Alexis Sánchez promociona salmoneras pese a que destruyen el medio ambiente y dañan la salud

El conocido futbolista nacional, Alexis Sánchez, se convirtió en el rostro de la campaña de Prochile “Unboxing Chile”, para promocionar los atributos del salmón chileno, a pesar de que la industria salmonera es responsable de generar problemas ambientales y a la salud de las comunidades.

De acuerdo con una nota de prensa, la campaña de la agencia de Promoción de Exportaciones (ProChile) busca “apoyar la reactivación económica y las exportaciones del país hacia los diferentes mercados”.

Sin embargo, organizaciones sociales y protectoras del medio ambiente como Defendamos Chiloé, hacen un llamado al deportista a que deje fuera de la promoción a la industria salmonera «que está destruyendo lagos , fiordos y canales de la Patagonia».

A través de las redes sociales un grupo de ciudadanos criticó al futbolista por prestar su imagen para la campaña que promueve una industria que es nociva para el medio ambiente, mientras que otros señalan que si Sánchez estuviera más consciente de los que ocurre desde Puerto Montt hasta el Sur con la contaminación y el exterminio de so ecosistemas acuáticos debido a las actividades de las salmoneras, no estaría formando parte de esta iniciativa publicitaria.

Incluso comparan a Alexis Sánchez con el futbolista portugúes Cristiano Ronaldo quien en la rueda de prensa previa al partido de Portugal contra Hungría, apartó de su zona dos botellas de Coca-Cola.

El astro luso se sentó, vio las dos botellas de bebidas carbonatadas y las alejó de su sitio. Inmediatamente cogió una botella de agua y dijo a las cámaras: «Agua. Coca-Cola…», haciendo referencia que lo que hay que hacer es beber agua.

Este gesto tuvo una enorme repercusión negativa para la marca. Observando la evolución de las acciones y del precio de la compañía antes y después, el ‘momento Cristiano’ supuso unas pérdidas mil millonarias para Coca-Cola.

Daño ambiental de las salmoneras

Cabe recordar que Chile es el segundo productor mundial de salmones, y aunque la industria ha generado grandes ingresos económicos a los dueños de las salmoneras esto fue a costa de un impacto ambiental, sanitario y social enorme

El cultivo de esta especie tiene un alto costo ambiental en la Patagonia. De hecho, las aguas patagónicas marinas o lacustres no son el ambiente natural para estos peces. Según el Foro para la Conservación del Mar Patagónico, la introducción de estos animales representa desoír los aportes de la ciencia en cuanto a los costos de estas prácticas.

Los principales problemas ambientales documentados y asociados a esta industria son: el escape de salmónidos, lo que implica la introducción de especies exóticas, desde las jaulas de cultivo al ambiente natural; el abuso de antibióticos, antiparasitarios y otras sustancias químicas; la introducción y propagación de enfermedades y de sus agentes causales, o la acumulación de residuos sólidos y líquidos en el fondo marino, derivadados de los alimentos no consumidos, fecas y mortalidad de los salmónidos.

A esto se suman los desechos industriales que las empresas han dejado en los fiordos, como jaulas abandonadas, plásticos, boyas y cabos,. Así como la presión pesquera sobre especies silvestres usadas para harina y aceite de pescado que acaban como alimento de salmónidos, y las interacciones negativas directas e indirectas con mamíferos marinos, aves y especies con estados de conservación delicados.

También es preciso recordar que la regulación que rige a la industria salmonera en Chile es débil e insuficiente en el tema de impacto medioambiental y de los procesos de cultivo. Esto ha permitido que haya jaulas con altas densidades de salmones, siendo lugares con características óptimas para la generación y transmisión de enfermedades.

Además,  el aumento de las concentraciones de amonio liberado en los excrementos de los peces fomenta el crecimiento de microalgas, incluyendo fitoplancton tóxico.

Esta concentración de desechos orgánicos puede favorecer los florecimientos de algas, tanto del tipo que afectan a los propios salmones, como los de marea roja que afectan a moluscos y a la salud pública.