Falleció José “Pepe” Mujica, símbolo de la izquierda latinoamericana y referente mundial

José Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras políticas más emblemáticas de América Latina, falleció a los 89 años en su chacra ubicada en Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. Su muerte marca el final de una vida cargada de luchas, contradicciones y una enorme proyección internacional.

El anuncio fue realizado por el presidente uruguayo Yamandú Orsi, quien comunicó públicamente la noticia y expresó el profundo dolor que embarga al país y a su fuerza política. Orsi, considerado el heredero político de Mujica, destacó la relevancia del exmandatario como militante, referente y conductor de una causa que marcó a varias generaciones en Uruguay.

Mujica, quien en sus últimos años había sido diagnosticado con cáncer de esófago, afrontó la enfermedad con la misma sobriedad que caracterizó su carrera política. El anuncio oficial de su fallecimiento fue realizado por el actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien forma parte del mismo espacio político que Mujica ayudó a consolidar durante décadas.

A lo largo de su tratamiento, el exmandatario recibió sesiones de radioterapia que inicialmente parecieron contener la enfermedad. Sin embargo, en enero de 2025 él mismo reconoció públicamente que el cáncer había avanzado y que su salud estaba en etapa terminal. En ese momento, expresó su deseo de retirarse definitivamente de la vida pública para transitar en paz sus últimos días en su hogar rural.

Hasta sus últimos momentos, Mujica fue una figura activa y respetada dentro y fuera del país, recibiendo visitas de líderes internacionales, periodistas y militantes, incluso en su frágil estado de salud. Pese a su pedido de privacidad, continuó participando en actos públicos clave, incluyendo la asunción del nuevo Parlamento y el actual presidente.

El domingo anterior a su muerte, ya no pudo participar en las elecciones departamentales, un hecho que generó preocupación entre quienes seguían de cerca su estado de salud. Su esposa, la también exsenadora Lucía Topolansky, acompañó todo el proceso y compartió con medios locales que Mujica se encontraba ya en una fase irreversible de su enfermedad.

Su último deseo fue ser enterrado en su propia chacra, junto a su perra Manuela, una mascota que lo acompañó durante años y que también se volvió símbolo de su forma austera y cercana de vivir la política.

Véase también: José Mujica enfrenta un estado terminal de salud y su entorno pide respeto a su intimidad

La muerte de José Mujica deja un vacío en la política uruguaya y latinoamericana, pero también una huella indeleble en la memoria colectiva de quienes vieron en él un ejemplo de coherencia, lucha y humanidad.

Foto: Redes

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