Canciller alemana Ángela Merkel embistió contra política exterior de Trump

Europa pierde la confianza en Estados Unidos después de 70 años de alianzas

Alemania y Francia elevan el tono de la escalada de declaraciones, tras la decisión de Trump de abandonar el pacto nuclear con Irán

Hay conflictos a las puertas de Europa. Y la época en la que podíamos confiar en EE UU se acabó”, embistió la canciller alemana, Angela Merkel, este jueves en Aquisgrán, con inusitada dureza contra el presidente estadounidense, Donald Trump.

Washington decidió retirarse del acuerdo nuclear con Irán, que convierte Oriente Próximo en un avispero. El francés Emmanuel Macron secundó esa airada reacción: “Algunas potencias han decidido incumplir su palabra: estamos ante grandes amenazas y Europa tiene el deber de mantener la paz y la estabilidad en la región”, reseñó el portal de el País.

Europa reacciona a su manera a la retirada de EEUU del acuerdo nuclear con Irán, que deja a las empresas del continente expuestas a sanciones, ha provocado una escalada de los precios del petróleo y a lo peor azuza aún más el avispero de Oriente Próximo.

La UE lleva unos días con sus baterías diplomáticas destinadas a minimizar el impacto de esa afrenta. Pero Alemania y Francia elevaron este jueves el tono de la escalada de declaraciones: “Europa ya no puede confiar en EE UU y debe tomar su destino en sus propias manos”, dijo la canciller Merkel en la entrega del premio Carlomagno a Macron. “No podemos dejar que otros [en referencia a Washington] decidan por nosotros”, subrayó el presidente francés.

La UE está a la espera de que Washington ofrezca alguna salida al acuerdo con Irán que evite males mayores, como hizo en su día tras torpedear el pacto comercial con Canadá y México. Pero está claro que la luna de miel entre EEUU y Europa, que ha durado 70 años, toca a su fin.

Desde los acuerdos de Bretton Woods, en 1944, Europa ha dejado en manos de Washington el liderazgo económico: la ruptura del acuerdo con Irán y la imposición de sanciones es la penúltima prueba de que ese liderazgo puede convertirse en un arma contra los intereses europeos mientras un multimillonario lenguaraz y excéntrico con un extraño tupé se siente en el despacho oval.

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