Julio Oliva: «Que se acabe el negocio de las AFP»

Por estos días el parlamento discute el cuarto retiro de nuestros ahorros de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Lo cierto, es que éstas no se crearon para que fueran un fondo de pensiones que permitiera que los jubilados pudieran vivir dignamente los últimos años de su vida. Las AFP fueron creadas por José Piñera, hermano del actual Presidente de la República, para salvar a la banca privada que en ese momento estaba en quiebra.

La banca privada accedió a dineros frescos, que fueron entregados obligatoriamente por las trabajadoras y trabajadores de ese tiempo, cuando se les cambia a este nuevo sistema supuestamente de pensiones, incluso bajo amenazas de ser despedidos a quienes no se quisieran cambiar. Así se les entregan estos dineros para que pudieran salvarse de la quiebra y volver a hacer negocios.

Esos mismos dineros se utilizan en los préstamos que se le dan a las personas, con altos intereses por cobrar, o sea, la plata que uno pone para su jubilación es usada por los bancos para darnos créditos devuelta y así sacar unas ganancias increíbles, tal como hemos visto en los balances anuales de las instituciones privadas.

Hoy vemos discutir a los que están a favor y en contra del cuarto retiro sólo porque están obligados por el escenario electoral, finalmente gran parte de los parlamentarios no quieren tocar los fondos de las AFP porque incluso muchos de sus camaradas de partidos han sido parte  de los directorios. Eso pasa con la Democracia Cristiana (DC), vimos que la senadora Goic se opone al cuarto retiro, porque la DC ha sido parte de este negocio por muchos años. Así como otros partidos de lo que fue la Concertación y para qué hablar de los de la derecha, son todos socios de un mismo negocio.

Por eso no les interesa terminar con este sistema vergonzoso de la administración de fondo de pensiones, porque también han sido cómplices en este robo a los trabajadores. Lo importante entonces, más allá que hoy la gente necesita su cuarto retiro porque muchos no han recibido los bonos del gobierno, es plantearse un modelo distinto de pensiones.

Es necesario dejar establecido en la nueva Constitución la recuperación del derecho a una jubilación digna, construir un sistema que asegure primero la responsabilidad del Estado para que todas y todos queden protegidos en su derecho a una buena vejez, a una jubilación que les alcance para vivir y no sólo para los remedios, como es hasta ahora.

Ese es nuestro apoyo a la Convención Constitucional, en el rescate de este derecho en específico, y también será nuestro apoyo desde el parlamento para que las próximas leyes, a propósito de las pensiones, aseguren esto con un sistema tripartito y solidario. Un sistema donde el Estado esté obligado a resguardar este derecho, donde los empresarios, los patrones, estén obligados a ser quienes más coticen y donde los trabajadores tengan asegurada una pensión digna. Cuando los dineros destinados a las jubilaciones dejen de ser parte del negociado de unos pocos, será el tiempo en que todas y todos podrán recibir una pensión justa y digna.

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