Mujer inmigrante: Una nueva víctima de femicidio en Antofagasta

La región de Antofagasta se convierte en escenario de un nuevo brutal caso de femicidio

Por Arturo Ledezma

15/07/2015

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH

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Ni-una-menos

La región de Antofagasta se convierte en escenario de un nuevo brutal caso de femicidio. De acuerdo a los antecedentes, la madrugada del  domingo, cerca de las 4:00 am, llega al domicilio de Jelen Jery Angulo su ex pareja, quien enceguecido por los celos buscaba asesinar a la actual pareja de la víctima. Jelen, colombiana de 30 años de edad, al ver que su ex pareja pretendía atacar con un cuchillo a su conviviente, también de nacionalidad colombiana, se interpuso, recibiendo una estocada en su espalda, la que provocó su muerte.

Ante el horror de este nuevo brutal femicidio, expresión de la violencia machista, gritamos con todas nuestras fuerzas: “¡Ni una mujer menos, ni una muerta más!”, pero también denunciamos al Estado junto a sus gobernantes al servicio de los empresarios, violenta fuertemente a las mujeres inmigrantes, al condenarlas a vivir mayor discriminación, precarización y flexibilización laboral.

MUJER INMIGRANTE TAMBIEN ERES FUERTEMENTE VIOLENTADA POR EL ESTADO, Y SUS GOBERNANTES AL SERVICIO DE LOS EMPRESARIOS

Según los últimos datos entregados en el año 2014 por el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) del Ministerio del Interior, en Chile existen 441.529 personas inmigrantes, de las cuales cerca de 280 mil (70%) se encuentran trabajando, principalmente en rubros como la construcción, trabajo doméstico, aseo, servicios, minería, industria y agricultura.

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En relación a las mujeres, de acuerdo a la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), el 55,1% de los migrantes en el país son mujeres y se encuentran en edad laboral (20-60 años),concentrándose mayoritariamente en el trabajo doméstico, en el área de servicios alimenticios y aseo,donde la precarización, indocumentación, flexibilización, discriminación y subcontratación se hacen fuertemente presentes.

Cuando una mujer migra en busca de mejores condiciones de vida, no es una decisión fácil, pues deben apartarse de sus familias, velando por ellos desde la distancia, mediante el envío de remesas y la esperanza de la reunificación familiar. Luego de esta tremenda decisión, deben enfrentarse a las leyes rígidas y discriminatorias chilenas que han generado incluso que gran cantidad de ellas entren al país de manera ilegal, arriesgando sus vidas e integridad física, siendo criminalizadas por el gobierno y sus ‘”instituciones del orden”.

2 Al llegar a Chile, sufren diversas discriminaciones, prejuicios y marginaciones, por ser mujer, por ser trabajadora, a veces por ser pobre, madre soltera o indígena. Por lo que laboran en situaciones de mayor discriminación, precarización, flexibilización e incluso bajo la subcontratación, lo que conlleva también a que algunas de ellas ejerzan la prostitución como alternativa para poder subsistir, exponiéndose a la trata de personas, a ser víctimas de violencia, más no denuncian por temor a perder la residencia en el país. Frente a esto podemos observar, como la prostitución y la inmigración femenina son dos realidades que suelen entrelazarse, sobretodo en regiones donde existe mano de obra masculinizada, como es el caso de Antofagasta.

¡POR ELLO,  PAN Y ROSAS FUERTEMENTE DENUNCIA! 

A los empresarios/empleadores que obligan a mujeres inmigrantes a reembolsarles el pago de las leyes sociales, es decir; el costo de salud, AFP, seguro de cesantía y hasta el seguro de accidente, pues mientras ellas pagan a sus empleadores el monto de sus propias cotizaciones, el Estado rembolsa a sus patrones parte de éstas. Denunciamos el abuso en la extensión de la jornada laboral,  las condiciones habitacionales insuficientes,  y  la violencia verbal y física a las cuales también son sometidas.

Al estado y el gobierno, puesto que los diferentes gobiernos de turno vienen prometiendo hace años legislar nuevas normativas sobre extranjería, supuestamente para mejorar las condiciones laborales y de vida de los inmigrantes. Según Bachelet, durante el periodo de su campaña  presidencial, prometió que se legislaría “por una perspectiva de inclusión, integración regional y un enfoque de derechos que aseguren la inserción efectiva de esta población al país y que permita una coordinación dinámica, cooperadora y eficiente de todos los entes públicos relacionados con la política migratoria”, más sabemos que esto queda sólo en el discurso de un gobierno corrupto, al servicio de los empresarios.

Es por ello que desde Pan y Rosas decimos ¡BASTA DE VIOLENCIA A LAS MUJERES INMIGRANTES! por ¡NI UNA MENOS!, y hacemos un llamado a todas las mujeres inmigrantes a sumarse a nuestra gran lucha para poner en pie un gran movimiento de  miles de mujeres, inmigrantes, lesbianas, gays y transexuales, organizadas en contra de esta democracia para ricos, en contra de los abusos patronales, por nuestros derechos y nuestra liberación.

vía Pan y Rosas

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