Martín de los Santos, imputado por la agresión al conserje Guillermo Oyarzún, de 70 años, asegura haber sido drogado y golpeado.
El hecho ocurrió el pasado sábado 17 de mayo las tres de la madrugada, cuando tras ser sacado de un club nocturno en Vitacura, De los Santos le propinó una casi mortal golpiza al trabajador, con quien se topó en su camino en plena vía pública, dejándolo con secuelas severas: perdió la visión de un ojo y el sentido del olfato.
La presencia de un par de electricistas en el edificio en que trabajaba el conserje, quienes al percatarse de que lo estaban golpeando fueron en su ayuda, le salvó la vida y permitió individualizar al agresor.
Oyarzún, a sus 70 años, seguía trabajando en el edificio en donde estuvo 20 años antes de jubilarse. Eso hace 5 años. Tras la brutal agresión permaneció internado en la Mutual de Seguridad durante 15 días. Los exámenes médicos confirmaron daño en los nervios faciales, lo que le provocó secuelas permanentes.
Según se pudo conocer, el motivo de la agresión habría sido que el conserje no quiso darle un cigarrillo.

Agresor dice haber sido drogado y golpeado
La defensa de Martín de los Santos presentó una querella por los delitos de lesiones graves y amenazas simples. debido a dos golpizas de las que asegura ser víctima.
Según la acción judicial, la primera habría ocurrido previo a su agresión a Oyarzún y la segunda después de su control de detención por este hecho en el Centro de Justicia de Santiago.
La defensa aseguró que todo comenzó en el club nocturno Palomino, donde «comenzó a experimentar una pérdida de control y alteración de sus sentidos, con síntomas compatibles con la administración no consentida de sustancias psicotrópicas o estupefacientes».
Según esto coincidiría con «un gasto desproporcionado e inusual de dinero por parte de mi representado, todo lo cual hace presumir fundadamente que fue víctima de un acto de sumisión química, con el aparente propósito de manipular su voluntad y hacerlo incurrir en gastos significativos dentro del local».
Cuando notó lo que ocurría, Martín de los Santos se habría negado a seguir consumiendo en el local, siendo «objeto de una agresión física directa y desproporcionada por parte del personal de seguridad del local, quienes procedieron a golpearlo de manera violenta, situación que puso en riesgo su integridad física y su vida».
De acuerdo con la querella, tras estos hechos, el hombre de 34 años, quien opera de empresario inmobiliario en Pichilemu, habría salido del lugar «visiblemente afectado, presentando signos evidentes de desorientación, alteración motora, pérdida de equilibrio y un estado de extrema confusión mental y emocional». Su defensa afirmó que todo esto concuerda con los efectos de una sustancia administrada sin su consentimiento.
Ya en la calle, De los Santos habría pedido ayuda a gritos, pero nadie respondió. Ni transeúntes ni personal de seguridad acudieron a socorrerlo, por lo que siguió caminando sin rumbo fijo.
Así llegó hasta la calle Eduardo Marquina, en Vitacura, donde se encontró con el conserje Guillermo Oyarzún. Según la querella, la golpiza casi mortal que propinó y por la cual enfrenta una formalización habría sido «producto de su evidente alteración sensorial y cognitiva».
El otro hecho que señala la acción legal se habría registrado ocurrió después de su formalización en el Centro de Justicia de la capital, en donde “aproximadamente a eso de las 16:00 horas, fue abordado sorpresivamente por al menos 2 sujetos, específicamente un hombre y una mujer, según se puede observar en un vídeo que da cuenta sobre la dinámica de estos hechos”
“La agresión se inicia de forma repentina y violenta, cuando uno de los sujetos empuja con fuerza a mi representado para inmediatamente propinarle un golpe directo en el rostro que provocó su caída al suelo. Una vez la víctima se encontraba en el suelo, los agresores continuaron golpeándolo, utilizando golpes de puño y patadas que impactaron en su torso, brazos y piernas. De forma especialmente grave, uno de los atacantes extrajo un objeto contundente de forma alargada —aparentemente metálico— el cual manipuló con ambas manos, aplicando fuerza con evidente intención de causar un daño serio y deliberado. Durante todo el ataque, mi representado —que ya se encontraba física y psicológicamente disminuido a raíz de los eventos de la noche anterior y la situación vivida en el club nocturno— no tuvo posibilidad alguna de defenderse, adoptando una postura pasiva y de resguardo, cubriéndose el rostro y el cuerpo con los brazos mientras era brutalmente golpeado. La agresión se extendió por varios minutos, sin que existiera intervención alguna de transeúntes o de autoridades presentes”, relató la defensa en el documento, según consignó Bio Bío Chile.
“Aturdido, ensangrentado y en estado de conmoción, mi representado debió por sus propios medios y sin ningún tipo de ayuda detener un taxi para alejarse del lugar y buscar atención, lo que refleja el nivel de desamparo en el que quedó tras este segundo ataque violento en menos de 24 horas”, señalaron
Después se habría dirigido la 36° Comisaría de Vitacura para denunciar formalmente las agresiones sufridas, pero el carabinero a cargo “se limitó a dejar constancia de lo relatado, sin proceder a tomar una denuncia formal ni canalizar la atención debida conforme al deber de denuncia y protección que impone su rol como agente estatal”.
Como resultado de esto, la querella plantea que Martín de los Santos sufrió fracturas en las costillas N°5 y N°6 del lado izquierdo, además una fisura en el antebrazo izquierdo, lesiones de carácter grave, de acuerdo a una constancia médica.
En el documento se hace referencia a una «exposición mediática injusta y sin contexto» que le ha provocado un severo cuadro de angustia al imputado. Además, los abogados señalan que habría recibido varias amenazas de muerte o agresiones físicas por redes sociales y WhatsApp.

Imputado será reformalizado
Está previsto que este lunes 23 de junio el imputado sea reformalizado, audiencia en la que se buscará su prisión preventiva por la agresión al conserje Guillermo Oyarzún.
“Si mi marido hubiera golpeado a uno de allá de Vitacura, les aseguro que mi marido estaría detenido, en estos momentos estaría preso. Porque ellos sí pueden hacer lo que quieren, pisotear, hacer lo que quieran con la gente, y siempre va a haber una mamita y un papito detrás que lo van a estar salvando“, indicó la esposa del trabajador de 70 años en declaraciones ofrecidas al noticiero 24 Horas.