Está cara la mano de obra…

Ya sé que tocar este tema un Primero de Mayo es casi un sacrilegio

Por Director

01/05/2010

Publicado en

Columnas

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Ya sé que tocar este tema un Primero de Mayo es casi un sacrilegio. Justo en el momento en que el gobierno debe conducir negociaciones para determinar el monto del salario mínimo y los currantes están como el gato mirando para la carnicería. Pero qué quieres que te diga, servidor es un pelín rompecojones, no respeta íconos sagrados y se caga en la diferencia. El FMI, como siempre, se queja de los costes salariales y tengo que convenir en que la mano de obra está cara, muy cara, para no hablar de los costes de los despidos. ¡Joer!

En los EEUU el aumento de las remuneraciones da escalofríos. Yo mismo, que pensaba invertir parte de mis ahorros en el paraíso del capitalismo, me lo estoy repensando. Entre 1936 y 1939, en plena Gran Depresión,  el salario medio de los 150 ejecutivos mejor pagados de las 50 principales empresas yanquis representaba 82 veces el salario medio. Para que te quede claro en pesos chilenos, si los currantes ganaban 200 lucas al mes, el boludo que usaba el látigo para hacerlos trabajar cobraba 16 millones 400 mil. ¿De acuerdo? Entre 1960 y 1969 esa proporción cayó a 39 y los ejecutivos lloraban lágrimas negras. Pero después de la elección del Ronald Reagan de los cojones y del sagrado advenimiento del neoliberalismo y la globalización la cosa se arregló para los negreros. En la década de los noventa los ejecutivos ganaban 187 veces lo que un atorrante. Del año 2000 en adelante, o sea durante las crisis a repetición, la proporción subió a 367 veces. Calculillo simple: si el salario mediano se establece en torno a las 300 luquitas, eso quiere decir que un explotador estándar cobra más de ciento diez millones de pesos mensuales. O 220 mil dólares mensuales si hablamos en moneda del imperio. ¿Te queda claro? La mano de obra está cara. Está cara la mano de obra. El FMI tiene razón.

Y no solo en los EEUU, sino también en Europa. Los patrones de las empresas cotizadas en la Bolsa de Bruselas por ejemplo. Carlos Brito, -patriota que dirige AB Inbev-, cobra más de siete millones de Euros al año, o sea unos 410 millones de pesos chilenos al mes. Albert Frère y Roch Doliveux se conforman con 235 millones de pesos mensuales. Gérard Mestrallet, que dirige GDF-Suez, se avergüenza de cobrar solo $ 195 millones al mes, el pobre.

En Francia, Frank Riboud, patrón de los yogurts DANONE, cobra casi cinco millones de Euros al año lo que le hace una modesta mensualidad de 295 millones de pesos. Bernard Arnault, que se sacrifica en los productos de lujo, cobra 235 millones al mes. Jean-Paul Agon, de L’Oréal, palpa otro tanto, “porque él lo vale”. François Pinault es un ejecutivo que parece que hizo huelga porque en el año 2009 le aumentaron el sueldo en un 155%.

Pero estos pijoteros asalariados son la última lenteja del paquete. Como te decía la mano de obra es más cara en los EEUU. De menor a mayor te cuento lo que ganó la mano de obra especializada norteamericana en el año 2009, atento el personal:

Yo estaba acojonao, -haciendo calculitos sobre la gigantesca productividad de estos Stakhanovs modernos-, cuando me llegó una nota precisando que Carol Bartz, ejecutiva de Yahoo, cobró 47,22 millones de dólares el año pasado, o sea un promedio de mil novecientos setenta millones de pesos al mes, se ve que la discriminación de la mujer está desapareciendo.

Y eso que la crisis ha castigado el precio del trabajo, que ha disminuido en los últimos años. En el año 2007 el ejecutivo mejor pagado de los EEUU era John Thain, que calentaba un silloncito en el banco Merrill Lynch y recibía por ello el módico salario de 83 millones de dólares al año, o sea una remuneración anual equivalente a 23 mil 55 años de salario mínimo chileno. Como sabes John Thain hizo quebrar a Merrill Lynch, que fue comprado a precio de huevo por el Bank of America.

Y no cuento las briscas y los monos: los paraguas de oro (golden parachutes), las jubilaciones por cuenta de la casa y las indemnizaciones de despido. El año 2001 un patriota llamado Dick Grasso, presidente de la Bolsa de New York, por hacerla caer de manera vertiginosa y perder billones de dólares de valor bursátil, recibió un bono equivalente a 77 mil años de salario mínimo chileno, y una indemnización de despido de 48 millones de dólares.

Por eso te decía que está cara la mano de obra. La mano de obra está cara.

Por Luis Casado

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