Psicología

«El castigo -de niños y niñas- no promueve la búsqueda de la verdad»

Victoria Talwar estuvo al frente del estudio sobre la influencia que la amenaza de castigo ejerce sobre las verdades o mentiras que dicen los más pequeños.

Por Marta Ubeda

09/12/2014

Publicado en

Educación / Mundo

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Pinocho

Según los investigadores de la Universidad McGill de Montreal -en Canadá- la forma de conseguir que los niños digan la verdad no es a través de la amenaza de castigo, sino hablando con ellos para explicarles que la mentira no va a complacer a los adultos tanto como la verdad.

Para el estudio se necesitaron 372 niños y niñas de entre 4 y 8 años a los que dejaron solos en una habitación durante un minuto con un juguete detrás de ellos. Los investigadores, dirigidos por Victoria Talwar advirtieron a los pequeños de que no podrían mirar el juguete cuando estuvieran solos en la habitación. Una cámara de vídeo vigiló sus movimientos durante ese minuto y cuando los investigadores regresaron le preguntaron al niño si había mirado o no al juguete durante la ausencia de los adultos.

Según la nota de prensa publicada por la universidad, un 67,5% de los niños miraron el juguete, y cuando se les preguntó si lo habían hecho o no, un 66,5% mintió al respecto.

Los datos recogidos por los investigadores muestran que los niños de más edad fueron menos propensos a mirar el juguete, pero también cuanto mayor eran, más propensos fueron a decir mentiras y más expertos en mantenerlas.

Pero las informaciones sacadas del estudio que más sorprendieron a los investigadores fueron que los niños eran menos propensos a decir la verdad si tenían miedo a ser castigados que si se les pedía que dijeran la verdad por complacer a los adultos, o porque eso haría que el pequeño se sintiera bien.

Los niños más pequeños tendían a decir la verdad por complacer a los adultos, mientras que los mayores tenían normas de comportamiento más interiorizadas que les hacían decir la verdad porque era lo correcto.

La conclusión sacada por la investigadora principal del estudio, Victoria Talwar fue que «el castigo no promueve la búsqueda de la verdad. De hecho, la amenaza de la pena puede tener el efecto contrario al reducir la probabilidad de que los niños digan la verdad cuando se les anima a hacerlo. Esta información es útil para todos los padres de niños pequeños y para profesionales como los maestros, que trabajan con ellos y quieren estimular a los niños a que sean sinceros«.

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