Libia, sangre y petróleo

¿Cuál va a ser la reacción de la población de las naciones árabes ante los ataques de la coalición occidental compuesta por EE

Por Director

04/04/2011

Publicado en

Columnas

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¿Cuál va a ser la reacción de la población de las naciones árabes ante los ataques de la coalición occidental compuesta por EE.UU., Francia e Inglaterra que dice atacar Libia por «razones humanitarias» y querer expulsar a Kadhafi?

Es lo que nos tendría que preocupar.

El diario tunecino Achourouk nos da una pista seria cuando titula que la acción bélica representa una «amenaza para la región» con el riesgo de transformarla en «una zona de tensión y una base de avanzada para las fuerzas imperialistas». El cotidiano juzga incluso que la llegada de los occidentales va a «manchar la batalla del pueblo libio contra la junta corrupta de Kadhafi.»

El diario argelino El Khabar en su editorial del 18 de marzo titulaba: «Cuando el petróleo se mezcla con la sangre libia». «La verdadera guerra es la del petróleo. El pueblo libio es un pretexto».

El diario egipcio El Watan se mofa de los occidentales que quieren darle una lección a Kadhafi, pero que olvidan «monarcas, príncipes, reyezuelos y presidentes vitalicios que humillan a sus pueblos», aludiendo a la represión y a las protestas en Bahreïn y Yémen.

Después de rebelarse contra el dictador la población libia enfrenta hoy la violencia asesina desenfrenada. Khadafi mostró claras intenciones de ahogar la rebelión en la sangre. Es al pueblo libio al que habría que entregarle las armas que necesita para expulsar al dictador, conquistar la libertad y la democracia para organizarse mejor, pero ese no es el objetivo de la coalición armada y los pueblos árabes lo saben.

El objetivo de la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y de la coalición militar dirigida por Francia e Inglaterra, que interviene en Libia pero que se calla cuando las tropas de Arabia Saudita atacan a los rebeldes en Bahrein, es aprovechar la locura de de Kadhafi para controlar una región rica en petróleo y al mismo tiempo presentarse como defensor de los pueblos.

No hay un atisbo de sinceridad en las acciones bélicas y diplomáticas de la coalición occidental. Hay un propósito evidente de intervenir en los procesos revolucionarios abiertos y en curso en Oriente Medio y particularmente en Túnez y Egipto. Sin embargo, en el contexto actual de apertura del espacio público de debates será muy difícil engañar a la ciudadanía árabe que recupera sus poderes.

Por Leopoldo Lavín Mujica

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