Destino sin rumbo

La terminal: La odisea de un sirio atrapado en Malasia

Hombre sirio tiene siete años sin rumbo fijo tras haber salido de su país huyendo de la guerra de su país

Hassan Al Kontar se transformó en un habitante de la terminal del aeropuerto de malasia y ha tenido que sobrevivir, comer dormir y hacer nuevas amistades

Desde hace más de 150 días un refugiado sirio llamado Hassan Al Kontar de 37 años se encuentra viviendo en la sala de llegadas del terminal 2 del aeropuerto de la capital Malasia.

La larga odisea del sirio comenzó en el año 2011, cuando se fue a trabajar a Emiratos Árabes Unidos, huyendo de la guerra de Siria. Al vencerse el visado de trabajo, lo envían a Malasia, uno de los pocos países que emite visados para ciudadano sirios, pero en un primer momento lo iban a deportar a su país y Al Kontar alegó que “en su país donde lo van a arrestar y condenar a muerte por eludir el servicio militar obligatorio”.

 

Hassan Al Kontar hombre de origen sirio, vive en el aeropuerto de Malasia como Tom Hanks en la «La Terminal»

Como si no fuera suficiente, tres meses después se le venció el visado malasio y se fue a Camboya, donde le negaron la entrada. Ante el desespero de no regresar a su país el sirio decidió gastar todos sus ahorros para cancelar un vuelo a Ecuador, allí emiten visados para sirios. Pero, lamentablemente la compañía aérea le impidió subir al avión y se quedó atrapado en el aeropuerto donde tiene 150 días conviviendo.

Viviendo en la sala de espera del aeropuerto

Ante la actual situación de Al Kontar, vive de la generosidad de los trabajadores del aeropuerto, le ofrecieron un colchón donde duerme, le lavan la ropa, le dan de comer y utiliza los carros de equipaje para trasladarse dentro de la terminal del aeropuerto.

Le regalaron un perrito de peluche, el cual lo adopto con el nombre de Señorita Crimson  y es su compañera de espera a un milagro, así lo afirmó el sirio.

 

Al Kontar sobrevive dentro de la sala de espera del aeropuerto con la caridad de los trabajadores del lugar

Hussein Shalak no habla español y solo se ha podido comunicar con otros viajeros y personal del aeropuerto a través de aplicaciones de traducción.

El hombre sirio se informa de lo que pasa en su país y en el resto del mundo por la televisión que está ubicada en la sala de espera del aeropuerto.

Manifiesta que su única esperanza es que el Gobierno de Canadá le conceda el asilo. Al entrar en desespero manifiesta que le ha pedido asilo a la Nasa y que se lo lleven a martes, ya que ningún país lo quiere acoger.

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