“¿Destrucción total?”: Espionaje de EE.UU. revela que ataque de Trump a Irán apenas retrasó programa nuclear

Se trata de un nuevo informe de inteligencia que contradice las declaraciones iniciales del mandatario estadounidense, quien aseguró que la operación militar sobre las instalaciones iraníes había logrado pulverizar su programa nuclear.

“¿Destrucción total?”: Espionaje de EE.UU. revela que ataque de Trump a Irán apenas retrasó programa nuclear

Autor: Leonardo Buitrago

Conversaciones entre altos funcionarios de Irán interceptadas por Estados Unidos revelaron que los ataques perpetrados contra las instalaciones nucleares de la nación persa no lograron destruir los componentes centrales de su programa atómico, sino que probablemente solo retrasaron seis meses su desarrollo.

Así lo reveló diario de The Washington Post, citando a cuatro fuentes conocedoras de la materia, quienes señalaron que el supuesto diálogo, que pretendía ser privado, incluyó especulaciones sobre por qué el impacto las 14 bombas anti búnker arrojadas por los bombarderos B-2 y la treintena de misiles Tomahawk disparados por los submarinos estadounidenses sobre las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán no fue tan destructivo.

La Filtración del contenido de esta conversación se suma a la del informe confidencial de inteligencia de Estados Unidos que reveló que los emplazamientos iraníes no resultaron tan dañados como se esperaba y que la república islámica conserva el control de casi todo su material nuclear, lo que significa que si decide fabricar un arma nuclear aún podría hacerlo con relativa rapidez.

También señaló que gran parte de las reservas iraníes de uranio enriquecido se trasladaron a instalaciones secretas antes de los ataques, y que los bombardeos solo habrían destruido una pequeña parte del material nuclear.

Incluso una fuente reveló que las centrifugadoras están prácticamente intactas.

De acuerdo con el documento, que sacaron a la luz la cadena CNN, The New York Times y The Washington Post, los daños se registraron principalmente en estructuras superficiales.

Tanto esas conclusiones preliminares como la conversación entre funcionarios de Teherán recién conocida contradicen el discurso triunfalista de Trump, quien el pasado sábado 21 de junio compareció desde la Casa Blanca para sentenciar, unas pocas horas después de que la operación militar bautizada como Martillo de Medianoche se hubiera resuelto con éxito, que tanto las tres bases como el programa nuclear iraní habían sido “total y completamente pulverizados”.

RT consignó que la Administración de Trump no cuestionó la existencia del diálogo entre los funcionarios iraníes, pero si puso en dudas las conclusiones observadas y la capacidad de Teherán para evaluar el daño en las plantas de Natanz, Isfahán y Fordo.

«Es vergonzoso que The Washington Post ayude a la gente a cometer delitos al publicar filtraciones fuera de contexto», declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

«La idea de que funcionarios iraníes anónimos sepan lo que ocurrió bajo cientos de metros de escombros es absurda. Su programa de armas nucleares ha terminado», agregó.

Por su parte, un funcionario de inteligencia estadounidense planteó que «una sola llamada telefónica entre iraníes anónimos no es lo mismo que una evaluación de inteligencia, que tiene en cuenta un conjunto de pruebas, con múltiples fuentes y métodos».

Sin embargo, el diario norteamericano indicó que tanto las llamadas telefónicas, como los correos electrónicos y otras comunicaciones electrónicas interceptadas, conocidas como ‘inteligencia de señales’, figuran entre as herramientas más poderosas del arsenal del espionaje estadounidense y que en muchas ocasiones constituyen la mayor parte de la información presente el informe diario de inteligencia de Trump.


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