La prensa libre y una embajada

Con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, surgieron variadas interpretaciones sobre el momento presente. Muchas de ellas aportan una visión reduccionista de la libertad de expresión, la de la libertad de empresa, actualizada en los últimos años en una queja lastimera de grandes corporaciones mediáticas.

Entre los insumos que sustentan estos discursos están algunas organizaciones no gubernamentales que, con muchos recursos y escaso rigor, elaboran informes y rankings que luego algunos medios dotan de una apariencia de objetividad. Es el caso de  Freedom House, fundación basada en Washington. En su último informe anual sobre libertad de expresión, sólo Estados Unidos, Costa Rica y Uruguay califican como paises «libres» en el continente americano. Sin mucho disimulo, ubica en las categorías «parcialmente libre»  a Argentina, Ecuador, Bolivia. Venezuela, en tanto, donde los dos más importantes diarios pertenecen a la oposición, es clasificada como nación «no libre».

Una de las ejecutivas de esta fundación permiten clarificar los criterios empleados: «Muchos países de la región ven a Venezuela como un modelo sobre el cambio de la dinámica social y es un modelo muy negativo».

En la misma línea, el embajador de los Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff publica en el diario La Tercera una reflexión que tituló «Prensa libre para resguardar sociedades sanas». Sin nombrarlos, refiere el diplomático la supuesta existencia de «ofensivas de algunos gobiernos (que) intentan acallar a la prensa». No es difícil inferir que alude a los mismos países que se alejaron irremediablemente de la influencia norteamericana. Ciertamente Chile es la excepción y «destaca en América Latina por disfrutar de un ambiente de libertad y por no sufrir los embates que enfrentan muchos de sus vecinos latinoamericanos». Debemos entender que, en concepto del funcionario, la total ausencia de señales de televisión de oposición y la existencia de sólo dos diarios de circulación nacional vinculados a la banca y a los poderes fácticos, configuran un ambiente de libertad.

Entre tantas menciones a la independencia  de la prensa, el embajador Wolff reconoce que la embajada norteamericana financió «la participación de periodistas chilenos que viajaron desde regiones» a la Conferencia de la Asociación Mundial de Periódicos celebrada en Santiago. Precisamente de esa reunión emanó una declaración final de algunas organizaciones de dueños de medios que recogen las preocupaciones de la embajada.

Son los reclamos de la prensa libre.

Por Luis Cuello