presentaciones formales en la academia? Lo más probable es que sí y la culpa en gran parte la tenemos nosotros los mapuche o más bien algunos sujetos que para la TV gustan de andar a pies descalzos y como en “La Doña” con el xarilogko hasta pa´dormir (entre otras cosas).

Bien me decía un peñi la otra vez “Los viejitos que fueron dirigentes durante las décadas de los 30, 40, 50, 60 y 70 andaban de chaquetita y con zapatos lustraditos, pero esos sí que hablaban y hacían política en mapuzugun. En cambio ahora fíjate en los dirigente, pocos o casi ninguno habla en mapuzugun, pero el xarilogko parece una parte más del cuerpo…” ¿Qué onda? A mí me parece que lo único que se logra con eso es validar una imagen romántica y estereotipada del mapuche construida por los wigka: “el mapuche verdadero, el mapuche real”.

He tenido la gran fortuna de conocer bien la forma de vivir de muchos peñi y muchas lamgen de varias comunidades distintas. Así también la forma de vida de muchos otros hermanos que viven en ciudades como Temuko, Kollipulli, Angol, Valdivia, Chillan, Concepción y Santiago. La verdad con la que me he pillado es bien diversa: panaderos, campesinos, empresarios, negociantes, emprendedores, joyeros, futbolistas, lanzas, traficantes, profesionales (de múltiples disciplinas), mecánicos, políticos y un larguísimo etcétera. Pero eso si, el xarilogko me lo he pillado más en situaciones políticas y folklóricas, porque en el cotidiano na´ ni na´. Es como un disfraz.

Lo que sí me he pillado es a muchos peñi y lamgen extremadamente fundamentalistas y conservadores ¿Serán la ultra derecha mapuche? “No, es que los mapuche son así y son asa, pero así no y asa tampoco”. Lo que me da más risa es que muchos de los que tienen ese discurso tienen una vida completamente distinta a “la real forma de ser súper mapuche” y que ni ellos mismos encajan en esa descripción. Sin embargo, el problema que veo en ese discurso es que más que revolucionario huele a un fascismo mapuche que se valida en la boca de creyentes fieles, antropólogos, anarquistas varios, mapuchistas, mapuches ¨radicales¨ y cauros chicos que juegan al pako y al mapuche.

Lamentablemente muchos académicos y estudiosos de la cultura y sociedad mapuche han prestado sus estudios para perpetuar una imagen estigmatizada del mapuche. Y que sepan que no nos hacen un favor, sino que más nos cagan. Son casi como los caballos de las carretelas en las ciudades, con parches a los costados para solo ver una realidad parcial. Que pobre y poco de muchos y muchas llamados estudiosos y vanguardia.

Así mismo hay otros activistas, dirigentes, luchadores sociales y simpatizantes con discursos muy básicos que repiten los estereotipos de la izquierda chilena. Esa mística conexión del indio con la tierra, la naturaleza y bla, bla, bla. Personalmente creo que la tierra es importante, muy importante, pero como nación es más aún el territorio y sus recursos entre otras cosas más: representación política propia, autonomía política, administrativa y territorial, revitalizar el mapuzugun, salir de la pobreza a la que nos sometieron los Estados chileno y argentino, y mucho más. Por lo mismo pienso que muchos de los que se creen vanguardia, política y cultural mapuche, son unos chantas porque repiten el discurso que los wigka quieren escuchar. “Foxe” pirkefuy tañi peñi, mvna weza

Estamos en una etapa de nuestra sociedad muy importante. El discurso nacionalista y autonomista ha tomado fuerza y con ello han surgido muchas cosas nuevas que nos fortalecen: expresiones artísticas, organizaciones políticas, educacionales, espacios de encuentro y lo más importante, las ganas de querer ser mapuche para siempre y no tener más vergüenza de serlo en público.

Por lo mismo me gustaría pedirle a los estudiosos chilenos que no piensen que sus estudios están exentos de prejuicios, intereses políticos, formas de querer ver al otro y más. Pero sí decirles que pueden aportar mucho en esta discusión porque los chilenos tienden a escucharse más entre sí que a los mapuche y ese es un potencial tremendo. Y eso es una acción política que asume que la objetividad es solo un cuento viejo de la academia. Dejémonos de jugar al antropólogo y al indio. Asumamos compromisos reales con nuestra sociedad para romper de una vez por todas con la dominación, exclusión y colonización propias del legado de inquisidores, ladrones, asesinos y violadores. Ya no estamos en 1492 o 1883, sino a puertas del 2012.

A los peñi y a las lamgen, decirles que nos dejemos de leseras, que nuestra realidad es toda la que vivimos en el lof y en las poblaciones. No es parcial, tampoco la realidad es la idealización que nos gustaría fuera y que si queremos que las cosas realmente cambien hay que empezar por asumir nuestra condición real. Plantearnos como pueblo con toda nuestra diversidad al futuro. Entender que no hay una forma de ser más mapuche que otra y que con todo eso luchemos y dejemos de ser una minoría marginal y pobre.

Por Danko Mariman

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones