Baltazar Garzón, vienen por ti

Baltasar Garzón no ha dejado indiferente a nadie.

El día jueves 16 de octubre de 1998 cuando el reloj de la Audiencia Nacional de Madrid marcaba las 15.00 horas, salía un fax dirigido al juez Nicholas Evans, firmado por el juez Baltasar Garzón pidiendo se detenga al ciudadano chileno Augusto Pinochet para que sea extraditado a España, y se le juzgue por delitos cometidos bajo el imperio de la dictadura de las Fuerzas Armadas de las cuales él había sido Comandante en Jefe.

Es de público conocimiento que miles de personas en todo el mundo celebraron como suya aquella victoria, aquel sencillo gesto que alteró y dejó en evidencia el pacto entre los partidos de la Concertación y las Fuerzas Armadas. Todo el andamiaje para que la impunidad se impusiera, se consolidara, y para la cual trabajaron desde distintos flancos, se derrumbó. El peso de la verdad fue mayor de todos los silencios gritados que hubo desde el Hotel Escorial de Madrid, hasta los elevados pisos del Ministerio de Defensa en Santiago.

Desde aquel día el Derecho Internacional ya no será el mismo. Baltasar Garzón ayuda a que la civilización con esta medida jurídica logre dar un salto enorme para consolidar el respeto a los Derechos Humanos, para fortalecer a los que trabajan para que la humanidad asegure la continuidad de la especie humana, en condiciones dignas.

Baltasar Garzón lo buscó y lo encontró. Pinochet había robado dineros fiscales, había hecho negociados, lo habían coimeado, se había convertido en un delincuente con uniforme lleno de estrellas, además lo tenía escondido, el mismo método utilizado por los piratas. No pudo resistir esos mortíferos ataques de miles de dólares que dejan en el suelo el juramento más sagrado, cuando recuerdan a los caídos en 9 y 10 de julio, allá en la Batalla de La Concepción.

Baltasar Garzón colocó  en el lugar que se merecen los dictadores, les quitó sus miserables razones para atormentar a los indefensos., los que abusan del poder, los que ordenan aplicar la tortura. Pinochet era uno de ellos.

Francisco Franco se llamó.

La guerra civil española dejó miles de muertos; Hubo combates duros donde se defendía cada espacio. Los militares se alzaron en armas para derrocar a un gobierno legítimamente constituido, rompieron a su manera también sus deberes, y vulneraron los derechos de un pueblo entero, al que no le quedó otra alternativa que defender su gobierno, mientras los franquistas eran apoyados por la Alemania nazi y la Italia fascista.

Lo que avala la afirmación que las Fuerzas Armadas se ensañan con los vencidos y que siempre son los más pobres, los más débiles, es que hubieron más muertos luego que Franco anunciara el fin de al guerra. Desde ese día y por mucho tiempo las cunetas se llenaron de muertos, todas las muralla de los cementerios de toda España se convirtieron en un paredón, y hasta hoy están los agujeros dejados por las balas que se llevaban esas vidas, para que la memoria no la olvide, poco importaban en esos años… eran “rojos”.

Saber la verdad, buscar a los muertos, saber donde están los desaparecidos, darle cristiana sepultura, es una tarea que se mantiene por años y años. Todos conocemos los esfuerzos de la Europa y sus países por querer conocer la verdad de lo sucedido en la Ex Yugoslavia.

Organizaciones sostenedoras del glorioso legado del Franco, “Caudillo de España por la gracia de Dios”, y que se paseaba bajo Palio, hace algún tiempo presentaron una querella que fue acogida a trámite judicial, en ella sostienen que Baltasar Garzón pretende hacer un juicio político al franquismo, y que todo aquello es la continuación de la conjura comunista masónica.

Hay una España que no quiere, la derecha no quiere, la iglesia calla y los tribunales quieren que el Juez Baltasar Garzón sea procesado por autorizar se busquen los restos, o lo que de ellos quede, en los lugares donde se encuentran españoles asesinados por el franquismo.

Es conocida la capacidad jurídica del Juez Garzón. No hay duda que tiene de sobra elementos para desmontar una campaña política en su contra. No son los aspectos legales lo que en el fondo de esta causa están siendo los determinantes. Notable es sabe que la historia está de su lado, y una parte importante del mundo le apoya.

Llena de asombro que el actual Poder Judicial español, conociendo absolutamente toda la verdad, todo su pasado, quiera justamente ordenar el olvido, castigar a la memoria para que un sector de la sociedad se sienta justificado y con la razón, de haber matado a más de un millón de hombres, mujeres y niños.

Para los chilenos que trabajaron para difundir la verdad, para que se haga justicia por los delitos cometidos por las Fuerzas Armadas, Baltazar Garzón forma parte de la memoria de los que cayeron…nuestros rojos también.

Por Pablo Varas