Felipe Zegers y María Gabriela Medrano

¿Paranoia policial?: El caso de los artistas chilenos detenidos en Argentina por supuesto «artefacto explosivo»

El director del Festival Hecho en Casa y la arquitecta fueron acusados erróneamente por los elementos que usaron para una intervención en la que se podía escuchar la declaración de los derechos humanos en lenguaje inclusivo.

Por Daniel Labbé Yáñez

02/04/2019

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada

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Nuevamente el exceso de celo y la paranoia policial serían las que han hecho pasar por estos días a dos chilenos por un indeseable momento. El pasado domingo la pareja formada por el director del Festival Hecho en Casa, Felipe Zegers, y la arquitecta María Gabriela Medrano, fueron arrestados en la ciudad argentina de Córdoba acusados de portar un artefacto explosivo.

De acuerdo a lo informado por medios locales, Felipe y Graciela fueron responsabilizados de dejar “parte de una bomba casera” en la habitación de su hotel, generando ello un cinematográfico operativo policial, el que finalmente habría determinado la inexistencia de un objeto explosivo.

Ambos se encontraban en la ciudad trasandina participando del evento artístico Malas Lenguas. Resulta que de acuerdo a lo explicado en un comunicado emitido desde ese mismo evento artístico, Zegers y Medrano «viajaban con las herramientas de montaje para instalar el parlante con el que estuvieron participando en distintas actividades: se trataba de un parlante en el que se podía escuchar la declaración de los derechos humanos en lenguaje inclusivo».

Intervención artística de Zegers y Medrano

Ese elemento habría sido el que se habría tratado erróneamente del supuesto artefacto explosivo buscado por la policía argentina.

Desde el espacio cultural Malas Lenguas exigieron «que se esclarezca con urgencia esta acusación cargada de prejuicios e información tendenciosa», añadiendo que «lo ocurrido es un malentendido que confiamos será corregido lo antes posible». «Si cometieron un error fue no avisar en el hotel que estaban dejando allí algunos objetos de esta instalación, como dos parlantes tipo bocina, cables y una pequeña caja de metal que contenía un componente genérico de programación que, en este caso, cumplía la función de pasar texto a lenguaje hablado», apuntaron desde el evento artístico.

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