El senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, acusó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de instrumentalizar la agresión militar hacia Venezuela para desviar el foco público de las crisis social y económica que atraviesan los ciudadanos de la nación norteamericana, acción que calificó de “ilegal e inconstitucional”.
El legislador progresista cuestionó la coherencia de la política de «Estados Unidos Primero», señalando que el país se encuentra en riesgo de ser arrastrado a un conflicto bélico ilegal mientras las necesidades básicas de la población quedan desatendidas, ante el incremento desmedido en los costos de la atención médica, la vivienda y los alimentos.
“Los costos de la atención médica se disparan. Los costos de la vivienda se disparan. Los costos de los alimentos se disparan. NO. No necesitamos que Trump nos lleve a una guerra ilegal e inconstitucional con Venezuela para desviar la atención de las crisis que enfrenta nuestro país. ¿Qué pasó con el lema ‘Estados Unidos Primero’?”, planteó en un mensaje compartido en la red social X.
Crisis Interna: La prioridad desatendida
Sanders cuestionó la contradicción de movilizar recursos militares, citando el despliegue de la Guardia Nacional Aérea hacia Puerto Rico como un posible preparativo para una eventual intervención en territorio venezolano, mientras millones de estadounidenses enfrentan la pérdida de su cobertura de Medicaid debido a nuevos requisitos laborales y al inminente vencimiento de los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (conocida como Obamacare).
Insistió en que la agenda nacional debería estar concentrada en atender esta emergencia económica y social, marcada por el aumento galopante de los precios de servicios básicos, y no en aventuras militares en el extranjero impulsadas por el inquilino de la Casa Blanca.
Escalada hacia Venezuela y críticas a Trump
La acusación de Sanders se enmarca en una serie de agresiones de la administración Trump contra Venezuela, que han sido ampliamente cuestionadas por diversos países y organismos internacionales. La comunidad internacional ha acusado a Estados Unidos de incurrir en violaciones del derecho internacional, una crítica que se intensificó la semana pasada tras el robo por parte de EE.UU. de un buque petrolero venezolano que realizaba operaciones comerciales legítimas.
Este incidente generó nuevas críticas contra la política exterior estadounidense, percibida por muchos observadores como un intento de asfixia económica y una provocación que acerca el espectro de un conflicto armado.
Ante la polémica, el magnate republicano fue consultado por la prensa sobre el destino del crudo que estaba siendo transportado por la embarcación y respondió: «Bueno, nos lo quedamos, supongo».
Trump también se jactó de las dimensiones del buque intervenido, calificándolo de «un petrolero grande. Muy grande… El más grande que se haya visto nunca» y señaló que «están sucediendo otras cosas que lo verán más adelante».
Desde el gobierno venezolano, liderado por el presidente Nicolás Maduro, repudiaron enérgicamente lo que denunciaron constituye un robo descarado y un acto de piratería internacional.
Bajo lasas órdenes del magnate republicano, Estados Unidos ha desplegado desde agostó pasado un enorme contingente militar en el Caribe, que ha representado el mayor despliegue estadounidense en la región en décadas, argumentando la lucha contra el narcotráfico.
En operaciones perpetradas desde septiembre, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han destruido más de veinte embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de al menos 87 tripulantes muertos en acciones calificadas como extrajudiciales.
Asimismo, Trump ha declarado breve podrían iniciarse ataques dentro del territorio venezolano, medida que Caracas interpreta como una agresión armada destinada a promover un cambio de régimen y apropiarse de recursos estratégicos del país, como el petróleo, el gas y el oro.
En medio de este escenario, las advertencias del senador por Vermont se suman a un coro de voces dentro y fuera de Estados Unidos que reclaman un cambio de rumbo en la política hacia Venezuela.
El llamado del legislador se basa detener la retórica de guerra y a redirigir los esfuerzos hacia la protección del bienestar de los ciudadanos, rechazando cualquier intento de utilizar conflictos externos para ocultar el deterioro de la calidad de vida en Estados Unidos.
Con su declaración, Sanders no solo desafía la estrategia geopolítica del presidente, sino que también busca movilizar a la opinión pública alrededor de una premisa: la mayor amenaza para los ciudadanos no está en las costas del Caribe, sino en las facturas médicas, el precio de los alimentos y la incertidumbre de perder su vivienda.

