Perú da inicio a la Cumbre sobre Cambio Climático

  Este lunes comienza en Lima (Perú) la Vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP20), con el objetivo de conciliar un acuerdo entre los países participantes con medidas concretas para reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) causantes del cambio climático

Por Arturo Ledezma

02/12/2014

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cop20

Este lunes comienza en Lima (Perú) la Vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP20), con el objetivo de conciliar un acuerdo entre los países participantes con medidas concretas para reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) causantes del cambio climático. Sin embargo, después de dos décadas de fuerte presión ejercida por parte de las potencias industriales y multinacionales -principales responsables de la crisis climática-, pocas expectativas quedan de lograr en dicho marco un acuerdo serio y vinculante sobre el clima global.

Miles de delegados de más de 190 países y un centenar de organizaciones no gubernamentales, se reunirán durante 12 días en los que deberán definir el nuevo acuerdo global que será firmado en París (Francia) en 2015 para su entrada en vigor a partir de 2020.

El borrador debe modificar el sistema actual de producción, causante del aumento de un 2,2 por ciento anual en GEI. A este ritmo la temperatura promedio del planeta subiría unos 4 grados centígrados hacia fines del siglo, con efectos consecuencias terribles entre las que se destacan el retroceso de reservas de agua por derretimiento de glaciares, sequías y pérdida de tierras cultivables.

El año pasado en Varsovia (Polonia), la reunión resultó un fracaso. Los países no pudieron alcanzar compromisos de reducción ni mecanismos para evaluar los mismos, incluso en el texto final debió ser cambiada la palabra compromiso por contribución mientras las principales potencias industriales buscaban evadir sus responsabilidades.

En 2012, venció el Protocolo de Kioto (PK), sin lograr la negociación de un nuevo acuerdo y con el retiro de varios países, motivo por el cual se decidió prorrogar el PK hasta 2020. Este mes, el Panel Intergubernamental Para el Cambio Climático (IPCC), formado por 830 científicos, indicó que es ineludible recortar las emisiones entre un 40 por ciento y 70 por ciento para el 2050, al tiempo que destacó que a fines del siglo las emisiones deberán ser cero, de lo contrario los efectos serán graves para la alimentación y el ambiente.

En este marco, la necesidad de un acuerdo jurídicamente vinculante en materia de emisiones que sustituya al PK con plazos precisos y compromisos financieros de las partes, con énfasis en las potencias industriales, se vuelve urgente.

Al respecto, la Unión Europea (UE),  pactó durante la jornada una reducción del 40 por ciento de emisiones para el 2030, que permita mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados en 2050. Por su parte, Estados Unidos y China – responsables de emitir en conjunto el 45 por ciento de las emisiones a nivel mundial-, pactaron a comienzos de noviembre reducir sus emisiones, el primero reducirá sus emisiones en un 28 por ciento para 2025, mientras que el segundo dejará de aumentarlas en 2030.

El discurso oficial apunta a unir esfuerzos y voluntades políticas para enfrentar los desafíos de la lucha contra el cambio climático, pero lo hace sobre la estrategia de mercantilización de la discusión, más precisamente sobre el concepto de “economía verde”. Se trata de supuestas soluciones impulsadas por los propios sectores empresariales, que sobre la lógica capitalista promueven medidas como mercados de carbono, geoingeniería, agrocombustibles y agroindustria,  junto a otras formas de privatización de los bienes comunes naturales y mercantilización de la vida.

Ya en la antesala del COP20, se reunieron en septiembre en Nueva York (Estados Unidos) 120 jefes de Estado en la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, donde las potencias industriales y las multinacionales lograron imponer su agenda con la creación por ejemplo de una “Alianza Mundial por una Agricultura Climáticamente Inteligente”.

La contracumbre

En paralelo, organizaciones indígenas, campesinas y políticas darán inicio la semana que viene a la Cumbre de los Pueblos contra el Cambio Climático. Bajo la consigna “Cambiemos el sistema, no el clima”, en clara contraposición al paradigma de la llamada “economía verde”, los participantes instan a cambiar la matriz capitalista de producción y consumo como único camino para preservar la vida y combatir el hambre y la pobreza.

Entre las organizaciones se encuentran Articulación Regional Amazónica (ARA), Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) -afiliada a Vía Campesina Internacional- y Global Alliance for the Rights of Nature. También participan Global Campaign fo Demand Climate Justica, Amigos de la Tierra Internacional, Foro de Mujeres Asia-Pacífico, Coalición Clima 21, Pan African Climate Justice Alliance (PAC JA), Jubileo Sur América, Pan para el Mundo, la Red Andina del Agua, la Asociación de Pueblos de Montaña y Climate Action Network, entre muchas otras.

Los ejes temáticos a abordar serán: Crisis de civilización, cambio social y modelos alternativos de vida social; Calentamiento global y cambio climático; Soberanía y transición energética; Agricultura y soberanía alimentaria; Gestión sustentable del territorio y los ecosistemas; Financiamiento, transferencia de tecnología e inter-aprendizajes; Mujeres y sostenibilidad de la vida; Trabajo digno versus la economía verde, los empleos verdes y otras falsas soluciones.

via PIA

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