Organizaciones proponen crear fondo que sustente el SIDH

La Coalición de Organizaciones por los Derechos Humanos en las Américas, en conjunto con otras redes regionales y globales de sociedad civil, mostraron su preocupación por la grave crisis financiera que atraviesa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Llamaron a los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a tomar las medidas necesarias que garanticen su inmediato y adecuado financiamiento.

Las organizaciones de 18 países de América Latina que impulsaron este pronunciamiento llamaron a la creación de un fondo sostenible de financiamiento para los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) con el fin de atender la precaria  situación que se viene dando desde hace años, tanto en la Comisión como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La CIDH es uno de los órganos principales de protección cuyo mandato consiste en promover la observancia de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia. Es el único mecanismo regional que supervisa las obligaciones de todos los países miembros de la OEA en este tema y constituye el último recurso de defensa frente a violaciones de los derechos fundamentales en el continente.

La CIDH es un referente internacional por su gran labor de protección a miles de defensoras y defensores de derechos humanos que viven amenazados y criminalizados en las Américas.

La Comisión Interamericana ha contado históricamente con un presupuesto exiguo que ha llegado al grado de comprometer la efectiva realización de sus funciones básicas y de su mandato, el cual fue asignado por los Estados miembros de la OEA. Además informó la suspensión de las visitas a países previstas para este año.

Así, esta petición tiene como fin no sólo propiciar que la CIDH pueda continuar con sus actividades programadas para el año en curso, renovar los contratos del 40% de su personal y llevar a cabo sus períodos 159 y 160, sino también que sea creada definitivamente una estructura que convierta la financiación de éste órgano y el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en una práctica sostenible con un aumento significativo del presupuesto que la OEA asigna al SIDH.