Opinión

La elección del PAN con claroscuros

El panista, y especialmente el dirigente de Acción Nacional, deberá poseer alma de cristal, corazón de oro y fortaleza de hierro. Abel Vicencio Tovar

Por El Ciudadano México

10/11/2021

Publicado en

Columnas / México / Puebla

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Por Rafael Micalco

Estamos a escasos días de celebrar la jornada de votación interna para definir la próxima dirigencia del PAN en Puebla que conducirá el proceso del 2024, mismo que en otra entrega he profundizado sobre su importancia y relevancia.

Solemos decir que las elecciones internas son “fiestas democráticas” y esto lo afirmamos porque antecede el pleno conocimiento y el pleno ejercicio de la democracia hacia dentro del Partido. Podemos destacar que la falta de una certeza sobre el resultado, es parte de la democracia, hoy nadie puede decir que ha ganado la contienda puesto que “la moneda está en el aire”. Ambos equipos abordaron a la militancia de diferentes formas, lamentablemente hay distraídos que cayeron en la descalificación y prácticas no tan democráticamente sanas, pero también conozco amigos panistas valiosos, de ambos equipos, que han emprendido esta contienda con un trabajo de concientización y convencimiento. Respeto su libre decisión y sé que después de la elección, gane quién gane, seguiremos compartiendo esta gran historia de Acción Nacional.

También, podemos distinguir que la votación es abierta a la militancia, esto es un valor que debemos subrayar porque la democracia directa involucra y compromete a cada uno de los miembros, además que la participación de la militancia es el escalón más amplio del Partido. El derecho al voto del militante debe ser la constante en las decisiones partidistas y en caso de no recurrir a él, deben existir mecanismos de diálogo para confirmarnos en nuestro ideal político. Cabe destacar que desde hace quince años no se daba una contienda entre dos o más equipos. De aquel momento al día de hoy, el PAN ha pasado por muchas circunstancias difíciles en su vida interna: excesos, fuga de talentos, golpes bajos, situaciones que hoy nos presentan un panorama más complejo.

Este proceso es tan complicado que me ha tocado ver desde lealtades a prueba de todo, hasta deslealtades inexplicables, gratitudes e ingratitudes como no había visto en años. Entiendo que a veces la democracia tiene sus claroscuros pero ante todo, debemos comprender que la lealtad y gratitud deben ser para con la institución antes que con una persona. No perdamos la brújula, mantengámonos en los cauces institucionales y democráticos.

En esta contienda hay competencia, estamos en un proceso donde se escuchan diferentes voces que comparten discursos, propuestas y proyectos diferentes, el valor más importante de la democracia es el fin último de cohesionarnos como país, como estado y como partido. ¡Democracia sí, división no! Es por ello que debemos estar atentos y no caer en posturas antagónicas porque partimos de la misma plataforma ideológica, debemos evitar rivalidades ajenas ya que en ocasiones quienes lideran los diferentes equipos tienen conflictos que incluso rayan en temas ajenos a la vida partidista y con razón o no, adoptan posturas radicalmente opuestas. 

Pero cuidado, eso llega a suceder en los niveles de liderazgos y no en la militancia “de a pie”,  esa militancia que se ha mantenido generosa elección tras elección, que ha puesto su prestigio, su patrimonio, tranquilidad y años de trabajo e incluso, su integridad personal por defender los proyectos, esa militancia que por amor a la camiseta mantiene en alto el nombre de Acción Nacional en sus comunidades y que gracias a ello es considerado el mejor partido de oposición: firme, responsable y congruente. Por este gran Partido, mujeres y hombres han dado su vida, lo que no podemos dejar de lado cuando hablamos de lo grande que es el PAN.

Tengamos presente que los conflictos de los liderazgos, no son los de la militancia y que de ninguna manera podemos transferirnos esas rivalidades, se dice en política: “no sudemos calenturas ajenas”. Si después de la contienda tanto los que ganen como los que pierdan no trabajan por la unidad, entonces no han comprendido nada de lo que es nuestro instituto político.

Huyamos de confrontaciones estériles, discusiones que no nos llevan a ninguna construcción de algo en común, porque el diálogo y el debate deben servir para buscar el consenso. Por eso lamento que no se organizara el debate, por eso hice un llamado respetuoso a las planillas contendientes para que aceptaran la invitación de algunos medios de comunicación que ofrecieron sus espacios, no hubo voluntad, y eso también me motiva a escribir estas líneas. 

Repito, no caigamos en la tentación de comprar como propios conflictos ajenos, estamos en el mismo barco y se aproxima la tormenta.

Terminada la elección debemos reconocernos como miembros de un mismo partido, sumar nuestros talentos que sin duda son muchos y caminar juntos hacia el gran compromiso con la historia del país en el 2024. Lo que viene nos requiere unidos, y en la que estamos, es solo una parte de la Brega de Eternidad de la que nos hablaba nuestro fundador Gómez Morín.

Y aquí tiene una labor muy importante la Comisión Electoral, el árbitro de la contienda y hago votos para que esté a la altura de las circunstancias, que la experiencia que tienen los miembros que la integran sea para bien y no para mal. 

El PAN requiere hacer las cosas diferentes, ya el Partido no da para ser dirigido por un solo equipo, en nuestro instituto político debemos cohabitar todos en función del proyecto de nación para el 2024. Debemos aprender a comunicarnos de manera diferente, volver al respeto de los otros, anteponer los principios de doctrina que nos guían en el quehacer político, respetar la dignidad de la persona humana es no comprar ni vender el voto.  

En lo particular mi voto lo decidiré cuando me encuentre frente a la boleta electoral y si la Comisión de Justicia del Consejo Nacional y/o el Tribunal Federal no determina otra cosa; seguiré apoyando al Partido con la fórmula que resulte ganadora, porque el mejor proyecto es la institución, no una persona. Después del domingo, entre el panismo poblano deberán verse unos a otros con respeto y reconocimiento de su dignidad como personas y caminar juntos al 2024.

Por ello quise citar al gran Abel Vicencio cuando describe al militante y dirigente por igual, reconocer el valor en el otro es la virtud política que requiere mayor humildad.

¡Viva Acción Nacional!

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