Entrevista

Gráfico herido por represión de policía argentina: «Están silenciando y domesticando las voces opositoras»

Desde Buenos Aires, Pablo Piovano advierte que el gobierno macrista está "acelerando un montón de leyes que benefician a las grandes corporaciones, al sector empresarial y, una vez más, quienes están siendo los perdedores son los que menos tienen, la clase obrera". Por José Robredo Hormazábal / @joserobredo

Por Jose Robredo

17/12/2017

Publicado en

Entrevistas / Latinoamérica

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El pasado jueves 14 de noviembre se desató en Buenos Aires y diferentes zonas de Argentina una violenta represión policial ante las manifestaciones convocadas por diferentes organizaciones contra el paquete de medidas de recorte a las pensiones que se votarían en el Congreso.

Se estima que 250 mil personas coparon las calles porteñas para protestar en contra del gobierno de Mauricio Macri, quien dispuso a más de 3.000 efectivos especiales para «controlar» a los manifestantes. La respuesta a la movilización social contra las medidas macristas fue una brutal represión que finalizó con decenas de heridos y detenidos.

Mientras en las calles las porras, los gases y las balas de goma eran usados por la policía contra los manifestantes, dentro de la sala de sesiones la votación era suspendida y reagendada para este lunes.

Uno de los heridos es Pablo Piovano, reportero gráfico que por 18 años ejerció en el medio trasandino Página 12 y que hoy colabora con otros argentinos o extranjeros. 10 tiros de balas de goma recibió de parte de efectivos policiales por el hecho de portar una cámara para retratar las escaramuzas.

«Estamos preocupados por las garantías personales, por la libertad de prensa, ya que están silenciando y domesticando las palabras y las voces opositoras», explica Piovano a El Ciudadano en conversación telefónica desde Bueno Aires. Junto a ello, recalca: «Yo recibí diez impactos de bala de goma por tener una cámara en la mano». 

Piovano sostiene que este período macrista tiene enormes similitudes con lo sucedido en los ’90, detallando que «la deuda externa que se ha tomado fue enorme y buena parte de las políticas que está tomando este gobierno se relacionan con las de los 90, así que podemos prever cómo se van a suceder los hechos». En este sentido, sostiene que el contraste con esos años es la organización social que ha crecido y se nota en el debate que se da allende Los Andes, ya que -dice- «la diferencia con ese tiempo, donde todo pasó en un estado casi de adormecimiento, es que hoy se está discutiendo en las calles».

¿Cómo se percibe dentro de la sociedad argentina este momento político con represión desatada y con un paquete de medidas ad portas de ser aprobados? 

Con mucha preocupación porque estamos viendo lacerados algunos derechos que se habían ganado y en los que se está retrocediendo, como con esta ley que se buscaba aprobar el día que se desató la represión, donde se pretendía quitarle a los jubilados sus recursos; una ley que es nefasta. También estamos preocupados por las garantías personales, por la libertad de prensa, ya que están silenciando y domesticando las palabras y las voces opositoras. Yo recibí diez impactos de balas de goma por tener una cámara en la mano, a mí me miraron y me dispararon, no era que estaba en medio de una revuelta, sino que fue con alevosía.

¿La labor de los trabajadores de la prensa cómo se ha visto afectada?

Todos los medios que eran opositores han sido cercados y han ido desapareciendo. Ya casi que no quedan medios opositores; han sido fagocitados en muy poco tiempo, lo que es realmente preocupante porque hay solo una voz. Por ejemplo, Horacio Berdisqui, que era una de las firmas más importantes y que investigaba cosas serias -una de ellas fue la denuncia contra Macri y su familia por fuga de capitales- le costó retirarse; lo mismo ha sucedido en medios televisivos con renuncias de periodistas que tenían una voz opositora. Lo que estamos evidenciando es un disciplinamiento.

¿Hay fuerzas desde el movimiento social y la oposición política para enfrentar las acciones del gobierno de Macri? 

Sí, hay organizaciones sociales que están volviendo a salir a la calle con más fuerza porque esta ley nos hace retroceder y la querían votar con urgencia. La constitucionalidad está siendo dañada también, porque la cúpula de la oposición política está presa, algunos con causas que pueden ser justificadas, pero que no tienen sentencia y están en la cárcel, lo que es un hecho inédito para la jurisprudencia en la Argentina.

El gobierno está haciendo sentir su dominio del Congreso, ¿cómo se proyecta ese escenario? 

Acaba de haber elecciones parlamentarias donde tuvieron bastante apoyo de los electores y está dividido el Parlamento con una mayoría de ellos y por eso están acelerando un montón de leyes que benefician a las grandes corporaciones, al sector empresarial y, una vez más, quienes están siendo los perdedores son los que menos tienen, la clase obrera. Hay un porcentaje de pobreza muy alto, cercano al 35%, que se verá afectado.

¿Se puede decir que es un retorno a los ’90? 

Hay muchas similitudes. La deuda externa que se ha tomado fue enorme y buena parte de las políticas que está tomando este gobierno se relaciona con la de los ’90, así que podemos prever cómo se van a suceder los hechos. El tema es que durante estos años se ha gestado una cierta militancia, pensamiento y organización que -a diferencia de ese tiempo, donde todo pasó en un estado casi de adormecimiento-, hoy se está discutiendo en las calles, las casas y hay una polarización mucho más importante que en los ’90.

Eso refleja mayor empoderamiento social

Sí y eso trae el riesgo de que si usan la fuerza, como la usaron el jueves pasado, esto pase a instancias mayores. Esperemos que no, porque nos merecemos la paz después de todo lo que hemos vivido recordando nuestra historia y donde nos ha llevado tanta polarización es preocupante.

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