Piñera über alles

Pobre Piñera… Si puedo permitirme llamar pobre a un trabajador tan productivo que llegó a ser una de las 100 primeras fortunas del planeta

Por Director

26/10/2010

Publicado en

Columnas

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Pobre Piñera… Si puedo permitirme llamar pobre a un trabajador tan productivo que llegó a ser una de las 100 primeras fortunas del planeta. Pobre Piñera: con su dinero no puede comprar cultura, ni siquiera asesores competentes que sepan leer y escribir algo que no sea un balance, una compra de acciones o una colocación especulativa.

Por eso nos agasaja con perlas como ese Robinson Crusoe que vivió cinco años en la isla de Más Afuera (sic), o una Checoslovaquia que al parecer existe y estaría en el Mediterráneo (resic). Mientras tanto -prohibido cagarse de la risa-, Lavín promete mejorar la calidad de la educación: tendría que comenzar por Piñera. No, no el negro. Ese que le llevó un trocito de roca a Isabel II porque le habían contado que “a la reina le gustan las piedras…”. Ahorita, en su no tan estelar visita a Europa nos sorprendió con su erudición. Para dejar una huella indeleble de su paso por Alemania escribió una frase para el mármol en un libro de oro. El “oro” siempre lo perturba a Piñera. Deutschland über alles, escribió con la tranquilidad con la que algunos gritan “Como el Colo Colo no hay…”.

Y… tiene razón Piñera, viste. ¡Cómo no invocar el texto que August Heinrich Hoffmann Von Fallersleben escribió en 1841 en Helgoland, cuando la isla era británica después de haber pasado por muchas manos: dominio Frisio en el año 697, luego danesa, del ducado de Schleswig, de la ciudad Hanseática de Hamburgo, danesa nuevamente, después británica durante las guerras napoleónicas, hasta que en 1890 se la cediesen a Alemania!

Hoffmann escribió «Deutschland, Deutschland über alles, über alles in der Welt» como un llamado a tener una Alemania libre y unida contra un puñado de monarquías reaccionarias que se habían dado el lujo de exiliar a sus más brillantes intelectuales, comenzando por Karl Marx. Los versos del himno de  Hoffmann invocaban una Alemania regida por el imperio de la ley, libre de la dominación monárquica y sus arbitrariedades. Hoffman fue tildado de revolucionario: porque le asociaron con demandas políticas como la libertad de prensa y las libertades civiles de las que aún carecemos en Chile en pleno siglo XXI. Como consecuencia -como un chileno cualquiera-, Hoffmann perdió su cargo de profesor universitario en Breslau. ¡Grande Piñera! Que ya sabía todo lo que aquí te cuento. Por eso, y no por otra cosa escribió “Deutschland über alles”. No se acordaba mucho de la ortografía, de acuerdo, pero para un genio que confunde en su propio idioma “marepoto” con maremoto…

La melodía Das Deutschlandlied fue compuesta en 1797 por Joseph Haydn para un poema de Leopold Haschka, “Gott erhalte Franz den Kaiser”, que era una lustrada de los reales borceguíes del emperador Franz II. Al final del sacro, quiero decir al término del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806, se transformó en el himno de Austria. De ahí que Hoffmann escribiera su poema 30 años antes de la unificación de Alemania. Hasta aquí ni Piñera ni su compañero de carrete, gran admirador y gran especialista de Alemania, el cenador Johannes Paulus Letelier, no tienen nada de qué disculparse. Deutschland, Deutschland über alles, expresa un anhelo de unidad nacional, sus versos proclaman Einigkeit und Recht und Freiheit (Unidad, justicia y libertad), sin caer en boludeces como Dios salve al Zar, God save the King, In God is our trust o Que te dio por baluarte el Señor.

Más tarde Hitler le cambió el sentido para glorificar su política abiertamente expansionista y para celebrar la tesis nazi de supremacía racial. Pero ni Hoffmann ni Piñera llevan flores en ese entierro. La prueba: las dos primeras estrofas de Hoffmann son aceptadas por la ley alemana, pero no se consideran parte del himno para las ceremonias oficiales. La primera por eso de Deutschland über alles. La segunda porque en ella Hoffmann le da demasiado énfasis a las mujeres y al vino… La firme, esa es la razón. Se ve que a los alemanes la guerra los estropeó cosa mala.

Nosotros, inflando el pecho, con una mina en la mano izquierda y un botellón en la derecha, cantamos: ¡Piñera über alles!

Por Luis Casado

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