A diez años del ALBA, dignidad para los pueblos de Nuestra América

Los embajadores de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela celebraron en Argentina una década de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Libre Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)

Por CVN

15/11/2014

Publicado en

Latinoamérica

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ALBA-conferencia

Los embajadores de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela celebraron en Argentina una década de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Libre Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). Reunidos en conferencia balancearon los grandes logros alcanzados en materia de integración, soberanía y justicia social y anunciaron los desafíos de cara a construir una verdadera transformación regional. Asimismo, lanzaron la iniciativa de declarar el 5 de noviembre como el Día de la Integración Latinoamericana, fecha en que los pueblos expresaron la unidad regional en el “No al ALCA”.

En un acto que se llevó a cabo en el auditorio Manuel Belgrano de la Cancillería argentina, los embajadores comenzaron los festejos en las vísperas del décimo aniversario del ALBA. El 14 de diciembre de 2004 en La Habana, nacía un nuevo organismo de integración de la mano de Cuba y Venezuela, considerado como la respuesta al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) promovido por Estados Unidos, con el fin de dominar la región.

De esta manera, el ALBA se impuso así a la intentona imperialista -hoy renovada en los proyectos de la Alianza del Pacífico y en el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP)-, con el objetivo de desarrollar un marco de integración distinto al modelo económico neoliberal. A este proyecto se sumó Bolivia en 2006, Nicaragua un año más tarde y Ecuador en 2009. Actualmente, está integrada además, por Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.

“Buscamos un nuevo amanecer para nuestros pueblos, un nuevo día sin pobreza, sin exclusión social, un tiempo de pleno respeto a nuestra identidad, a nuestra independencia y a nuestra autodeterminación”, expresó el embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Liborio Flores Enríquez al inicio de la celebración.

En este sentido, aseguró que a lo largo de esta década de arduo trabajo “el ALBA se ha consolidado como un eficaz instrumento de concertación política y un mecanismo exitoso en el desarrollo e implementación de programas y proyectos sociales, en las áreas de educación, salud, que han contribuido y continúan contribuyendo al bienestar de los ciudadanos más necesitados, no solamente de los países miembros del ALBA si no de toda la región en general”.

Para graficar este gran avance, Flores destacó el programa de alfabetización y postalfabetización “Yo Si Puedo”, que ha permitido que Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela sean declarados por la UNESCO como “territorios libres de analfabetismo”; la “Misión Milagro”, que se ha extendido a 21 países del mundo permitiendo la visión de 3 millones 482 mil personas con enfermedades en los ojos; la “Escuela Latinoamericana de Medicina Salvador Allende”, que posibilitó la formación en el caso de Bolivia de 4 mil médicos “con una alta formación científica y una profunda vocación social”.

Por otra parte, el embajador subrayó la suscripción en 2006 al TCP, promovido por el presidente boliviano Evo Morales Ayma, que permitió recuperar y practicar el comercio complementario pero respetando las decisión soberanas políticas y económicas de los países miembros; así como la conformación del Consejo de Movimientos Sociales, un mecanismo destinado a facilitar la integración y participación social articulando a los movimientos sociales para que puedan aportar al desarrollo y a la ampliación del proceso ALBA TCP.

En tanto, el embajador de la República de Cuba, Orestes Pérez Pérez, sintetizó “es una maduración de conceptos que durante épocas fueron madurando nuestros líderes históricos, líderes de países que en los próceres de Nuestra América buscaron la semilla de la unidad latinoamericana y que finalmente fructificó con la creación del ALBA-TCP”. Al respecto, realzó las figuras de los Comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías, como los “líderes históricos imprescindibles” sin los cuales hubiera sido imposible contar con esta realidad concreta.

Pérez aseveró que se trata de “una estructura de integración que se pensó y se diseñó para llegar a las grandes masas, a las desposeídas y necesitadas”. Asimismo, destacó como “valor agregado” la integración de países con distintas economías e incluso con distintos tipos de gobierno. “Fue sabia la idea de concentrarnos en lo que nos unía, en lo que compartíamos en común y superar esas deficiencias para un logro común y a largo plazo”, consideró para concluir que “el ALBA nació para quedarse y vivirá por muchos años”.

A su tiempo, la embajadora de la República de Ecuador, Gloria Vidal Illingworth, rememoró que se trata de “una alianza que ha sido muchas veces, satanizada y a la que tal vez muchos no apostaban que iba a durar, que iba a tener metas cumplidas ni nada que mostrar”. “Que mal apostaron”, añadió.

En un repaso por los logros de estos diez años de existencia, la embajadora sostuvo que la alianza “ha logrado construir oportunidades entre iguales” donde se “privilegian el enfoque humano sobre el capital”. “El ALBA se constituye en una alternativa de integración desde una visión solidaria, con la certeza de que el comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos sino instrumentos para alcanzar el desarrollo justo y sustentable”, destacó.

Al respecto, enumeró los casos que mejor reflejan esta visión. En el ámbito comercial, la creación en 2008 del Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), para impulsar un comercio recíproco y legítimo entre los Estados, minimizando la necesidad de las divisas en el pago de las operaciones resultantes. En el ámbito internacional, la declaración especial en 2013 rechazando las acciones de la transnacional petrolera Chevron contra el Ecuador y la posterior creación del Observatorio sobre Inversiones de Transnacionales. En la defensa de la democracia, la enérgica condena en 2010 a las acciones desestabilizadoras que intentaron derrocar al gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa.

Por su parte, la embajadora de la República de Nicaragua, Norma Moreno Silva, señaló que por sobre todas las cosas “el ALBA es un proyecto político de restitución de derechos humanos fundamentales, de dignificación de nuestros pueblos, donde el ser humano está en el centro de todas nuestras políticas públicas y nuestros programas sociales”.

Este proyecto, al que calificó de “propuesta revolucionaria”, busca “restituir derechos básicos que fueron privatizados” apuntando hacia “la inclusión y la justicia social en todos los niveles”, indicó. En este sentido, brindó “algunas pinceladas de lo que el ALBA ha sido capaz de transformar en las condiciones de dignidad de nuestros pueblos”, al enumerar los distintos programas aplicados en su país gracias a los fondos del bloque regional, que van desde los programas de alfabetización, hasta los de mejora de infraestructura, entrega de viviendas solidarias, becas estudiantiles, acceso a la salud y políticas de género.

“Los países que integran el ALBA, hemos sido -entre otros- los países con mayor crecimiento económico en la región, y esto tiene que ver precisamente con esta política social y económica de integración de nuestros pueblos”, manifestó Moreno.

Mientras que el embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Carlos Martínez Mendoza, destacó al ALBA como un organismo de integración que busca “complementar y no competir con los demás mecanismos”, centrándose “en el elemento social con la posibilidad de articular políticas públicas que estén orientadas a la solución de los problemas reales de nuestros pueblos”.

Al mismo tiempo, consideró que el ALBA se constituye en “un escenario ideal” para la integración de los movimientos sociales más allá de las políticas públicas, como “un espacio de suma importancia para concertar experiencias, para lograr una integración plena en la región”.

En el cierre de la conferencia, el Secretario Ejecutivo del ALBA-TCP, el venezolano Bernardo Álvarez Herrera, consideró que el trasfondo de estos diez años “ha sido retomar lo genuino de nuestro propio pensamiento” frente a las “élites” que exaltaban el llamado Consenso de Washington.

Al respecto, instó al auditorio a mirar en retrospectiva lo que pasó hace más de veinte años para dar cuenta de los “cambios significativos de la nueva realidad”, donde parte de los desafíos es enfrentar la “batalla” de quienes “no quieren entender que cambiaron las cosas” y “continúan sometiendo cada día cada a nuestros países a guerras mediáticas, económicas y de cualquier tipo”.

Para finalizar, destacó como los mayores logros del ALBA la “inclusión social”, sobre la cual no se debe “retroceder”, y “la gente en la calle” que constituye una “revolución de participación”. “Debe haber revolución para que haya integración” enfatizó, “una transformación profunda social, política, económica” que será “tarea de futuras generaciones”, concluyó.

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