OPINION

Combatir a la ultraderecha de Marine Le Pen avanzando, no retrocediendo

La ultraderecha francesa  tiene una larga historia: desde el antisemitismo, cuyo gran maestro de ese pensamiento era el escritor católico, Eduard Drumont, autor de La Francia judía, hasta el Frente Nacional, de la familia Le Pen, la ultraderecha, en muchas ocasiones, ha intentado apropiarse del poder

Por paulwalder

26/04/2017

Publicado en

Columnas

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La ultraderecha francesa  tiene una larga historia: desde el antisemitismo, cuyo gran maestro de ese pensamiento era el escritor católico, Eduard Drumont, autor de La Francia judía, hasta el Frente Nacional, de la familia Le Pen, la ultraderecha, en muchas ocasiones, ha intentado apropiarse del poder. En affaire Dreyfus, en que se enviaba a Cayena al oficial judío Alfred Dreyfus, por el solo hecho de ser un alto oficial alsaciano, de origen judío. Para los conservadores reaccionarios se trataba de limpiar al ejército y, sobre todo, al alto mando, de la influencia semita. Dreyfus fue acusado falsamente de espionaje, y cuando se le descubrió su inocencia, los tribunales militares continuaron con la acusación. El affaire Dreyfus marcó    la división entre los partidarios de la inocencia de este militar judío-alsaciano, cuyo más notable defensor fue Emile Zola, quien publicó, en el diario La Aurora el famoso Yo acuso, y Marcel Proust, en su obra En busca del tiempo perdido, retrata las disputas entre los dos bandos.

 

En 1933 se descubre una serie de escándalos económicos, protagonizados por los ministros y parlamentarios radicales y dentro de ellos el más famoso fue el asunto  Stavisky, un fraude a gran escala sobre los Bonos del Banco de Borgoña: el protagonista del desfalco era  el judío Alexandre Stavisky, llamado “el bello Sacha”, muy bien relacionado con los ministros y parlamentarios de la III República, a quienes la derecha monárquica acusaba de recibir prebendas, provenientes del desfalco de los Bonos del Banco mencionado. Stavisky fue encontrado muerto en Chamonix, en los Alpes franceses. Según la policía, se había suicidado, pero la opinión pública creía que había sido asesinado por la policía, a fin de que no delatara a los políticos.

 

Sobre la base de estos escándalos y delitos en la mezcla de dineros y política, las distintas ligas de la derecha, entre ellas la Acción Francesa, Los Camelots de Roi, Los Cruces de Fuego – ex combatientes, dirigidos por el coronel Francois De La  Roque – se manifestaron frente a la Asamblea nacional, el día 6 de  febrero de 1936. Si no hubiera sido por la contraorden del coronel De La Roque, jefe de Los Cruces de Fuego, la fracción más poderosa, la ultraderecha antiparlamentaria se hubiera tomado la Asamblea.

 

En 1936 asistimos a un paso hacia adelante del frente antifascista: se unieron socialistas, radicales y comunistas para formar el Frente Popular y, de esta manera, responder ante el avance de las ligas de ultraderecha, llevando al gobierno a León Brun, líder del Partido Socialista, y no sólo ilegalizaron a Liga fascista,  sino que también iniciaron la ocupación de las fábricas, obligando a los patrones proporcionar una serie de beneficios sociales en favor de los trabajadores. El Frente Popular acordó las vacaciones pagadas, que permitió a los trabajadores acceder, por primera vez, al mar y a la montaña. Las huelgas eran imparables, forzando a Maurice Thorez, jefe del Partido Comunista, a lanzar en su encendido discurso “es necesario parar la huelga”.

 

La venganza de este avance social de la izquierda fue la colaboración, por parte del  mariscal Pétain, y la creación de la “república de Vichy”, al servicio de la ultraderecha y el fascismo-nazismo, con el dominio de Pierre Laval, las milicias fascistas de Joseph Darnane, del Partido Popular del ex comunista Jacques Doriot. La historia ha sido muy falsificada: gran parte de los franceses apoyaron al mariscal Pétain y colaboraron con los alemanes.

 

Después de la libración de Paris, la ultraderecha francesa se eclipsó y, prácticamente desapareció de la escena política, para reaparecer en las guerras coloniales, principalmente en Indochina y, posteriormente,  en Argelia, abogando por la Argelia francesa y la mantención del colonialismo.

 

El Frente Nacional fue fundado por Jean Marie Le Pen, en 1972, quien continuó siendo su líder histórico hasta su expulsión por parte de su hija, Marine Le Pen. Le Pen llamaba  la atención, especialmente, por la negación de los crímenes cometidos por los nazis, así como una marcada xenofobia, sobre todo, contra los inmigrantes.

 

Como se puede comprobar por los cuadros que muestran los escrutinios del partido Frente Nacional, de un grupúsculo de ultraderecha  ha llegado a convertirse en un poderoso partido de masas que penetra, incluso, en sectores que antes pertenecían a la izquierda francesa.

 

El año 2002 Jean Marie Le Pen llegó segundo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, con el 16,7% de los votos, frente a Jacques Chirac, quien obtuvo 19,6%. Le Pen fue capaz de desplazar al socialista Leonel Jospin. Para segunda vuelta se formó un frente republicano que logró para el candidato gaullista, Jacques Chirac, el 82,11%, y 25.540.000 votos, contra el 17,7% y 5.525.000 votos de Le Pen. A pesar de este poderoso frente republicano, no se aprovechó para  dar pasos progresistas y hacia adelante para poner fin a la derecha fascista; por el contrario, los gaullistas lograron, en julio de ese año, conformar una mayoría parlamentaria, desaprovechada por el gobierno de Chirac – personaje que hoy ha terminado en manos de  la justicia por malversación de fondos fiscales cuando era alcalde de la ciudad de París.

 

Los cuadros estadísticos demuestran que el partido Frente Nacional, lejos de desaparecer, aumentó su votación, haciendo estéril el esfuerzo del Frente Republicano, que sólo sirvió como un instrumento para evitar que el fascista Le Pen se hiciera al poder.

 

Hoy estamos inmersos en una nueva coyuntura, que hace necesario una unión republicana, que no sirva para resucitar los antiguos megaterios de la derecha, como del corrupto Francois Fillon – un lobo vestido de oveja y un cristiano muy amante del dinero – que hoy está en manos de la justicia por malversación de fondos públicos, al pagar asesorías parlamentarias a su esposa e hijo y de haber recibido trajes de más de 50.000 euros de parte de un amigo, muy “generoso” por cierto.

 

No se trata de pretender resucitar al Partido Socialista, hoy hundido en la corrupción e incapacidad para gobernar. En cierto grado, al triunfador de las primarias del 23 de abril, Emmanuel Macron, se le ve como el hijo de Francois Hollande, actual  Presidente, muy incapaz, pero dotado de un maquiavelismo en el manejo de la maquinación política, que deja chico a César Borja, y sólo le falta el veneno y la audacia del personaje renacentista.

 

No se trata de sólo de detener la posibilidad de triunfo de Marine Le Pen, sino y sobre todo avanzar con un frente república, capaz de eliminar la xenofobia y poner fin a una Europa que, desgraciadamente, está raptada por el Banco de Europa, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Con la democracia dominada por los bancos no se triunfa contra el fascismo, y lo único que se hace es darle más tiempo para reunir fuerzas y seguir creciendo.

 

El problema presente es que Macron no es capaz de atraer a un importante sector de franceses, descontentos con la V República y que exigen una refundación por medio de una Asamblea Constituyente y, en cuanto a Europa, pretenden liberarla de su captura por parte de los bancos. Quien podría haber encarnado este frente republicano, capaz de avanzar, como lo hiciera en el pasado el Frente Popular, era la izquierda, con Jean-Luc Mélenchon. Desgraciadamente, esta oportunidad, por ahora, se perdió.

 

Hay que aprovechar estos 15 días para construir un frente republicano que, verdaderamente y de una vez por todas, le haga frente al racismo.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

25/04/2017

 

 

 

Año Candidato     Segunda Vuelta  
1974 J.M  LE PEN 190.921 0.8    
1988 JM LE PEN 4.376.742 14,4    
1995 JM LE PEN 4.570.838 15,0    
2002 JM LE PEN 4.804.713 16,9 5.525.032 17.8
2007 JM Le PEN 3.834,426 10,9    
2012 Marine Le Pen 6,421.428 17,9    
2017 Marine Le pen 7,679.493 21,1    

 

Asamblea Nacional

Año Primera  Vuelta Primera Vuelta Segunda  Vuelta bis Escaños
1973 108.616 0,5      
1978 82.743 0,3      
1981 44,414 0,2      
1986 2,699.307 9,8      
1988 2,353,466 9,8      
1993 3,155,702 12,7 1,688.143 5,8 0
1997 3.791.063 14,9 1,435,186 5,7 1
2002 2,873,390 11,1 393.205 1,9 0
2007 1,116,136 13,6 17.107 0.1 0
2012 3,528,373 13,6 842,684 3,8 2

 

Consejos Regionales

Año 1 v 1v 2 v 2 v Escaños
1998 3.270 118 15,3     275
2004 3,564.064 14,7 3,200,194 12,04 156
2010 2,223.800 11,4 1 943.307 9.2 118
2015 6,018,914 27,7 6,820.477 27,1 358

 

Parlamento Europeo

Año Votos %  
2004 1,684,782 9,8  
2009 1,091.681 6,3  
2014 4.742.461 24,8  
 2015  Regionales  27,7 % 6 ,820 ,000
2017 Marine Le Pen 7 ,679 ,000   21,1 % Primera Vuelta
2012 Marine le Pen 6 ,421 ,000    17,9 %

 

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