Despidiendo 2021

Tiempo de disputas, reflexiones y aprendizajes

Estamos muy contentos con la elección de Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile, y con las buenas proyecciones que entregan las encuestas para el triunfo -en 2022- de Gustavo Petro en Colombia y Lula en Brasil. Saludamos la lucha del pueblo de Chubut, para frenar la expansión de la minería contaminante en esa provincia argentina.

Por Wari

21/12/2021

Publicado en

Editorial / Mundo

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Iniciamos este editorial saludando el triunfo del campesinado indio, que tras un año de protestas, logró que el gobierno derechista de Narendra Modi retirara las leyes agrícolas que los perjudicaban. Esto, sumado a las gigantescas movilizaciones obreras que se han producido en esa nación, augura un punto de inflexión en la India.

Destacamos la lucha de los pueblos de Myanmar y Sudán, que se manifiestan contra las dictaduras militares que han usurpado el gobierno en ambas naciones. Del mismo modo, nos solidarizamos con la heroica resistencia palestina (contra Israel), saharaui (contra Marruecos) y kurda (contra Turquía). En todos estos casos, las mujeres están participando activamente en las protestas y movilizaciones.

POR UN MUNDO PLURIPOLAR

Rechazamos el boicot diplomático propiciado por Estados Unidos de América y sus aliados contra los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, China. Del mismo modo, condenamos el acoso y el cerco por parte de EUA y sus aliados (Otan) contra Rusia, lo que ha provocado una delicada tensión bélica en la frontera de este país con Ucrania.

La actual hegemonía anglosajona, liderada por EEUU, es la continuación del Imperio Británico, que busca asegurar la maximización de utilidades para sus grandes corporaciones transnacionales. No nos cabe ninguna duda de que el eje EUA-Reino Unido seguirá incitando conflictos y guerras con tal de no perder su primacía de más de dos siglos.

Creemos que es necesario avanzar hacia un mundo multipolar, diverso y plural, por lo que saludamos el proyecto euroasiático y la alianza estratégica entre Rusia y China, la cual ha sido recientemente confirmada por Vladimir Putin y Xi Jinping mediante una conferencia virtual.

Apoyamos la vía china al socialismo y la ‘Iniciativa de la Franja y la Ruta’, así como la propuesta de Xi Jinping de “Una comunidad de destino común, un hogar compartido para la humanidad”. No obstante, esto no significa un respaldo incondicional, pues siempre estaremos velando por el respeto de los derechos humanos, la democracia y el resguardo de la naturaleza.

En este sentido, consideramos una gran hipocresía que Estados Unidos intente erigirse como el campeón de la libertad, tomando en cuenta sus nefastas intervenciones militares en todo el mundo, así como el criminal bloqueo económico que ejerce sobre varias naciones.

Sin ir más lejos, el presidente Joe Biden realizó una ‘Cumbre por la Democracia’, de manera virtual desde Washington, los días 9 y 10 de diciembre (Día Mundial de los Derechos Humanos), justo cuando Gran Bretaña otorgaba la extradición a EUA de Julian Assange, por el «delito» de mostrar las masacres contra personas inocentes cometidas por EEUU en Medio Oriente.

En este mes también se conmemora el trigésimo aniversario de la disolución de la URSS. Creemos que para las izquierdas es equivocado tanto desentenderse de esa experiencia como avalarla nostálgicamente. Es necesario un análisis profundo de ese ensayo de 70 años, con sus aciertos, errores y horrores, de manera de sacar lecciones y aprendizajes que permitan reconstruir y repotenciar los proyectos colectivos de emancipación social.

ULTRADERECHA Y EXTRACTIVISMO

El 4 de diciembre se realizó una cumbre de la ultraderecha europea en Varsovia, Polonia, con la intención de posibilitar la unión de las dos agrupaciones de extrema derecha presentes en el Parlamento Europeo: Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID). En esa instancia, que se repetirá durante enero en España, se reiteraron los ataques al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla.

La ofensiva ultraderechista en Latinoamérica (en las elecciones de noviembre obtuvieron representación parlamentaria en Argentina y Chile), viene de la mano de Vox de España (‘Foro de Madrid‘ e Iniciativa ‘Iberosfera‘), del trumpismo y de las iglesias cristianas ultraconservadoras, con potentes financiamientos tanto de Estados Unidos como de Europa, canalizados por fundaciones, centros de estudios y ONG’s.

Ya es evidente que la estrategia de esta nueva y agresiva extrema derecha, es la «guerra sucia», mediante la difusión de mentiras, noticias falsas (fake news), campañas del terror, amenazas, acosos y ataques coordinados a través de las redes sociales, para inocular el pánico tanto en sus adherentes como en sus adversarios, copando los espacios para lograr direccionar las agendas mediáticas y noticiosas, para lo cual los grandes medios de comunicación privados (controlados por la derecha) se prestan fácilmente.

Lo hemos visto en los intentos para destituir al Presidente Pedro Castillo de Perú y Luis Arce de Bolivia, así como para detener el avance de la Convención Constitucional y de las fuerzas de izquierda en Chile; intentonas que hasta el momento no han tenido éxito pero que nos obligan a redoblar el esfuerzo por construir poder popular local y regional.

La irrupción de esta ultraderecha tóxica es un gran desafío para los movimientos sociales y las fuerzas progresistas, nacional-populares y de izquierdas de América Latina, pero también es una oportunidad para reformular y renovar las tácticas y estrategias de lucha.

Saludamos la realización de la VII Cumbre del Grupo de Puebla en Ciudad de México y la XX Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), en La Habana, Cuba.

Estamos muy contentos con la elección de Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile, y con las buenas proyecciones que entregan las encuestas para el triunfo -en 2022- de Gustavo Petro en Colombia y Lula en Brasil.

Tanto la administración de Trump como de Bolsonaro demuestran que uno de los pilares de esta nueva ultraderecha es profundizar el capitalismo salvaje y, consecuentemente, el más desenfrenado extractivismo, por lo que consideran a los pueblos indígenas y ambientalistas como ‘enemigos’.

Sólo en 2020, Global Witness registró 227 ataques letales -un promedio de más de cuatro personas por semana-, vinculados a la explotación de recursos naturales. En América Latina, más de un tercio de las víctimas de estos asesinatos fueron personas indígenas. Ejemplo de ello ha sido el acoso contra los pueblos Garifuna en Honduras, maya q’eqchi’ en Guatemala, contra los zapatistas en México o los mapuche en Argentina y Chile.

Foto del encabezado: Saludamos la lucha del pueblo de Chubut, para frenar la expansión de la minería contaminante en esa provincia argentina.

22 de diciembre 2021

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