FMI presiona a Milei para comprar reservas y advierte riesgo cambiario, mientras el Gobierno se niega por temor a más inflación

El FMI ejerce presión al gobierno "libertario" para que empiece a comprar reservas a riesgo de, en breve, volver a tener una crisis cambiaria. Sin embargo, Milei está negado a tomar esa decisión ante el temor de que de produzca un aumento en el dólar que se trasladaría a los precios, incidiendo en los niveles de inflación.

FMI presiona a Milei para comprar reservas y advierte riesgo cambiario, mientras el Gobierno se niega por temor a más inflación

Autor: Leonardo Buitrago

El Fondo Monetario Internacional (FMI) formalizó su presión al gobierno de Javier Milei para que el Banco Central de Argentina (BCRA) inicie de manera urgente la compra de reservas internacionales, señalando que la demora en acumular dólares pone al país en riesgo de una nueva crisis cambiaria.

La solicitud, que encuentra una férrea oposición en el Ministerio de Economía que comanda Luis Caputo, fue expresada por la portavoz del organismo, Julie Kozack, en su conferencia de prensa semanal en Washington.

La posición del Fondo se alinea con los análisis y advertencias que en las últimas semanas han emitido importantes bancos de inversión internacionales, como JP Morgan y Barclays, quienes han encendido las alarmas sobre el crítico nivel de las reservas netas y la vulnerabilidad de la estrategia económica ante eventuales shocks.

Sin embargo, el gobierno del denominado «libertario» mantiene su negativa a comprar dólares en el mercado masivo, argumentando que tal medida ejercería una presión alcista sobre el tipo de cambio que se trasladaría directamente a los precios internos, amenazando el aún frágil proceso de desinflación.

La advertencia del FMI

Julie Kozack fue directa al evaluar la política cambiaria argentina y planteó la necesidad imperiosa de fortalecer las reservas.

«La política monetaria y cambiaria tendrán que tener aportes más ambiciosos para acumular reservas, lo que ayudará a Argentina a afrontar eventuales shocks y facilitará el acceso a los mercados», afirmó la portavoz.

Kozack insistió en que las autoridades argentinas deben «aprovechar la ventana de oportunidad para implementar un marco monetario y cambiario coherente».

Según consignó Página/12, la preocupación del Fondo, «como la de los grandes bancos, es que por no acumular reservas el gobierno libertario precisó dos salvatajes, uno del FMI y otro del Tesoro estadounidense», por lo que la vocera se refirió a la meta acordada entre ambas partes.

«En este momento, cumplir con la meta de reservas a fin de año será desafiante, pero es indispensable que se acumulen reservas en el período contemplado».

El Fondo anunció además que una misión técnica llegará al país en los próximos días para realizar una evaluación preliminar de cara a la próxima revisión del programa de facilidades extendidas, prevista para enero.

“En el FMI tenemos un marco para evaluar que trato darle a instrumentos de esta índole y ese marco se aplica a la línea de swap de argentina. Es algo que vamos a mostrar en informe del personal técnico. Los detalles de esa línea de canje estarán en forma coherente con nuestro marco técnico”, dijo, según reportó el medio citado.

La resistencia de Milei y el fantasma de la inflación

La postura del FMI llega en un momento de tensión entre las recomendaciones técnicas del organismo y la estrategia política del equipo económico.

Horas antes del anuncio de Kozack, el ministro Luis Caputo había relativizado, en un encuentro con empresarios, la posibilidad de acumular reservas en el corto plazo.

Según trascendió de fuentes que participaron en la reunión, Caputo aseguró que la administración libertaria planea recomprar bonos soberanos y comenzar a acumular reservas internacionales, incluso cuando el peso opere dentro de la banda cambiaria establecida. «También adelantó que podría acelerar el ritmo de ajuste de esa banda del 1% actual al 1,5% mensual, dependiendo de la evolución de la inflación y de la demanda de pesos», señaló Bloomberg,

La preocupación central del gobierno del mandatario de ultraderecha es que las compras significativas de dólares por parte del BCRA alimentarían expectativas de devaluación en el mercado, ampliando la brecha cambiaria y generando un nuevo pico inflacionario que pondría en jaque los logros obtenidos hasta el momento.

Esta postura se ha visto reforzada por la experiencia reciente: según analistas oficiales, la necesidad de dos salvatajes financieros (uno del propio FMI y otro del Tesoro de Estados Unidos) en los últimos meses fue, en parte, consecuencia de la falta de un colchón de reservas suficiente, lo que hoy los lleva a ser extremadamente cautelosos ante cualquier medida que pueda desestabilizar el tipo de cambio.

Las alarmas de la banca internacional

La presión del FMI no es un hecho aislado, ya que actores financieros globales han emitido informes críticos en los últimos días sobre la nación austral.

El banco estadounidense JP Morgan movió sus fichas para urgir a Caputo a comprar dólares. En un análisis reciente, el banco estimó que Argentina podría acumular reservas por debajo del 1% del PBI en 2026 y remarcó que «aumentar las reservas debe ser una prioridad para fortalecer las defensas del país antes de las elecciones generales de 2027».

JP Morgan argumentó que «el aval estadounidense (por el apoyo de la administración Trump) debería utilizarse estratégicamente y con urgencia para construir colchones internos».

El banco advirtió que «la fuga de capitales del peso hacia el dólar, motivada por el riesgo político, no puede sostenerse sin antes reponer reservas internacionales».

Por su parte, el banco Barclays había dado un golpe de efecto días atrás al señalar, con datos concretos, que el BCRA opera con reservas netas profundamente negativas.

Según su informe técnico, las reservas netas –que al inicio de la gestión de Milei estaban en -US$11.000 millones– descendieron posteriormente a -US$16.000 millones. Esto representa un desvío de aproximadamente US$13.000 millones respecto de la meta establecida con el FMI para diciembre.

Barclays concluyó que este deterioro «no provino de una mejora del perfil de deuda», sino de otros compromisos.

Impasse de alto riesgo

El cruce entre el FMI y los bancos internacionales de un lado, y el Gobierno argentino del otro, expone el núcleo de una tensión fundamental en la actual política económica. Mientras los acreedores y analistas externos priorizan la solvencia externa y la construcción de defensas para evitar una corrida, la administración de Milei pone el foco absoluto en anclar las expectativas inflacionarias, aún a costa de postergar el fortalecimiento de las reservas.

La llegada de la misión técnica del Fondo en los próximos días promete ser el escenario de una negociación compleja, donde la definición sobre el «marco monetario y cambiario coherente» que exige el organismo podría definir no solo el rumbo del acuerdo, sino también la estabilidad macroeconómica de Argentina en el primer trimestre de 2025.


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