Arrate también se fue de su partido

Suele causar asombro, molestia, se les insulta, se les grita traidores, desleales, inconsecuentes, vendidos…,  pero la verdad es que esto se dice cuando un connotado militante de algún partido se cambia de casa, se va a otro partido

Por Director

11/05/2009

Publicado en

Columnas

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Suele causar asombro, molestia, se les insulta, se les grita traidores, desleales, inconsecuentes, vendidos…,  pero la verdad es que esto se dice cuando un connotado militante de algún partido se cambia de casa, se va a otro partido. Debemos suponer que lo hace porque se siente mejor, que allá lo quieren más, que sus opiniones son mejor atendidas, y claro, algún beneficio económico también, estos tránsfugas no son tan tontos tampoco.

Fernando Flores, apoya a Piñera, y lo hace porque en estos años piensa que el actual modelo está bien, aunque sus votos se los ganó contando batallas, llorando penas y recordado su pasado de “upeliento”. El logró una notable fortuna en sus negocios, que los construyó en el mundo liberal y capitalista que tanto dijo combatir, mientras en Chile se reprimía y torturaba. Es verdad que fue un ex Ministro de Allende, y que pasó a la cárcel por esa razón, pero lo que hay que decir, es que Allende lo sacó de la Moneda porque Fernando Flores quería rendirse y pedía que todos se rindieran, incluyendo el Presidente. Salvador Allende lo sacó de La Moneda en esas horas, porque se quedaron los que estaban dispuestos a combatir, y él no pasó ese examen, que pasan los hombres que son y constituyen la historia.

De Jorge Schaulsson no hay mucho que agregar, ex diputado, que no ha ganado ninguna elección y que actualmente se encuentra siendo sometido a una investigación judicial, por relaciones con el narcotráfico.  Para decirlo de alguna manera, se quedó según se investiga, con 125.000 dólares de un narcotraficante. Sin duda, este tipo de políticos se acomodan muy bien en la derecha piñerista, que es la que hoy los acoge como signos de los nuevos tiempos. Atrás quedan los votos que salían a pedir para ser parte del parlamento, como militante del PPD, partido de la Concertación.

Cambios de personas en los partidos políticos ha habido siempre, basta recordar una verdad del tamaño de una catedral: “los que quieren la cabeza del dictador, hoy se conforman con verlo mejor peinado” y de esos está lleno en la Concertación. Socialistas radicales y elenistas de los sesenta y setenta convertidos en agitadores y furibundos defensores del modelo neoliberal, militantes de la izquierda revolucionaria marchando al compás de la música militar, otros que administran un pésimo modelo de salud, otros que han sido sacados por ladrones y rufianes, algunos que se han coludido incluso con militares, para aprovecharse de las ventajas que ofrece el descontrol del actual bloque en el gobierno.

El ejemplo más explicito lo constituye uno de los políticos que más ayudó, pidió y clamaba  a gritos una “intervención de los militares”, que pasó a llamarse Golpe de Estado, fue presidente de Chile. Patricio Alywin…, y miles y miles votaron por él, entre vómitos y lamentaciones.

Los que nunca cambian son los chilenos con hambre, la pobreza está siempre del mismo lado, los que comen una vez al día, los obreros en las poblaciones, largas jornadas de trabajo para vivir en pésimas condiciones de vida. Miles de mujeres condenadas a salarios inferiores por su condición de mujer. Los que no han cambiado nunca, son los maestros primarios y sus sueldos miserables, sometidos a presión extrema por un sistema educativo malo, sectario, clasista y desequilibrado, como un claro reflejo de la sociedad chilena.

Lo que tampoco ha cambiado es la esperanza, esa se mantiene, miles consideran que es posible un Chile nuevo, solidario y justo, democrático y que haga la justicia social, que la historia en este mundo pide a gritos.

Jorge Arrate candidato a presidente por la izquierda, abandonó el partido socialista -en el cual había militando por muchos años- para ser el abanderado del cambio, el sostenedor de un programa que gire hacia transformaciones sociales que son urgentes, y si lo eran desde ayer, lo son con mayor razón hoy día. Jorge Arrate abandonó la orgánica socialista, porque su pensamiento de socialista no tenía espacio, y lo hace para integrar un conglomerado donde están los sencillos y excluidos desde hace muchos años, personas a las cuales la Concertación y sus partidos, se acuerdan solo en época de elecciones. Arrate encarna un proyecto, que es respuesta en los tiempos actuales.

A Jorge Arrate también le gritan traidor, pero se lo dicen los que sostienen que este modelo es justo, los que quieren seguir vendiendo a Chile, y eso ya es otra cosa. Una cosa es colocarse del lado de los que generan la miseria, y otra es colocarse para hacer la vida digna a millones de personas. En este caso el traidor o vendido, no está en quien sale de un sector que dice llamarse izquierda concertacionista

Los tiempos cambian y eso es bueno. Nada peor que todo siguiera igual, cantando los mismos rezos de cada mes de María. Los tiempos actuales, los meses que están por llegar son de vital importancia para este “cambiado Arrate”. Él deberá hacer frente a los agitadores de la riqueza sólo para algunos, deberá soportar esas graves acusaciones de querer devolver al pueblo de Chile los recursos naturales, le insinuarán que intentará volver a trabajar por el bien común.

Los que se sientan bien en la derecha allá ellos.

El problema mayor es demostrar que el cambio hacia la dignidad está en este lado de la sociedad, y que es posible, y por el cual hay que trabajar Un obrero cesante en Puerto Montt, Castro o Ancud en nada cambiará que algunos se acomoden debajo del ala de Piñera. Sólo bastará con que no se les vote en las siguientes elecciones, así ganará la dignidad del pueblo, que es sin duda el mayor capital que tienen todos los pueblos del mundo.

Por Pablo Varas

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