7  cosas que te deberían enseñar en todos los colegios y no lo hacen

Herramientas REALMENTE útiles para la vida que está ahí afuera. Porque ya a estas alturas alguien nos debería haber enseñado que la vida no es una larga ecuación compuesta de variables intrascendentes.

Por Director

13/05/2015

Publicado en

Educación / Tendencias

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  1. A confeccionar de manera adecuada y honesta un curriculum vitae.

¿Cómo es posible que exista gente que sale de cuarto medio sin saber hacer un maldito curriculum? Y les digo que esto pasa porque a mí me paso, y sería hora de que los directivos de los colegios y diseñadores de los planes y programas sepan que hay una vida real allá afuera, en la que la gente DEBE TENER UN CURRICULUM para casi todos los trabajos.

Humilde sugerencia: hazte uno aunque no pretendas trabajar pronto. Es necesario, uno nunca sabe cuándo va a necesitar las cosas.

  1. Qué son los impuestos, por qué se pagan y qué hacen con ellos.

Aunque la teoría pueda diferir de la realidad un poco.

  1. Finanzas personales:

Porque aunque entendamos que las prioridades cambian entre una persona y otra, es necesario que  exista una lista relativamente estandarizada de necesidades, que en cada persona deben ser cubiertas, con el fin de que tenga una vida más o menos saludable.

Y esas no son cosas que precisamente sabes cuando entras a la universidad. No estaría mal considerarlo en algún momento.

  1. A adquirir responsabilidades y mantenerlas.

Adquirir responsabilidades:  desde el compromiso vital contigo mismo de saber qué es lo que quieres y trabajar todos los días en ello; Hasta responsabilidades concretas que deben mantenerse, que es lo que no saben estas típicas personas que tienen mascotas mientras son adorables y luego cuando crecen los botan a la calle. Eso no está bien, nunca va a estar bien, y esas son cualidades valóricas que todos debemos tener porque lamentablemente, cuando uno crece las irresponsabilidades también afectan a los otros.

  1. A manejar la frustración.

El sistema educacional chileno entre tantas otras cosas, nos ha inculcado el miedo a equivocarnos. No somos, en general una población que soporte demasiado la frustración porque si esa frustración existe, nos retiramos; No nos enseñan que equivocarnos está bien, que es parte de un proceso y que es un proceso necesario en tanto deseemos lograr algo.

Es algo que sí se puede hacer. Es algo que debe integrarse en una cosmovisión valórica de la educación el enseñarnos que en todos los sentidos: podemos ser excelentes personas, aunque a veces nos equivoquemos.

  1. A que llevarnos bien con el resto de las personas no es puro deporte y a veces se llama networking (contactos)

No todo el mundo sabe las cosas que tú sabes. Ni cree las cosas  que tú crees, ni siente las cosas que tú sientes. Considerar esto como una filosofía de relaciones sociales puede tener efectos positivos en ellas, y aquellos efectos positivos son infinitos: A trabajar en equipo, a confiar en los demás, a integrar tus conocimientos con los de otro, a aprender de las personas, a escuchar, a la costumbre de tener conversaciones productivas y así suma y sigue.

  1. A pensar fuera de la caja.

El colegio no es precisamente un lugar que ponga alas a tus sueños, y eso, está mal. Muy mal.

Es necesario que más allá de la convicción interna que puede tener uno o no, exista ese pequeño empujoncito que no está contenido en teorías si no en hechos visibles.

En personas que sí han logrado sus sueños aunque ellos no estén inscritos en la corta lista de sueños que tiene modelado este sistema. Hay que enseñar a los niños que no todos quieren ser ingenieros y que eso está bien. Y que ser ingenieros también lo es, así como ser cualquier cosa que ellos y ellas quieran ser, mientras se transformen en un elemento valioso tanto para consigo como para los demás.

  1. Que las notas no reflejan necesariamente lo que sabes (y a no torturarte con ellas)

Así como no lo reflejará ni la psu, ni tus exámenes en la universidad, ni tu sueldo más adelante. Como puede ser que sí, aunque en la mayoría de los casos podamos estar de acuerdo que las evaluaciones son instrumentos de medición total y absolutamente arbitrarios.

Que incluso sugieren el término de un aprendizaje, y esta es la palabra clave: Aprendizaje, que no se mide, no se reprime ni se estandariza. Si bien todos debemos tener nociones básicas de aprendizajes (también a modo de alimentar ambos hemisferios) es necesario que comprendamos que nunca termina. Y que son solo notas, que pueden tener un millón de razones para ser las que son, pero que la verdadera importancia reside en  ser uno mismo un instrumento de medición, acompañado de la convicción tan propia y humana de estar lleno de dudas y querer resolverlas.

Claramente hay materias pilares en la educación de seres íntegros, como lo son la solidaridad, la ética, la vida saludable,  entre otros, pero es también en los hogares, junto con la Escuela, donde debemos hacernos cargos de forjar un mejor futuro.

 

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