Lacalle Pou asumió presidencia de Uruguay con propuesta de ley para girar a la derecha

El borrador del proyecto consta de 457 heterogéneos artículos que pretenden sentar las bases políticas del nuevo ejecutivo, especialmente en las áreas de seguridad, economía y educación

El conservador Luis Lacalle Pou se convirtió este domingo en presidente de Uruguay, poniendo fin a quince años de gobiernos centroizquierdistas, destacó el diario español La Vanguardia.

De 46 años, titulado en Derecho, exdiputado, exsenador e hijo de expresidente, Lacalle llega al poder con prisas por dar un giro al modelo progresista implantado por el Frente Amplio (FA), que pasa a la oposición tras la salida del cargo del socialista Tabaré Vázquez.

Miembro del tradicional Partido Nacional (PN) –también conocido por Partido Blanco-, Lacalle se impuso en noviembre pasado en segunda vuelta al frenteamplista Daniel Martínez por apenas 40.000 votos, menos diferencia de la que vaticinaban las encuestas.

Lacalle asume la presidencia de Uruguay con urgencia por girar a la derecha
La consecuencia de esa alianza es el reparto de ministerios y altos cargos del gobierno y la elaboración de un proyecto de “ley de urgente consideración”, que Lacalle enviará inmediatamente al parlamento para su tramitación. Foto: La Vanguardia.

Para ello se vio obligado a tejer una coalición con los otros cuatro partidos conservadores que se presentaron a los comicios, incluido el ultraderechista Cabildo Abierto, liderado por el controvertido excomandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos.

Se complican las celebraciones de huelgas

La consecuencia de esa alianza es el reparto de ministerios y altos cargos del gobierno y la elaboración de un proyecto de “ley de urgente consideración”, que Lacalle enviará inmediatamente al parlamento para su tramitación.

El borrador del proyecto consta de 457 heterogéneos artículos que pretenden sentar las bases políticas del nuevo ejecutivo, especialmente en las áreas de seguridad, economía y educación.

La ley aboga por la mano dura contra la delincuencia, reforma los contenidos escolares, que hará más difícil las huelgas. Los sindicatos educativos ya han anunciado protestas y el FA, ahora ya oposición de izquierdas, denuncia el intento de llevar a cabo la privatización del estado y anuncia la impugnación del proyecto al considerar ilegal su tramitación por no tratarse de medidas urgentes.

Las celebración de los partidarios de Lacalle se alargó hasta la madrugada de este lunes (hora española), tras una larga jornada que comenzó en el Congreso a primera hora de la tarde, donde el nuevo mandatario juró el cargo y efectuó su primer discurso.

El nuevo presidente de Uruguay saluda a los asistentes a la ceremonia de cambio de poderes.
El borrador del proyecto consta de 457 heterogéneos artículos que pretenden sentar las bases políticas del nuevo ejecutivo, especialmente en las áreas de seguridad, economía y educación. Foto: EFE.

“Esta vez la ciudadanía nos dio un mensaje claro y contundente: dijo que es necesario un cambio, pero un cambio acompañado de acuerdos”, indicó. “Estamos aquí para continuar lo que se hizo bien, para corregir lo que se hizo mal y sobre todo para lo que no se supo o no se quiso hacer en estos años”, agregó.

Luego Lacalle recorrió la distancia entre el Palacio Legislativo y la plaza Independencia de Montevideo en el Ford V8 Cabriolet descapotable que perteneció a su bisabuelo, Luis Alberto de Herrera, uno de los líderes históricos que tuvo el PN y fundador de una de sus corrientes internas, el herrerismo.

En el desfile, el nuevo mandatario estuvo acompañado de cientos de gauchos a caballo, que habían partido desde el interior del país hace dos semanas en una simbólica marcha que trataba de reflejar el apoyo a Lacalle de los sectores rurales y más tradicionales.

Ya en el centro de la capital uruguaya, Lacalle, acompañado de la nueva vicepresidenta, Beatriz Argimón, se encontró con el presidente saliente.

Vázquez le colocó la banda presidencial junto al monumento al héroe de la independencia, José Artigas, ejemplificando la placidez del traspaso de mando en Uruguay, cuya estabilidad política y económica es ya un caso único en Latinoamérica, tras las revueltas ciudadanas surgidas el año pasado en países como Chile, Ecuador y Colombia.

A los actos de este domingo asistieron varios jefes de estado y de gobierno, sobre todo de la región, como los mandatarios de Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque y del vecino Brasil, Jair Bolsonaro.

El presidente del otro país fronterizo con Uruguay, el argentino Alberto Fernández, excusó su asistencia porque este domingo pronunció su discurso anual de apertura de sesiones en el Congreso. En representación de España acudió el rey Felipe VI, acompañado de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.

Lacalle tomó una decisión que constituye una declaración de principios en política regional: no invitar a ningún representante de Venezuela, Nicaragua y Cuba, al considerar que no son regímenes democráticos.

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