Columna:

José Piñera, el padre del “Bebé de Rosemarie”

Recuerdo una película de error en que los padres de una guagua que nació marcada con el número “666”, la protegían,  con especial esmero, ignorando que era el anticristo hasta que un día se manifestó como tal

Por Arturo Ledezma

09/11/2014

Publicado en

Columnas

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Jose Piñera y Felipe Larrain

Recuerdo una película de error en que los padres de una guagua que nació marcada con el número “666”, la protegían,  con especial esmero, ignorando que era el anticristo hasta que un día se manifestó como tal. José Piñera se puede comparar como el padre de un engendro peor que el anticristo de la película, las famosas AFPs. Estas compañías del anticristo son dueñas, prácticamente, de todas las acciones que se transan en la Bolsa chilena e instalan a sus pequeños y grandes demonios de la Concertación y de la Alianza en los directorios de las distintas compañías que se transan en el IPSA. Con el correr del tiempo, estas temibles instituciones se han convertido en las dueñas del país.

José Piñera es un fanático del neoliberalismo – como tantos que existen hoy en el mundo- que no es una doctrina económica, mucho menos política, sino una religión en defensa de los adinerados y, en consecuencia,  pro la  aniquilación de quienes ellos llaman “perdedores del mercado”, que es más poderoso y destructor que el “becerro de oro” de la Biblia y del dios mamón. Este personaje expresa, a la perfección, la mentalidad de los millonarios, verdaderos propietarios de este país, cuyo alfa y omega es la rentabilidad, es decir, multiplicar geométricamente su capital en detrimento del 80% de los chilenos.

Al ser interrogado si invertiría  su dinero en la AFP estatal responde, como buen discípulo fanático de Hayek, que jamás lo haría, pues el Estado es culpable del Transantiago y de los errores del  censo de 2012. Según José Piñera, las AFPs han salvado a Chile de la ruina económica – al parecer, la única persona que ha ganado UF más un 8%  de rentabilidad en las AFPs , en este país, es José Piñera -. Las reformas que propone al sistema de pensiones son las típicas que  emplean los especuladores financieros: si una persona ha logrado acumular suficiente dinero para su jubilación, debería suspender su aporte a su AFP y, luego, administrar sus ahorros según su voluntad, pues se supone que conoce mejor el mercado financiero que los asesores económicos de las AFPs.

En la historia, los ricos siempre han tenido mayor conciencia de clase que los más desposeídos, y saben defender, con uñas y dientes, la riqueza, que es lo único que les da sentido a su vida, razón por la cual, mucho antes que las mutuales obreras, ellos formaron su propio sindicato de la SOFOFA, como también los clubes donde se desarrolla su sociabilidad, a fin de cerrar el círculo  – antes en el Club de la Unión, hoy en Casa Piedra -.

El “apostolado” de las AFPs, cuyo sumo sacerdote es José Piñera, afortunadamente no tenido el éxito que él esperaba: el gobierno de George Bush, a pesar de ser en extremo reaccionario y neoliberal, nunca adoptó el sistema de capitalización individual; algunos países de gobiernos de derecha, de América Latina, adoptaron parcialmente las AFPs, pero manteniendo el sistema mixto – capitalización individual y solidario – otro país, más preocupado por la mayoría de los ciudadanos sobre la minoría de ricos, eliminó, de cuajo, la capitalización individual y restableció uno solidario.

Chile es el único caso en todo el mundo en que se aplica rígidamente la capitalización individual y, aun cuando todos sabemos que es un pulpo, peor que el anticristo, se mantiene con el apoyo del Estado, que cual pobre prostituta, es explotada por los cabrones de las grandes empresas privadas que, por medio de este sistema, obliga a los “esclavos asalariados a cotizar por el 10% mensual de su sueldo. Antes de la pensión básica solidaria, establecida durante el gobierno de Michelle Bachelet, la persona quedaba en la más completa indefensión y miseria.

Se calcula que una persona que haya ahorrado un promedio de 70 millones de pesos, en una vida laboral de 30 años, sin ningún bache, tendrá apenas una pensión e 400 mil pesos, incluso, aquella persona que ahorra el máximo posible de la cotización llegará a una pensión de un millón de pesos – la que alcanza a ahorrar, durante esos mismos años, 9 millones de pesos, a razón de 100 mil pesos mensuales de salario, su pensión durará tres años, si logra sobrevivir con 100 mil pesos -.

La Concertación nunca tuvo voluntad para reformar el sistema de las AFPs., incluso, algunos de sus dirigentes fueron invitados a integrar sus directorios, entre ellos, José Antonio Viera-Gallo y Ximena Rincón.

Rafael Luis Gumucio Rivas

7 11 2014                

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