OPINION POLITICA

El complejo diferendo Chileno-boliviano

En los más breves términos posibles, es necesario que la Opinión Pública de Chile, Perú y Bolivia, y no menos sus propios Gobernantes, logren tener una visión imparcial y objetiva del Conflicto que por desgracia, hoy nos enfrenta ante el Tribunal de La Haya

Por paulwalder

26/03/2018

Publicado en

Columnas

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En los más breves términos posibles, es necesario que la Opinión Pública de Chile, Perú y Bolivia, y no menos sus propios Gobernantes, logren tener una visión imparcial y objetiva del Conflicto que por desgracia, hoy nos enfrenta ante el Tribunal de La Haya.

Debo comenzar por el esclarecimiento de la propia relación histórica de los hechos que, a ojos vista, no es conocida ni enfocada por los tres Gobiernos involucrados, con la debida objetividad.

Tal vez la prueba más actual y elocuente de esa afirmación es que un Ministro de origen japonés   -según se informa-  habría solicitado que se le aclarara “qué significa esa salida soberana al mar”. Y baste consignar que según la propia historia o desarrollo de este diferendo internacional, cuando se celebró el “Acuerdo, Acta o Abrazo de Charaña”, el 8 de febrero de 1975  (Augusto Pinochet y Hugo Banzer), se dejó claramente establecido que se elaboraría “el diseño de una propuesta para “solucionar”  la mediterraneidad de Bolivia, originada tras la derrota de dicho País, en la Guerra del Pacífico y la posterior firma del Tratado de Paz y Amistad de 1904”.

Chile, “propuso a cambio de un canje territorial, la cesión de una franja de terreno a lo largo de su frontera septentrional con Perú, entre el Océano Pacífico y la frontera con Bolivia”. Pero nuestro Hermano País no aceptó cesión territorial, vista la circunstancia que con la guerra había ya perdido alrededor de 120.000 km 2, en favor de Chile.  Territorio en el cual además se contenían   -como ha recordado Daniel Salamanca-   grandes riquezas como el cobre o el litio.

Sin embargo, ellos sí aceptaban compensar con la entrega de aguas y/o gas a Chile. Circunstancia que ya se había evidenciado en las conversaciones que hubo a inicios del Gobierno de Allende, quien me encomendara redactar una Propuesta en la que justamente formulé esta Solución. Junto con proponer que se creara una zona en Arica con Soberanía compartida  entre Perú, Bolivia y Chile que constituiría un gran Centro de Comercio Latinoamericano, parecido al de Ginebra en Europa. Evidentemente, con claros y grandes beneficios para estos tres países Hermanos.

Lamentablemente, aquella propuesta tampoco cristalizó, porque en breves días se produjo un Golpe de Estado en Bolivia que derrocó al General Juan José Torres. Pese a que yo insistí ante el Ministro Almeyda en que viajáramos a la brevedad porque preví ese golpe, como lo expresé enfáticamente en una de las reuniones. Y, según explico en mi reciente libro: “¿Por qué, mar para Bolivia?”. Obra en la cual jamás me pronuncio pero sí doy testimonio incontestable de hechos histórico-políticos que hasta hoy se han ignorado. No

 

sólo por los Gobernantes o políticos, sino también por la prensa nacional. ¿No quieren que se sepa la verdad? ¿Será por eso que debió pedir asilo en Bolivia  un chileno de la Serena   -Alfonso  Ossandón-,  por  haber repartido el “Libro del Mar” de Bolivia en el Colegio Municipal Carlos Condell.  El motivo de la petición de asilo estriba en que el ex-asesor comunicacional manifestó que fue perseguido por Carabineros, quienes “me siguieron y se metieron a mi teléfono, acusándome de estar realizando una plataforma comunicacional a favor de Bolivia. Casi como un espía”.

Según puede confirmarse, “entre 1947 y 1950 hubo conversaciones entre Bolivia y Chile, para iniciar negociaciones con el fin de otorgar una salida   -soberana-  al mar para Bolivia”. Es decir, hace alrededor de 100 años. Y “posteriormente se sumaron Conflictos Fronterizos, como la disputa del uso de las aguas del río Lauca, que llevó a Gobierno de Víctor Paz Estenssoro, a romper relaciones diplomáticas entre ambos países, en Abril de 1962”.

Por otra parte, si bien se guarda silencio por el Gobierno y la prensa acerca de este bochornoso episodio con el ex-asesor comunicacional del colegio citado, Sr. Ossandón, sin embargo se divulga todo cuanto favorece la opinión hasta ahora “oficial”. Y, entre éstos, un artículo “muy documentado” difundido por M. Schweitzer, en el cual se consignan numerosas obligaciones que Chile ha cumplido frente a Bolivia. Enunciando entre otros,  los millonarios gastos en que hemos incurrido. Enfatizando según él lo que Chile, “ha perdido”, en circunstancias que normalmente en las guerras, los que pagan sólo son los vencidos. Un planteamiento muy similar al que ha hecho el Canciller chileno, ante la prensa internacional. Pero ambos, según puede desprenderse de lo expuesto que con mayores antecedentes fundamento en mi libro “¿Por qué, mar para Bolivia?”, omiten pronunciarse o analizar más a fondo el problema fundamental que hoy enfrentamos. Es más, lamentablemente, y en esto parodiando algunas expresiones del Presidente Morales que no han sido afortunadas, jamás se ha hecho alusión a nuestros tradicionales vínculos de amistad verdadera con Bolivia. País que a lo menos en dos ocasiones y ante sus problemas con Perú, solicitó que Chile actuara como árbitro… Y ésta es una prueba incontestable de los verdaderos vínculos que existen entre nuestros pueblos. Sin poder ignorarse que en esa región nortina de Chile, mora un alto número de quechuas y aymaráes, ni tampoco, que bajo el imperio Inca, éstos llegaron hasta el río Maule en el Centro de Chile. Y por eso, cualquier análisis que sea verdaderamente completo y confiable no puede ni debe excluir las consideraciones antropológico-culturales que nos unen históricamente con Bolivia y Perú. Las que igualmente profundizo en la obra mencionada. La cual tampoco ha sido debidamente divulgada por la prensa nacional. Pero que sin embargo, procura ir al fondo mismo de la Cuestión: ¿acaso la solución real y definitiva, de carácter fraterno y pragmático que debemos encontrar, no

 

 

beneficiaría radicalmente el proceso de Integración Latinoamericana? ¿acaso ignoramos, aún después de tantos años que cada uno de nuestros pueblos latinoamericanos, estamos siendo víctimas de un creciente vasallaje, en manos de las multinacionales que siguen apoderándose de nuestros Recursos Naturales, que son INHERENTES a nuestra Soberanía Nacional? ¿o acaso olvidamos también que el cobre   -sueldo de Chile-  cuando retornaron los “demócratas” en 1989 ya el 30% estaba en manos extranjeras y hoy, en democracia, ese porcentaje se ha elevado sobre el 70%?.

¿O acaso tendrían razón un Octavio Paz o un Joaquín Edwards Bello?: que nuestras Independencias (o Soberanías) de España y Portugal habrían sido prematuras? Justificándose además la célebre advertencia de José Manuel Balmaceda: terminaríamos siendo meras “factorías extranjeras”. O Arturo Illía en Argentina. ¿Y ya no lo somos, mientras los testaferros, mercaderes o vendepatrias “prosperan” y están libres? Pese al art. 22 de nuestra Carta Fundamental y tantas otras normas legales que “nos protegerían” o sancionan la “traición a la Patria”…

Al concluir, siento el deber político y moral, como chileno auténtico, de encarecer al Gobierno de Chile y sus políticos más representativos, que no giren sus discursos en torno a hechos menores y superficiales, sino que vayan al fondo del problema, entendiendo que sin la Integración de nuestras Naciones   -conservando cada cual su Soberanía, ciertamente-  nosotros individualmente no somos nadie  -como la historia lo confirma-,   ante esos grandes Poderes económicos y políticos extranjeros. Para que no pueda afirmarse como los estudiantes en París el año 68, que:

“Cuando el dedo muestra la luna, el imbécil mira el dedo”.

 

 

Mario Osses Quirós

Abogado y cientista polìtico

 

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