OPINION

Carolina Goic se aleja de Alejandro Guillier y le retira el balón de oxígeno a la moribunda Nueva Mayoría

La dinámica de las dos candidaturas de la ex Nueva Mayoría, por  lógica, lleva al conflicto: la candidatura de Carolina Goic, a medida que transcurren  los días, se acentuará la opción por el camino propio; por lo demás, los democratacristianos no disimulan en buscar el voto del centro político – como si existiera – y […]

Por paulwalder

11/05/2017

Publicado en

Columnas

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La dinámica de las dos candidaturas de la ex Nueva Mayoría, por  lógica, lleva al conflicto: la candidatura de Carolina Goic, a medida que transcurren  los días, se acentuará la opción por el camino propio; por lo demás, los democratacristianos no disimulan en buscar el voto del centro político – como si existiera – y se han auto convencido de que le quitarán votos a Sebastián Piñera y los sumarán a la llamada centro-izquierda que, según ellos, sigue siendo su domicilio político, mientras que Alejandro Guillier se mantiene firme en no caer en las provocaciones de la candidata de la Democracia Cristiana.

Carolina Goic comienza con el chantaje de que si no hay lista parlamentaria común la Democracia Cristiana no apoyará a Guillier en la eventual segunda vuelta contra Piñera, y como son bastante hipócritas, se esconden bajo la idea de que la militancia se quedará en su casa – no se atreven a reconocer que están colaborando al triunfo del candidato de la derecha -. Si se ven obligados a ir en lista solos corren en el riesgo de perder la mitad de sus diputados y senadores por la sola aplicación matemática de las cifras repartidoras.

El sistema D´Hont siempre favorece a los partidos mayoritarios y a las listas más poderosas. Cuando en Chile se aplicó este sistema hasta 1973, fueron favorecidos los partidos más poderosos, es decir, los radicales en un comienzo y, posteriormente, los democratacristianos; por lo demás, quienes ocupan los primeros lugares en la listas también salen favorecidos.

La segunda estocada de la candidata DC estuvo marcada por la defensa de las concesiones a empresas privadas en la construcción de hospitales, acusando al gobierno de “ideologismo” por el solo hecho del intento detener la privatización de la salud, como lo hizo el gobierno de Sebastián Piñera – según su lema, la salud y la educación son bienes de consumo, y nada menos que pretende instalar un mall en el nuevo Hospital de El Salvador -, y como el lenguaje de estos conversos democratacristianos pretenden disimular su adicción al neoliberalismo, Carolina Goic explica que su programa de concesiones no tiene nada que ver con el candidato Piñera; ¡tan culposos que son estos socialcristianos que no les agrada el mote de derechistas! No en vano son maritainianos y discípulos del Doctor Angélico para abundar en explicaciones.

La candidata Goic, no contenta con las solas concesiones hospitalarias a privados, cuando Chile aún tiene una buena calificación para solicitar créditos a bajo interés y gastar ese dinero en construcción y dotación de los hospitales públicos, clama al cielo el que con el dinero de todos los chilenos haya que contratar camas en las clínicas privadas, además de prestaciones muy onerosas, a fin de cumplir con los plazos estipulados en el programa GES (AUGE). Creer que es “ideologismo” el cumplimiento del deber del Estado de proveer educación y salud gratuitas para todos los chilenos no es otra cosa que estar embarcados en el neoliberalismo.

La guinda de la torta fue la exigencia al gobierna por parte de la  candidata democratacristiana de que el gobierno con llamar  a consulta al embajador en Venezuela, sino su retiro inmediato de esa sede diplomática, como condenación a lo que la DC llama la “dictadura” de Nicolás Maduro. La gente olvida que el Partido Democratacristiano Venezolano (COPEI) fue parte del reparto del poder y del botín del Estado en los gobiernos del programa “Punto Fijo”, en que se repartían el poder junto con ADECO (la Socialdemocracia), época en que se comieron la riqueza generada por el petróleo. (En Colombia ocurrió algo similar con el Frente Nacional, en que se repartían el poder, período por medio, entre liberales y conservadores).

La concepción de la expresión “partido de centro”, representante de las capas medias, es muy discutible. Norbert Lechner, pensador chileno, inspirado en Max Weber, establece una diferenciación entre dos partidos de  centro, el Radical y la Democracia Cristiana, un binomio que predominó en la política nacional entre 1938-1960:

“El primero correspondería a un partido de patronazgo y está orientado a  conquista del poder al servicio de sus dirigentes, e instalar así sus posiciones en la administración pública. El segundo corresponde a una partido ideológico y está orientado hacia el logro de metas materiales concretas o principios abstractos”.

“En los partidos de patronazgo predominan los intereses particulares o de grupo sobre la búsqueda del cambio social. Predomina, a su vez, la organización partidaria sobre la realización de metas ideológicas, y existe un mayor interés en el recambio de las personalidades dirigentes y en la transformación del sistema”

“En los partidos ideológicos se da un predominio de la ideología sobre las soluciones pragmáticas, y un énfasis en la búsqueda de un nuevo sistema político y el cambio de las normas sociales por sobre la adaptación a la situación social y la búsqueda de gratificaciones inmediatas” (Lechner, 1970:73).

Pasados los años, la Democracia Cristiana ha  devenido también en un partido de patronazgo, correspondiéndole todos los términos que Lechner atribuye al Partido Radical.

El “centro político” sólo puede entenderse en el clivaje izquierda-derecha y, en este caso fluctuaría entre una y otra: ora con la derecha, ora con la izquierda. Así ocurrió con el Partido Radical, que se alió con la izquierda, en el Frente Popular (1938), y con la derecha, en el gobierno Gabriel González Videla, en los años 40; más tarde, los democratacristianos pasaron del mesianismo a la alianza con la derecha durante el gobierno de la Unidad Popular, y luego a la Concertación de Partidos por la Democracia y, por último, se vislumbra que volverán al camino propio, esta vez, con un suicidio a todas luces.

El Período de oro del  centro político

Derecha %

1961  30 %

1965  12 %

1969   20%

Centro %

1961  40 %

1965  50 %

1969   40 %

Izquierda %

1961  25 %

1965   25 %

1969   20 %

1964

Frei  Montalva  57,5%

1970  Polarización

1965

Allende  y Alessandri  71 %

Demócrata cristianos más Radicales        56 %

Derecha    12 %                                                                                                                                              5

 

Izquierda  23 %

1971

Izquierda  38,9 %

Derecha 20 %

58,9 Derecha Izquierda

Centro  Democracia  Cristiana  25,7  %

1973

CODE  54,74 %

UP 43,69   %

 

Número de partidos políticos

1959  29

1961   17

1965    12

1969    8

1973   9

2017  35

Votación de partidos  y candidatos no pertenecientes al duopolio

1993  15.5 % Francisco  Javier Errázuriz

1993    17 %

1999    5%

2005   5,5%

2009    26,6 %

2013     28 ,0 %

Municipales

1962   17

1996    11,4 %

2004    14,4  %

2012  18  %

DIPUTADOS

1993  7,9

1997  13,2

2001   7.8

2005   9.5

2009 12,2

DEMOCRACIA CRISTIANA

DIPUTADOS

2005   20,58 %

2009    14,24%

2013     15,56%

CONCEJALES

2004  21,90%

2008   17,98%

2012   15,51%

2016    11,80%

Zaldívar primarias  1999  28,81%

Claudio Orrego        2013   8.86%

Diputados DC

1989   38

1993   37

1997   38

2001   23

2005   20

2009   19

2013    22

CONCEJALES

2000  85

2004   90

2008    55

2012    56

2016   43

GOIC EN LAS ENCUESTAS

CEP  DICIEMBRE  28 %  POSITIVAS 30% NEGATIVAS  CONOCIMIENTO 48%

Cadem 2 %

Adimark  2 %

Candidatos Presidenciales  DC

1989 Patricio Aylwin  55,17%

1993   Eduardo FREI   57,98%

2009    Eduardo Frei    29.60%

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

10/05/2017

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