Bukele minimiza los Derechos Humanos: «me tiene sin cuidado que me llamen dictador»

Se acumulan denuncias por detenciones sin debido proceso legal

Bukele minimiza los Derechos Humanos: «me tiene sin cuidado que me llamen dictador»

Autor: El Ciudadano México

En el marco del primer aniversario de su segundo mandato, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, minimizó las crecientes críticas por la represión estatal y la persecución de defensores de derechos humanos, al pronunciar un discurso oficial en el Teatro Nacional. Aunque quiso proyectar fortaleza, sus palabras profundizaron las preocupaciones de organismos internacionales y actores locales sobre el rumbo autoritario de su administración.

Durante su alocución, Bukele desestimó el peso de ser calificado como “dictador” y justificó sus políticas de seguridad con un tono desafiante. En lugar de abrir el diálogo o asumir responsabilidad por los recientes señalamientos, arremetió contra las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación, acusándolos de proteger intereses criminales y participar en campañas de desprestigio.

Las críticas hacia el gobierno salvadoreño han aumentado notablemente en los últimos meses, especialmente tras la detención de activistas y líderes sociales sin garantías procesales, lo que ha sido interpretado como una escalada represiva para acallar voces disidentes. Diversas organizaciones han documentado abusos sistemáticos y restricciones a la libertad de expresión y asociación, alertando sobre un deterioro acelerado del estado de derecho en el país centroamericano.

Bukele también apuntó contra la comunidad internacional, desestimando cualquier intento de supervisión o crítica externa como una intromisión indebida, lo cual ha tensado aún más su relación con organismos multilaterales y defensores de derechos humanos.

Aunque el presidente salvadoreño sostiene que su estrategia de “mano dura” ha reducido la violencia, las denuncias de detenciones arbitrarias, falta de transparencia judicial y persecución política revelan un patrón preocupante de consolidación del poder sin contrapesos.

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El discurso presidencial no solo reafirma su estilo confrontativo, sino que confirma una política deliberada de deslegitimar cualquier crítica mediante la estigmatización de quienes cuestionan su gobierno. En lugar de propiciar un clima de respeto institucional, Bukele opta por polarizar y radicalizar la narrativa oficial.

Foto: Redes

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