Entrevista a Susan George

«La economía social en una buena vía contra el capitalismo»

Susan George presentó en Madrid su último libro, “Los usurpadores”, sobre los lobbistas y ejecutivos de las grandes multinacionales y su infiltración en las instituciones con el fin de crear un mundo a su imagen y decidir el contenido de los tratados comerciales internacionales que son negociados a las espaladas de la población, como en el caso del TTIP.

Por Arturo Ledezma

14/04/2015

Publicado en

Economí­a / Entrevistas / Mundo

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“La idea no es cambiarlo ni modificarlo, porque todo en ello es malo. Necesitamos tumbar completamente el tratado porque os afecta a todos y cada uno de vosotros”, afirmó Susan George después de pedir que levantara la mano quien no hubiera oído hablar nunca del TTIP. Al ver que sólo unas pocas personas levantaban la mano de una de las salas del Circulo de Bellas Artes manifestó: “estamos haciendo un buen progreso, en mis primeras charlas sólo lo conocían unos pocos, por lo que creo que podemos vencerlo”.

Con sus 80 años y 18 libros a sus espaldas -entre los que se encuentran títulos como “El informe Lugano” o “Otro mundo es posible si…”-, Susan George, vicepresidenta de ATTAC Francia y presidenta del Transnational Institute of Amsterdam, presentó el pasado martes su último libro “Los usurpadores: cómo las empresas transnacionales toman el poder” (Icaria), en el que pone de manifiesto el poder de los lobbies y las empresas transnacionales, así como su capacidad de influenciar en las decisiones de los gobiernos para favorecer los intereses de las corporaciones. El libro explica cómo el TTIP es un asalto a la democracia, a la soberanía de los pueblos y al poder legislativo y judicial de los países firmantes al anteponer los intereses empresariales de unos pocos a los intereses generales de la población.

En la presentación le acompañó Ricardo García Zaldívar, presidente de ATTAC en España, quien moderó el debate y planteó diferentes cuestiones y puntos sobre el TTIP y las consecuencias para el medio ambiente, la alimentación o sectores de la población tan vulnerables ante este tipo de tratados como los granjeros y agricultores, los primeros en sufrir otros acuerdos comerciales como les ocurrió a los granjeros mexicanos, incapaces de competir con las productivas e industrializadas granjas estadounidenses.

La escritora explicó que el acuerdo que está siendo negociado en secreto entre Bruselas y Washington es la consecución de un largo proceso que empezó en los años 90 con la intención de imponerse a los poderes democráticos. “No creo que sea la ruta de una conspiración, sino que hay unos intereses claro por parte de las multinacionales y la democracia se pone en el camino de los beneficios económicos” explicó George.

¿Qué diferencia podemos encontrar entre su nuevo libro con otros libros en los que se habla del poder de las grandes multinacionales?

Ese no es exactamente el punto en cuestión que trato en este libro. Yo hablo sobre cómo el poder está siendo tomado mediante una autoridad ilegítima, es ilegitimada es lo que intento remarcar en mi libro. Posiblemente no sea muy diferente a algunos otros libros que se han escrito sobre el tema, pero estoy segura de que es más fácil de leer. Tampoco pretende ser la última palabra sobre este tema, por su puesto que no, pero en este preciso momento el TTIP, la regulación de las corporaciones y DAVOS son particularmente importantes y deben ser mostradas y puestas encima de la mesa para ser juzgadas por la opinión pública. {destacado-1}

¿Cual es la diferencia entre el TTIP y otros tratados como pudo ser el NAFTA?

Es mucho mayor, para empezar. NAFTA fue un acuerdo entre un país menos desarrollado y sus dos vecinos del norte mucho más desarrollados, este fue el principal motivo por el que campesinos y granjeros mexicanos fueron los principales afectados y quienes sufrieron las consecuencias ya que las granjas mejicanas no podían competir con la productividad de las mecanizadas granjas norteamericanas. Ese tratado fue usado contra México y Canadá, nunca contra Estados Unidos. Ahora con el TTIP todo cambia, porque ya no es sólo la apertura comercial de unas fronteras, se trata de cambiar todo tipo de normas y regulaciones adoptando en la mayoría de las ocasiones la regulación estadounidense, que es mucho más permisiva. Esto sólo traerá fatales consecuencias para los granjeros como en el caso de México, sino que traerá consecuencias nefastas en materia medioambiental, alimentaria, derechos laborales, etc.

En la presentación te has mostrado optimista frente a la posibilidad de tumbar el TTIP

Yo no puedo adivinar el futuro, pero tengo esperanza en que podamos vencer al TTIP por varias razones. Lo primero es que es algo malo, el que lo entiende no lo quiere para él, no lo quiere para su familia y no lo quiere para su entorno. Lo segundo es que por fin está despertando el interés de la prensa y los grandes medios, lo cual nos va a facilitar mucho que llegue a los oídos de más gente y facilitará el primer punto.

De todas formas se presenta una labor complicada ya que necesita de esas explicaciones, no es algo fácil de entender con una simple frase, no es como cuando se lanza un “No a la guerra”, todo el mundo lo entiende -estés a favor o no de esa guerra- y no necesita mucha más explicación, pero los temas políticos se están complicando y necesitan una labor más difícil, tenemos que trabajar duro en este punto pero sin descanso, porque el TTIP es algo injusto, no ha sido votado y a los que lo negocian no les importan lo más mínimo nuestros intereses.

En España han crecido en los últimos años los mercados sociales y monedas alternativas y locales ¿crees que es ese un camino a seguir para luchar contra las consecuencias del capitalismo? ¿o se trata de un simple parche?

Definitivamente creo que es un buen camino. El comercio y los mercados sociales que están desarrollándose en España permiten a pequeños comerciantes, productores o artistas unirse a consumidores comprometidos para formar un gran grupo o comunidad que te permite proveerte de cualquier cosa que necesites.

Creo que esto empezó en Porto Alegre, en el Foro Social Mundial. Si por ejemplo necesitas zapatos para tu bebé, en lugar de comprar zapatos hechos en China por una multinacional puedes ir y comprarla a un productor local lo cual te asegura que ese dinero se siga reinvertiendo en lo local, te permite tener localizado ese dinero. De la misma manera funciona con las monedas alternativas, hay algunas de ellas que por ejemplo al unirte al grupo de consumidores con 100 euros recibes moneda alternativa por valor de 110 y si decides salir recibes 95, por lo cual ya favorecen y promueven el consumo local con una ventaja económica, pero lo importante es que mientras usas esa moneda estás manteniendo el dinero localmente.

En Uruguay incluso se pueden pagar algunos impuestos con ese tipo de monedas, por lo que creo que pueden llegar muy lejos. Están apareciendo también en estos círculos de economía social modos de financiación solidaria, en la que artistas o productores pueden pedir dinero como si se tratara de un préstamo a los componentes de ese círculo o mercado social para realizar el trabajo y después devolver el préstamo. Esas prácticas y otro largo etcétera hacen de la economía social y los mercados sociales una manera de crear solidaridad entre las comunidades, lo cual ya es mucho más que la simple acción de abrir tiendas locales, es un proceso que se está desarrollando y volviendo más sofisticado, un buen camino a seguir al que le queda mucho por recorrer.

por Yago Álvarez  en El Blog Salmón

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