Bajo el gobierno de Javier Milei, Argentina se convertirá en el único país de América Latina que no realizará inversión pública en nuevos proyectos de investigación científica en 2026 . La decisión de la Agencia I+D+i de anular las convocatorias a proyectos PICT ya adjudicadas y cerrar definitivamente las futuras, consolida un proceso de desfinanciamiento que los investigadores denominan «cientificidio».
«El jueves 4 de diciembre de 2025 quedará tristemente en la historia como una fecha clave para el desmantelamiento del sistema científico de la Argentina», anunció la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt), organización que agrupa a más de 400 directivos de organismos científicos-tecnológicos.
La medida implica la anulación de los Proyectos de Investigación Científico/Tecnológicos (PICTs) correspondientes a la convocatoria 2022 –que ya tenían adjudicación y financiamiento comprometido– y el cierre definitivo de la convocatoria 2023—que prorrogada en 7 ocasiones y ahora, con el anuncio del 4 de diciembre, definitivamente fue cancelada. Sumado a que en 2024 y 2025 no hubo nuevas convocatorias, el resultado es un vacío absoluto de financiamiento público para nuevas investigaciones a partir del año próximo.
«Para el caso de nuestra facultad, con esta decisión se elimina la financiación de 109 proyectos científicos que habían sido seleccionados en concursos abiertos y transparentes. De cualquier forma, la inmensa mayoría de los investigadores ya se encontraba sin financiación por la paralización de la Agencia I+D+i», explicó a Página/12, Valeria Levy, Vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del CONICET.
Desmantelamiento sistemático
La Agencia I+D+i, creada en 1996 y que históricamente financió mediante los PICTs alrededor de 1500 proyectos anuales en todas las áreas del conocimiento, fue transferida tras la disolución del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2023 a la Secretaría del mismo nombre, bajo la órbita de Darío Genua, quien fue designado en el cargo por Milei. Desde entonces, su actividad se ha paralizado.
«La palabra para definir esta gestión es nefasto. No hay diálogo alguno, no hay posibilidad de conversar, no hay posibilidad de nada. De hecho, hay un maltrato explícito hacia todo el sector», acusó Jorge Geffner, miembro de la coordinación de Raicyt, doctor en Bioquímica e investigador superior del CONICET.
Los números confirman un retroceso drástico. Según informes del grupo EPC, creado por la anterior gestión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la inversión en este sector caerá este año a un mínimo histórico del 0,164% del PBI, un deterioro del 45,3% en apenas dos años, superando el ajuste del 35,3% registrado durante el gobierno de Mauricio Macri. Esta proporción es incluso inferior al 0,177% alcanzado en 2002, en plena crisis post-2001.
Consecuencias en cadena y fuga de cerebros
La crisis trasciende la falta de fondos para proyectos. También se han desmantelado programas como Construir Ciencia y Equipar Ciencia, y se ha reducido drásticamente el otorgamiento de becas: de cerca de 1300 en 2023 a 600 actuales, las cuales finalizarán en poco más de un año sin que existan planes para nuevas convocatorias.
El deterioro salarial, que promedia entre un 30% y 40% desde diciembre de 2023, agudiza la emergencia. «La alta calidad académica en facultades como la nuestra está dada justamente por tener docentes-investigadores enseñando, transmitiendo conocimiento científico de gran nivel y actualidad. Sin sueldo y sin fondos es muy difícil trabajar y eso está produciendo un éxodo masivo de científicos-docentes», advirtió Levy.
Un cambio de paradigma: solo ciencia «útil» para el mercado
Frente al desmantelamiento de las líneas tradicionales, la actual gestión de la Agencia I+D+i, a cargo de Natalia Avendaño, anunció una convocatoria alternativa que condiciona la financiación a la existencia de convenios con empresas privadas y prioriza proyectos de aplicación inmediata (ciencia aplicada), dejando de lado la investigación básica.
«No estaría mal si el proyecto abarcara al conjunto de las investigaciones o si se complementaran con otros programas. Pero, planteado así, significa que la Agencia deja de existir. Salvo para unos pocos grupitos que logren algunos proyectos de investigación con empresas», explicó Geffner al medio citado.
Desde Raicyt alertaron sobre este cambio: «Con esta decisión, el gobierno destruye el proceso complejo y virtuoso del desarrollo científico y tecnológico, que implica una total vinculación entre la ciencia básica y la aplicada… Así como no es posible obtener un título universitario sin haber transitado por la escuela primaria y secundaria, el camino científico es largo y requiere pasos».
Movilización para denunciar el «cientificidio» ocasionado por Milei
Ante esta situación, la comunidad científica convocó a una concentración para este miércoles 10 de diciembre en el Polo Científico de Palermo para rechazar los nuevos recortes aplicados por la administración del denominado «libertario».
«Este gobierno y los responsables de esta política pasarán a la historia como los artífices del cientificidio, interrumpiendo una de las mejores tradiciones de nuestro país y orgullo nacional» indicaron desde Raicyt .
Asimismo, extendieron un llamado a la acción: «Está en nosotros sostener y luchar por una Ciencia Argentina de calidad, que genere desarrollo, inclusión y que nos permita imaginar un mejor futuro posible».
Mientras tanto, el panorama de Argentina para 2026 es el de un país sin nueva investigación pública, un caso único en la región.

