Entrevista a académico Ciro Oyarzún

La Ley de Pesca desde dentro: Integrante de Comités Técnicos analiza su funcionamiento

Docente de la Universidad de Concepción hace un balance de la Ley de Pesca y de su eventual revisión. Además, repasa algunas conclusiones del reciente encuentro “Nuestro Océano”.

Por Daniel Labbé Yáñez

09/10/2015

Publicado en

Chile / Medio Ambiente / Portada

0 0


Ley de pesca

Desde antes de su aprobación en diciembre de 2012, la Ley de Pesca o “Ley Longueira” ha sido fuertemente resistida por las consecuencias para el ecosistema, así como por la intervención que habrían tenido en su aprobación sectores involucrados en este rubro, principalmente de la pesca industrial. Las investigaciones llevadas a cabo por el Ministerio Público, sobre el financiamiento ilegal de campañas políticas por parte de empresas como Corpesca, han aumentado estos cuestionamientos, levantándose la idea de que es necesario revisarla y hasta derogarla.

Quisimos saber cómo ha funcionado esta nueva Ley en uno de los aspectos fundamentales, como son los Comités Científicos Técnicos Pesqueros, que vinieron a reemplazar al Consejo Nacional de Pesca en la tarea de determinar las cuotas de captura. Conversamos para ello con Ciro Oyarzún, integrante de cuatro de estos Comités y presidente del de Recursos Demersales de Aguas Profundas. El Biólogo Marino, Doctor en Zoología y académico del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción hace un balance de estos dos años de Ley de Pesca, de su eventual revisión y también de las conclusiones del reciente encuentro “Nuestro Océano”.   

¿Cómo evalúa el trabajo que han realizado hasta ahora los Comités Científicos?

Hasta antes de la Ley de Pesca, quien definía las cuotas era el Consejo Nacional de Pesca (CNP), aunque funcionaban con las propuestas que hacía el Subsecretario de Pesca. Entonces, el equipo de la Subsecretaría llegaba al CNP y este subía o bajaba el dedo pulgar, aprobaba o rechazaba. Si se rechazaba una cuota de pesca, por ejemplo, quedaba el 80% de lo que había en el año previo. Pero también ocurría que el Subsecretario podía modificar en la reunión misma la propuesta y pasaba a ser oficialmente una nueva propuesta, aunque esta pudiera resultar de toda la intervención y de las presiones de los sectores que estaban sentados en esa mesa. Entonces uno de los aspectos positivos de la Ley es que comienzan a funcionar Comités Científicos. Por una parte, están los representantes de la Subsecretaría y los del IFOP (Instituto de Fomento Pesquero) y, por otra, los extra-institucionales, que somos los elegidos por concurso nacional, lo cual nos da una independencia –no sé si absoluta- pero sí una gran independencia. Porque nosotros, en la mayoría de los casos, no representamos a instituciones ni a asociaciones, sino que llegamos con nuestros méritos curriculares.

¿Y han recibido presiones desde los sectores involucrados en la pesca?

Yo puedo responder por mí. Presiones del mundo externo yo no he recibido. Lo que sí recibimos en algún momento fueron sugerencias o solicitudes de parte de los dos últimos subsecretarios, en las que se nos hace ver de que a lo mejor no seamos tan drásticos en algunas decisiones de conservación o de recuperación de poblaciones, y de que a lo mejor pudiéramos aplicar una gradualidad, un horizonte de recuperación de 10 años, de 20 años, y de esa manera poder mantener un nivel de cuotas que, claro, permite mantener la actividad hoy, pero que en verdad hace casi inviable la recuperación.

¿Y ha sabido si colegas suyos han recibido presiones? ¿Es algo que se comenta?

Yo no puedo responder por los demás, solo por mí. Ahora, yo soy presidente de uno de los Comités, de Recursos Demersales de Aguas Profundas, y yo no he aceptado ni siquiera la menor insinuación. O sea, si llegan sugerencias desde afuera nosotros no hacemos caso de eso, actuamos de forma independiente. Yo no puedo responder si otros colegas tengan algún incentivo académico –por no decir otra cosa- de parte de donde provienen y de algunas empresas externas, yo no podría probarlo, no puedo hacerme responsable de eso. Lo que sí me pareció ver como algo muy saludable es que en este primer y segundo año todos llegábamos con mucha independencia, que incluso en el momento de haber alguna votación los dos representantes de Subsecretaría o los dos representantes del IFOP con derecho a voto también podían votar iguales o podían votar distinto. La gente de la Subsecretaría podía votar en un sentido, el IFOP en otro o mezclados; o sea, cada uno actuaba de acuerdo a su conciencia, a lo que su formación profesional le decía que era lo mejor.

¿Y eso se ha mantenido?

En el primer y segundo año de funcionamiento (2013 y 2014) yo he visto bastante independencia, incluyendo a los institucionales, pero este año –no sé si será por coincidencia o porque hay una dirección de alto nivel muy clara- las votaciones de los colegas de Subsecretaría y de IFOP han sido terriblemente uniformes, en el mismo sentido. Aún cuando en las discusiones las posiciones de los colegas del IFOP parecieran estar muy cercanas a los que somos del estamento académico, cuando llega el momento de votar están muy alineados con lo que parecen ser la directrices de Subsecretaría. Es curioso, por decir lo menos.

¿Qué diferencia hay entre las posiciones que tienen ustedes que son externos y las de estas entidades que son gubernamentales?

Ciro Oyarzún

Ciro Oyarzún

En la mayoría de los casos, los que somos externos somos mucho más precautorios. El enfoque precautorio es que ante la evidencia que hay, si hay algún nivel de incertidumbre, la decisión debiera ser a favor del recurso; esa es la base, lo elemental de este enfoque. Pero ahora se han dado situaciones muy curiosas en que aumenta la incertidumbre, ya sea por algunos errores o una deficiencia en la modelación, y la decisión que al final ha primado ha sido subir la cuota. A veces no demasiado, pero se aumenta. Entonces, en vez de ser precautorios, el Comité, por votación de mayorías, ha adoptado un enfoque distinto. Es decir, mis colegas, cuando hay incertidumbre se ponen más audaces, aumentan mayores  niveles de riesgo y aumentan la cuota, lo que yo he llamado el “enfoque precautorio inverso”.

“¿QUE SACAMOS CON FIJAR CUOTAS SI NO TENEMOS LA ESTRUCTURA DE FISCALIZACIÓN?”

¿Y ha podido notar otros avances en otros aspectos con la creación de los Comités Científicos?

Ojalá que los Comités de Manejo se formen todos y comiencen a actuar y que se sinceren las cosas, porque ¿qué sacamos con fijar cuotas si este país no tiene la estructura de fiscalización? Piense usted lo que ha ocurrido en esta región (VIII del Bío-Bío), donde se han encontrado más de 7.500 toneladas de harina, para lo cual se necesita a lo menos 40 mil toneladas de sardina mezclada con anchoveta , y resulta que no está datado un desembarque en que se reconozca eso .

¿Y no existe esa fiscalización?

No es que no exista. El Servicio Nacional de Pesca hace lo que puede. Si usted tiene que los actores, es decir, los que están pescando hacen todo lo posible por burlar las fiscalizaciones, no puede andar subiendo un carabinero o un marino a cada embarcación. Yo no quiero criticar a mis colegas del Sernapesca, porque ellos hacen lo que pueden con los recursos que tienen. O sea, en un universo, en esta región por ejemplo, de 400 y algo más de lanchas, no tenemos 400 funcionarios para andar uno en cada lancha. Imagínese lo que ha pasado que en este caso con 40 mil toneladas que no están registradas, para fabricar más de 7.500 toneladas de harina. O sea, para que eso ocurra tiene que existir un sistema  muy bien organizado de gente que esté evadiendo la fiscalización. Entonces, ante esa evidencia yo opto por ser más precautorio, porque o si no nos vamos a quedar sin recursos.

“HAY RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS DEL ESTADO, DE LOS ARTESANALES Y DE LA INDUSTRIA”

¿Pudo ver algo de la conferencia “Nuestros Océanos” que se realizó esta semana?

No. Supe nada más que habían venido muchas estrellas del universo mundial, pero no tuve el honor de estar ahí entre los invitados.

Entre las conclusiones a las que se llegó está precisamente el que se ignoran los criterios científicos y se explotan los recursos por encima  de las cuotas que se dan. ¿Qué se debe hacer para frenar eso?

Yo creo que se ha mejorado muchísimo, se ha traído revisores extranjeros, pero yo creo que hemos tenido un retroceso ahora en algunas situaciones. Pero puedo reconocer  como algo muy positivo las nuevas áreas de protección que se están haciendo en torno a las islas oceánicas, me parece magnífico.

Las de Isla de Pascua y la de Nazca-Desventuradas, cerca de  Juan Fernández…

Sí, eso es muy bueno. Hay una protección de la biodiversidad. Es decir, ya no va a ser posible o no debiera ser posible que entren en ciertas áreas y se pesque, particularmente los altamente migratorios, no va a ser posible llegar y tirar redes de alta profundidad; ahí sí que no puede haber pesca de arrastre, etc. O sea, las consecuencias son muy buenas.

¿Y ustedes tienen identificadas otras zonas que también debieran tener esa categoría?

Especialmente en el sur hay zonas identificadas como santuarios o de usos múltiples, donde estacionalmente llegan los grandes cetáceos, en el sur especialmente.

Otra conclusión de “Nuestros Océanos” es que se iguala el daño provocado por la pesca ilegal y el descarte, provocada por la pesca industrial. ¿Es tan así, se pueden equiparar en términos de daños que provocan al ecosistema?

Históricamente es posible, pero a estas alturas existe un control bastante mayor de la pesca industrial. Yo no creo que los niveles de descarte estén siendo lo que ocurría en 15 o 20 años atrás. O sea, ahora hay observadores científicos… No voy a poner las manos al fuego para decir que no existe descarte, no voy a llegar a ese extremo, pero me parece que si hay algo en lo que se ha avanzado yo creo que es en eso, ha disminuido. Pero cuidado, o sea, que no suene como una defensa de la industria, no me corresponde. Pero también nuestros amigos artesanales tienen que poner cuidado. O sea, la pesca de juveniles, de los “recluta” que le llamamos, en períodos que no corresponden; la sobrepesca de merluza, incluso en períodos de veda reproductiva; el que estén una o dos pesquerías enfocadas a juveniles, por ejemplo, como ocurre con la merluza del sur. La fracción que se les entrega a los artesanales se captura al exterior de los canales, donde mayoritariamente son juveniles, y allí la industria opera por fuera. El bacalao de profundidad al norte del 47, donde se fija una cuota global y ahí operan los artesanales, resulta ser que más del 90% de las capturas son ejemplares que están bajo la talla, de primera madurez o en esos límites. Entonces aquí hay responsabilidades compartidas del Estado, de los artesanales y también de la industria. No hay un actor que esté limpio o que esté libre, aquí todos tenemos algo que ver, unos más y otros menos, pero aquí nadie sale libre de esto.

LA «ESQUIZOFRENIA» DE LA LEY DE PESCA

Hay una moción de un grupo de parlamentarios para que se revise la Ley de Pesca. ¿Cuál es su posición al respecto?

Me parece estupendo, pero que se revise íntegra. No puede ser que estemos con la esquizofrenia en la cual estamos hablando de enfoque precautorio, enfoque ecosistémico, sustentabilidad y resulta que si usted mira los primeros artículos de la Ley de Pesca dice que el objetivo de manejo debe ser alcanzar el máximo rendimiento sostenible. Y resulta ser que bajo ese objetivo es donde casi todas las pescas del mundo han sido llevadas al colapso. Porque el máximo rendimiento sostenible es un concepto ya arcaico que sirve como punto de referencia, pero es el punto al cual no debiéramos llegar, porque las especies no están solas, una especie no está en un éter ecológico: interactúa, come, se la comen, compite, etcétera. Entonces, eso tiene que ser cambiado. Para eso existen un montón de otros Puntos Biológicos de Referencia (PBR), que son los niveles de captura, la mortalidad, proporción de la biomasa virginal, crecimiento, etc. y que deberían ser usados en conjunto, porque no es el mismo el que sirve para todos; cada especie tiene su punto que es mejor indicador que eso. Hay especies de vida más corta, como la anchoveta, u otras más largas, como la merluza, y otras más largas todavía, como el bacalao de profundidad. No puede ser posible que el máximo rendimiento sostenible sea la piedra filosofal, es una esquizofrenia. Al principio hablamos de conservación, del fondo precautorio, enfoque ecosistémico, y un párrafo o dos párrafos más adelante estamos hablando de obtener el máximo rendimiento sostenible. Es una esquizofrenia, definitivamente.

¿Qué otros cambios debieran realizarse, en la eventualidad de que se revise la Ley de Pesca?     

Se habla de la pesca de arrastre: ¿Es lo mismo la pesca de arrastre de fondo que la pesca de media agua?…

Se requiere ser más específicos, entonces

Exacto. Ahora, ¿qué sentido tiene manejar algunas pesquerías divididas arbitrariamente, como ocurre con el bacalao de profundidad y un límite artificial en el ’47? Entonces hay un montón de cosas ahí. Las cuotas dadas a 20 años, renovables casi automáticamente no pueden ser. No existe una sola forma de cuotas transferibles. Si las cuotas son herramientas económicas.

¿Y ustedes podrían participar e influir en las decisiones que se tomen?

No solo eso. Nosotros como equipo académico de la Universidad de Concepción, hace unos meses, cuando se dijo que se iba a revisar por expertos de la FAO, nos ofrecimos. Porque cuando se discutió esta Ley de Pesca, el grupo de trabajo que tenemos en la Universidad de Concepción me parece que fuimos el único grupo de académicos que generó documentos escritos que los enviamos a los parlamentarios, los distribuimos urbi et orbe, y creo que algunas de esas sugerencias fueron tomadas; tampoco somos tan presuntuosos para pretender que nos hicieran caso en todo, pero algo de eso creo que se consideró. Y ahora tenemos absolutamente la capacidad como para poder participar de eso. O sea, no es que no necesitemos el consejo FAO, que sean bienvenidos, pero nosotros no estamos tan lejos de esa especialidad como para poder participar. Es más, no podemos ser tan provincianos y tan colonialistas que pensamos que todo el saber va a venir de Europa. Nosotros estamos en condiciones perfectamente de participar. De hecho, creo que nosotros como académicos deberíamos exigir nuestra participación.

Por Daniel Labbé Yáñez

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones