La Caravana Migrante: nueva crisis humanitaria

La migración ilegal, un fenómeno que ha evolucionado de ser una búsqueda de oportunidades a una crisis humanitaria, vuelve a poner a México en el epicentro de una problemática que afecta a miles de personas anualmente. En esta ocasión, una caravana migrante, compuesta por alrededor de 17 mil centroamericanos, ha iniciado su travesía el 24 de diciembre con el sueño de llegar a Estados Unidos.

Este fenómeno no solo pone a prueba la capacidad de respuesta de los gobiernos involucrados, sino que también destaca las deficiencias en la atención integral a la migración.

Durante la administración de López Obrador se han implementado intentos significativos para abordar de manera integral el fenómeno migratorio. A pesar de los recursos humanos y materiales destinados, así como las estrategias de apoyo a los migrantes, muchos de ellos siguen siendo víctimas de la delincuencia organizada y grupos criminales. Además, se enfrentan a situaciones de discriminación, racismo y marginación en su tránsito por México.

El gobierno de López Obrador propuso políticas públicas a Estados Unidos y a varios gobiernos centroamericanos para abordar las causas fundamentales de la migración. Programas como «Sembrando Vida» buscan mejorar el bienestar de las zonas de expulsión de migrantes, pero la falta de recursos y apoyo suficiente por parte de las diversas administraciones estadunidenses, primero de Donald Trump y después de Joe Biden, ha obstaculizado el progreso de estas iniciativas en los países expulsores de migrantes.

La proximidad de las elecciones en Estados Unidos complica aún más la situación para los migrantes. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha implementado políticas migratorias de perfil criminal, como la colocación de boyas en el Río Bravo, y ha promulgado una nueva ley que criminaliza la migración ilegal, imponiendo penas incluso a aquellos que brindan ayuda a migrantes indocumentados. En este contexto, la retórica antiinmigrante de Donald Trump agrega un elemento adicional a una situación ya compleja.

Es evidente que se necesita una solución integral para abordar el fenómeno migratorio. Esto implica no solo atender las consecuencias, sino también las causas fundamentales que lo provocan. Garantizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes, especialmente de mujeres y niños, debe ser una prioridad indiscutible. Los esfuerzos a nivel nacional e internacional deben converger en estrategias que aborden la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en los países de origen, sentando las bases para un cambio real.

Es crucial que Estados Unidos asuma su responsabilidad en esta crisis, no solo en términos de asistencia económica, sino también mediante la colaboración efectiva en la implementación de políticas que aborden las raíces del problema. La retórica hostil y las medidas punitivas solo perpetúan un ciclo de sufrimiento humano.

La nueva caravana migrante es un llamado urgente a la acción. La comunidad internacional, en colaboración con los gobiernos involucrados, debe trabajar hacia soluciones que aborden la migración de manera integral, reconociendo la dignidad y los derechos fundamentales de cada individuo. Solo a través de un enfoque colectivo y compasivo se podrá avanzar hacia un futuro donde la migración no sea una lucha desesperada, sino una elección informada y respetuosa de los derechos humanos. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

Mole de Cadera. ¡Feliz Navidad! A todas las mujeres y los hombres de buena voluntad

Por: Onel Ortíz Fragoso

@onelortiz

Foto: Archivo El Ciudadano

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